Suicidio

El suicidio entre los mayores: Una realidad silenciada que sigue siendo un tabú

Un grupo de profesionales apuesta por dar más visibilidad al suicidio en mayores para comprender mejor sus causas y trabajar en soluciones

Los expertos que participaron en la segunda mesa de la jornada.

Los expertos que participaron en la segunda mesa de la jornada. / Juan Carlos Caval

El punto de vista de los expertos es crucial para poder entender con profundidad por qué se da el suicidio en personas mayores, cuál es la visión que se tiene acerca del tema y cómo se debe prevenir. Es por ello que cuatro expertos que dedican su vida a ello cerraron la III Jornada de Psicología y Suicidio, abordando la cuestión desde su perspectiva en una mesa redonda.

«En el tiempo que dura la jornada se habrán suicidado en España dos o tres personas. La mayoría de los presentes tiene el móvil silenciado o apagado. Imaginen que, al salir, reciben la noticia de que es un ser querido o cercano». Así de contundente fueron las primeras palabras del vocal del Consejo General de la Psicología de España y decano del Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León, Jaime Gutiérrez, quien fue el primero en intervenir y que quiso dejar patente lo presente que se encuentra este problema en la sociedad.

Gutiérrez hizo hincapié en la «necesidad de contar con un plan nacional de prevención, más allá de los regionales que ya existen». «Hacen falta definiciones. No tenemos bien concebido el concepto de vida y el de muerte mucho menos. Pensamos que la mayoría de la gente no quiere la muerte pero hay gente que sí y hay que preguntarse por qué», subrayó al respecto.

La gente no se mata porque quiere morir, lo hace porque quiere dejar de sufrir

Ángel Ruiz

— Coordinador GIPEC del Colegio de Psicología

El decano también considera que el suicidio es «una realidad silenciada». El observatorio del suicidio en España arrojó en 2021 una cifra de más de 4.000 fallecidos por esta causa. Unos datos que realmente «se quedan cortos», pues según Gutiérrez el número puede llegar incluso a los 6.000, «debido a que en muchas ocasiones los accidentes no entran en la estadística pese a ser suicidios, debido a que los familiares no quieren afrontar la realidad».

También es importante saber qué hacer cuando una persona está al borde del suicidio y es ahí donde entró en escena el testimonio del coordinador del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes (GIPEC) del Colegio Oficial de Psicología de la Región de Murcia, Ángel Ruiz. «Los profesionales debemos aprender estrategias para que las personas mayores confíen en nosotros», aseguró.

Para conseguirlo, el coordinador se centra en ver qué necesita la persona, en escucharla y en acompañarla en todo momento. Es por ello que, según este experto, «no hay que medicalizar la emoción negativa, tenemos que entenderla para poder aliviarla». «La gente no se mata porque quiere morir, es porque quiere dejar de sufrir», sentenció. El profesional en centros de mayores Pablo Avilés fue el encargado de «bajar al barro de la intervención» con su discurso. Avilés considera que «para combatir la soledad es de vital importancia crear un factor social fuerte en los centros de día de la Región». El problema, según puso de manifiesto, es que actualmente no cuentan con plazas públicas suficientes para poder atender a la demanda. Además, añadió, «las plazas privadas cuestan mucho dinero, más de 800 euros al mes, un gasto que muchas familias no se pueden permitir».

No tenemos bien definido el concepto de vida y mucho menos el de muerte

Jaime Gutiérrez

— Vocal del Consejo de Psicología de España

La visión de los medios de comunicación también estuvo presente en la jornada con la intervención de la directora de ‘65ymás’, Ana Bedía. Un medio para personas mayores que trata de superar el tabú que durante años ha reinado en los periódicos, informando con «rigor» sobre el tema. «En muchas ocasiones no se ahonda en los casos de suicidio, es una realidad silenciada de la que se debería informar más, también sobre los métodos de prevención», destacó.

Crear un factor social fuerte en un centro de día es vital para evitar la soledad

Ana Bedía

— Directora del diario '65ymás'

«El 80% de los mayores no quieren estar en una residencia»

En la Región de Murcia más de 40.000 personas mayores viven en soledad, en muchos casos no deseada. Una situación ante la que este sector de la población se pregunta: «¿Acaso no será esta una de las principales causas de suicidio?».

