«Vendemos el barco porque no podemos más. No sacamos ni para comer»

El barco ‘Pepa Alonso’ tiene 23 metros de eslora, una velocidad punta de 12 nudos, un motor diesel de 1.200 caballos de potencia y está a la venta por 400.000 euros. Hasta ahora muy pocas personas se han interesado por él, porque la pesca de arrastre no atrae ahora mismo por la crisis en cuanto al recorte de los días de captura y los altos costes, y su dueño ve como única alternativa obtener algo de beneficio desguazándolo. 

«No sacamos ni para comer. No hay ni un día donde no perdamos dinero». Pedro Soto Alonso, pescador desde los 16 años, tiene su barco a la venta desde hace poco más de un mes en el puerto de Cartagena. Es una de las cuatro embarcaciones dedicadas a este tipo de capturas cuyos dueños escuchan cualquier oferta por ellos. 

Se venden barcos pesqueros en los puertos de la Región

«No podemos aguantar más. Es insostenible», explica con angustia el pescador, «somos tres hermanos quienes llevamos el barco con otros dos empleados, y tenemos claro que nos queremos deshacer de él». 

El profesional de la mar señala que algunos compañeros han dejado las redes por la agricultura en el Campo de Cartagena. «Quienes vendemos los barcos estamos en la misma situación. No merece la pena salir para perder dinero». Apunta que no ha recibido todavía la compensación por la parada biológica de 2021 y que las dos personas que han preguntado por su embarcación «han terminado por echarse atrás». 

Soto ve insostenible que le reduzcan un 30% los días de pesca, a lo que se suman las paradas para que se recuperen los bancos de especies. 

El patrón mayor de Cartagena, Bartolomé Navarro, recuerda que hace dos años se vendieron dos embarcaciones a países como Mauritania o territorios cercanos, donde existe mucha demanda de flota de arrastre.

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