Salud

Más de la mitad de los mayores de 80 años de la Región de Murcia sufre síntomas de alzhéimer

Los especialistas estiman que en 25 años se triplicarán los casos por la mayor esperanza de vida

El presidente de la Sociedad Murciana de Neurología afirma que «es fundamental cuidar nuestro cerebro con buenos hábitos y que la dieta mediterránea y el buen humor son indispensables»

Una mujer con alzheimer atendida

Una mujer con alzheimer atendida / L.O.

Ana García

Ana García

Confusión, problemas de memoria o pérdida del habla son algunos de los síntomas del alzhéimer, una de las enfermedades neurodegenerativas más habituales entre las personas mayores y cuyos efectos sufren más de la mitad de quienes superan los 80 años de edad.

Las cifras que maneja la Consejería de Salud muestran que unas 55.000 personas de la Región de Murcia padecen algún grado de deterioro cognitivo y, de ellas, unas 38.500 presentan la enfermedad de Alzheimer, lo que supone el 70% de los casos.

Ante la conmemoración ayer, 21 de septiembre, del Día Mundial del Alzheimer, los especialistas llaman la atención sobre la importancia de cuidar nuestro cerebro y para ello hay que cumplir con unos hábitos de vida saludables. Así lo indica el presidente de la Sociedad Murciana de Neurología, Heriberto Rodríguez, quien afirma que «es fundamental tener buenos hábitos, entre los que destaca el huir de tóxicos como el alcohol y el tabaco y seguir la dieta mediterránea».

El especialista murciano recuerda que «las dietas adecuadas para el cerebro son las mismas que sirven para cuidar el corazón», ya que éste forma parte del sistema circulatorio y si se abusa de la sal o las grasas existe mayor riesgo de sufrir cualquier incidente neurológico, como puede ser un ictus.

El doctor Rodríguez, neurólogos en el Área VI de Salud de la Región de Murcia, explica que la Sociedad Española de Neurología (SEN) también celebra entre el 25 y el 29 de septiembre la Semana del Cerebro y para ello ha editado un decálogo para mantener un cerebro saludable. Entre las pautas a seguir destacan el potenciar las relaciones sociales, llevar una dieta equilibrada, evitar el sobrepeso, realizar actividades que estimulen la actividad cerebral y mantengan activo cognitivamente como leer, escribir, participar en juegos de mes o realizar actividades manuales, evitar los tóxicos como alcohol, tabaco y contaminación, y eliminar el estrés, ya que tener una actitud positiva y el buen humor fortalecen el cerebro.

Según datos de la SEN, alrededor del 20% de la población tiene alguna enfermedad neurológica. Enfermedades como el ictus, alzhéimer y otras demencias, parkinson o la ELA lideran en nuestro país los rankings de mortalidad y discapacidad, mientras que otras enfermedades neurológicas como la migraña, la epilepsia, o la esclerosis múltiple también contribuyen enormemente a la carga de discapacidad.

El doctor Heriberto Rodríguez afirma que en el hospital, el motivo más habitual de ingreso por la puerta de Urgencias son los ictus, mientras que en consulta las dolencias que más ven los neurólogos son cefaleas y deterioro cognitivo, como fallos de memoria o trastornos del movimiento.

«Las enfermedades neurológicas son responsables del 23% de los años de vida perdidos por muerte prematura y son las causantes del 19% de las muertes que se producen cada año en España», señala el doctor Jesús Porta-Etessam, vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología.

La mayor edad de la población y el aumento de la esperanza de vida hace que la previsión sea que las cifras seguirán en aumento en los próximos años si no se toman medidas. Se estima que en menos de 15 años el número de casos de ictus aumentarán un 35% y que en 25 años se triplicará el número de casos del alzhéimer y de párkinson.

El alzhéimer es una enfermedad progresiva, que se caracteriza por una degeneración de las células nerviosas del cerebro y una disminución de la masa cerebral, de ahí que los especialistas insistan en la prevención y en la importancia de realizar actividades con las que mantener activo el cerebro, evitando o frenando su deterioro progresivo. En este caso, los factores externos y los hábitos de consumo también tienen un peso destacado.