Los 76 centros de mayores con los que cuenta la Comunidad les ayudan a estar acompañados y ocupados durante el día, pero es al caer la noche cuando ese sentimiento aflora. Es por ello que la Federación de Mayores de Murcia, encabezada por su presidente, Simón Párraga, pide que se pongan medios para poder atender a estas personas durante las noches. La Federación de Mayores ha elaborado un vídeo, que presentó en la III Jornada sobre Psicología y Suicidio, cargado de sentimiento en el que plasma de mano de los propios mayores la crudeza de esta realidad.

Dos de los participantes que han participado en el video de la Federación de Mayores de Murcia

Dos de los participantes que han participado en el video de la Federación de Mayores de Murcia / L.O.

«El 80% de las personas mayores no quieren estar en una residencia», aseguraba uno de los participantes, «estamos mejor en casa», matizaba otro de ellos. Los ejemplos de cómo la soledad puede llegar a afectar a una persona también salió a relucir en el cortometraje: «Después de un cáncer fulminante se llevara a su marido ella se encerró en casa. A los tres meses murió».

Sin embargo, no todo es desesperanza y así quisieron plasmarlo como mensaje final: «Para superar ese pensamiento uno debe aprender a poner en valor el aire que respira. Pero no es un proceso fácil, cuando las personas mayores llegan a una etapa de merma física y mental se vuelven irascibles, es por ello que necesitan relacionarse, afecto, paciencia y que se les escuche».

El ejemplo de Ávila: Compartir inseguridades y temores en una gran red de apoyo

La prevención del suicidio en personas mayores en la Región de Murcia sigue siendo, a día de hoy, un asunto en el que falta mucho por profundizar debido a la falta de estrategias claras que lo aborden. Es por ello que en la III Jornada sobre Psicología y Suicidio, organizada por el Colegio Oficial de Psicología y La Opinión, los expertos de la Comunidad centraron su mirada en el modelo pionero implantado en el municipio castellanoleonés de Ávila.

En 2022 el Ayuntamiento de esta ciudad, el Colegio de Psicología de Castilla y León y la Asociación Hablemos elaboraron de forma conjunta el llamado Plan de Prevención del Suicidio. Ana Belén Sánchez, del Colegio de Psicología de Castilla y León y principal impulsora del proyecto, fue la encargada de explicar los pormenores de esta iniciativa que tanto éxito está dando en tierras abulenses. La idea surgió debido a que, tras la pandemia, «la soledad, ya presente en las personas mayores, vino acompañada cada vez más de desesperanza y de ideaciones suicidas», según explicó Sánchez.

Ana Belén Sánchez, del Colegio de Psicología de Ávila

Ana Belén Sánchez, del Colegio de Psicología de Ávila / Juan Carlos Caval

El objetivo que persigue el plan es el de «reducir el profundo sufrimiento emocional que sufren estas personas, aumentando su esperanza y haciéndolas sentir que forman parte de un grupo». Para iniciar esta experiencia se elaboraron dos grupos de diez personas con las que se hicieron 12 y 14 sesiones respectivamente, de entre 90 y 120 minutos con una frecuencia semanal.

En primera instancia se llevó a cabo una evaluación de todos los participantes a través de cuestionarios para poder conocer en profundidad su estado anímico. También se hicieron sesiones en las que se les invitó a compartir «sin máscaras» sus pensamientos y vulnerabilidades «como si fuera un tesoro» y «logrando forjar así un vínculo con la creación de un red de apoyo.

En siguientes sesiones se hizo una terapia de aceptación del presente y del pasado: «Todos cometemos errores», decía Sánchez. También hablaron de futuro y de como «superar la desesperanza». Lo hicieron de forma conjunta, de modo que, compartiendo sensaciones, el problema de uno se convertía en el de todos, y juntos trabajaban por encontrar una solución.

Indagaron en qué es aquello que les motiva: la familia, el autocuidado, la creatividad, el ocio y el tiempo libre, el trabajo o la espiritualidad. Es en este punto donde el plan se enlaza con el proyecto ‘Ávila Contigo’, que ofrece programas específicos, como charlas y talleres. Para finalizar la experiencia los integrantes de ambos grupos hicieron un «matrimonio con la vida» con una idea que Sánchez quiere que todas las personas mayores tengan en cuenta: «A pesar de la presencia del malestar hay que caminar hacia una vida que realmente merezca la pena ser vivida».