La Sanidad murciana hace seguimiento a 3.400 pacientes con demencia

La Comunidad Autónoma, a través del Servicio Murciano de Salud (SMS), lleva a cabo el seguimiento especializado de más de 3.400 pacientes con demencia cada año, de los que aproximadamente 2.000 padecen alzhéimer. El SMS cuenta con dos unidades especializadas en demencias. En la del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia son tratados 2.400 pacientes, de los que unos mil padecen la enfermedad de Alzhéimer; en el caso de la Unidad de Demencias del Virgen del Rosell, en Cartagena, se hace seguimiento a mil pacientes al año, de los que 700 han desarrollado esta enfermedad. Las cifras que manejan los responsables de Salud señalan que en la Región unas 55.000 personas padecen algún grado de deterioro cognitivo y el 70 por ciento de ellas presentan la enfermedad de Alzheimer.

El consejero de Salud, Juan José Pedreño, afirma que «debido al envejecimiento de la población, las demencias son enfermedades cada vez más prevalentes» y destaca que «en la Región de Murcia se ofrece atención especializada a través de las unidades de demencias situadas en el Hospital Virgen de la Arrixaca, en Murcia, y el Virgen del Rosell en Cartagena».

La enfermedad de Alzheimer es una patología de gran complejidad que necesita de atención especializada por parte de equipos multidisciplinares compuestos por profesionales de Neurología, Neurocirugía, Medicina de Familia, Psiquiatría, Fisioterapia, Enfermería o Trabajo Social, Terapia Ocupacional, entre otros. Por sus patologías y grado de enfermedad, los pacientes que sufren la enfermedad reciben una atención más especializada; el resto son derivados a los distintos servicios de Neurología de su área de referencia para su seguimiento y tratamiento.

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Después de dos décadas de oscuridad en el camino para encontrar un freno para el alzhéimer, este año ha habido algo de luz y esperanza gracias a dos nuevos fármacos que han arrojado modestos pero robustos resultados y que pueden suponer los primeros pasos para derrotar esta complicada enfermedad.

Expertos y pacientes coinciden en que 2023 podría ser un punto de inflexión en la investigación contra la patología. ¿Las razones? el fármaco lecanemab, aprobado ya por la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA, en inglés) y el donanemab, cuyos buenos datos fueron presentados el pasado mes de julio en la Conferencia Internacional de Alzheimer, en Ámsterdam.

«El alzhéimer es un problema complejo y probablemente no habrá soluciones simples. Como con otras enfermedades, como el sida, no será un solo medicamento sino que será un cóctel», vaticina el secretario del grupo de estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN), Pascual Sánchez.

Esta enfermedad se caracteriza por la acumulación en el cerebro de dos tipos de proteínas: una de ellas es la beta-Amiloide, que se pliega mal y se acumula fuera de las células, formando una especie de placas; y la otra es la tau, que también se pliega mal y se almacena formando unas estructuras denominadas ovillos neurofibrilares dentro de las neuronas.

Para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer el cerebro tiene que sufrir estas dos lesiones.

En la actualidad hay tratamientos sintomáticos, que no cambian el curso de la enfermedad pero favorecen que las personas «de alguna manera puedan tener un mejor rendimiento cognitivo».

Por eso los expertos están deseando tener herramientas que consigan cambiar el avance de las lesiones.

Este año han entrado en escena primero el lecanemab, aprobado ya en Estados Unidos -en Europa aún no- un fármaco que ralentiza los efectos de la enfermedad neurodegenerativa. El último estudio, realizado a 1.800 pacientes, demostró una «reducción significativa» del deterioro cognitivo, según la FDA. Y el segundo, también prometedor, es el donanemab, con unos resultados «robustos», indica Sánchez.

Ambos muestran, con resultados a 18 meses, que retrasan el deterioro cognitivo comparado con pacientes que no lo han probado.