Mónica Naranjo vuelve a los escenarios con su nuevo disco "Mónica Naranjo 4.0". Un trabajo que llega en uno de los mejores momentos de la cantante. A punto de cumplir cuarenta años, la catalana disfruta de su trabajo como parte del jurado de "Tú cara me suena" que pronto estrenará su primera edición Kids. Al mismo tiempo trabaja en una ópera rock desde hace cinco años y en junio comienza la gira de su último álbum.

En todo este ajetreo le acompaña su marido y representante Óscar Tarruella. Junto a Aitor, hijo que Óscar aportó al matrimonio y que Mónica adoptó como suyo, forman una familia unida que no se separa ni para las giras de la cantante.

-Vuelves con nuevo disco después de siete años, ¿qué vamos a encontrar en él?

-Cumplo cuarenta años y estamos de celebración. Llevo veintidós años en el mundo de la música sobreviviendo, tanto yo como el público, así que hay que celebrarlo.

-¿Porqué un recopilatorio y no temas nuevos?

-No puedes celebrar cuarenta años con un proyecto nuevo, no tiene sentido. No llamaría a este disco recopilatorio, no es la palabra, es una celebración. Un recopilatorio es coger canciones que te gustan y volver a producirlas. En este disco todo es cambiado.

-¿Porqué has elegido estas canciones y no otras?

-Son las que más me han orientado, con las que más he podido focalizar sentimientos, con las que más he interaccionado con el público y los mejores y peores recuerdos me han traído.

-¿Con qué te quedarías tú de todas ellas?

-En estos veintidós años, en una industria dominada por hombres, sin duda me quedaría con "Sobreviviré".

-Han pasado muchos años desde que debutaste ¿qué balance haces de todo este tiempo?

-Lo mio ha sido una carrera de fondo y el balance es muy positivo. Durante toda mi vida lo que he intentado hacer a parte de música, ha sido siempre evolucionar, estar en una continua metamorfosis porque la música es eso. Hay que estar al día de los avances tecnológicos y las nuevas tendencias y si puedes ir un paso por delante mejor. Como soy un ratón de estudio y me gusta, entonces estoy como en mi casa.

-Has tenido momentos difíciles, incluso tiraste la toalla en una ocasión.

-La tiré hace muchos. Estuve siete años totalmente exiliada, pero tenía motivos suficientes para hacerlo. Llevaba once años sin parar, no tenía tiempo para nada, llegaba el fin de semana y no sabía lo que hacer porque solo sabía trabajar, estaba cumpliendo años y cuando llegaba a casa estaba sola, así que algo estaba haciendo mal. Esos siete años han sido los mejores de mi vida porque aprendí a vivir.

-¿No echabas en falta la música?

-No, en ese momento no. Todos esos años al final han dado sus frutos de volver a tener ilusión, porque es el motor que mueve la vida, energía, nuevos planteamientos y espectáculos. Hay muchísimos artistas que aunque estén cansados siguen y cada vez el camino está más vacío y eso no es bueno.

-¿Qué me puedes contar de esa ópera rock?

-Que está casi acabada. Llevamos cinco años y al final van a ser seis los que llevamos metidos en un trabajo arduo, en el que hemos estado cinco años trabajando codo con codo con un escritor, con lo cual es una ópera literaria.

-¿Qué significa para ti llegar a los cuarenta?

-Es todo. Llegar a los cuarenta realizada, teniendo un hijo sano, un marido encantador, el principal pilar en la vida tenerlo cubierto, tener la salud y la energía que tengo y tantos lastres que me he quitado en este tiempo, no puedo pedir más.

-¿Te da miedo envejecer?

-No, al contrario. Me cuido muchísimo, sobre todo la cabeza y si la tienes bien ordenada lo demás va solo.

-¿No te asusta la crisis de los cuarenta?

-La edad es una cuestión interna, no externa. Si a los cuarenta años te sientes vieja lo serás, pero si te sientes ágil, joven y con ganas de correr una maratón no tienes cuarenta años, no sabemos la edad que tienes.

-¿Cómo definirías el momento que vives ahora tanto en lo profesional como en lo personal?

-Tengo paz y salud. Tener tranquilidad en la vida es lo básico, lo que más ansiamos, es la meta que tenemos todos aunque inconscientemente no lo sepamos.

-De cara a una gira ¿cómo te preparas?

-Para una gira te pasas dos horas y media en un gimnasio, una de ellas de fondo, otra de musculación y la siguiente media hora estirando. Las preparaciones son más duras que la propia gira. Es más difícil porque tienes que preparar el cuerpo y saber lo que comes el día antes de un concierto.

-¿Tienes algún ritual antes de salir a un escenario?

-Tengo que quedarme sola en el camerino unos minutos, para reparar. Es la única clave.

-¿Cómo llevas separarte de la familia?

-Mi hijo y mi marido vienen conmigo. La única manera que tienes para poder estar fuera de casa y aguantar una gira es rodeándote de tu familia. Cuando estás sola es muy difícil. Es una vida nómada para todos.

-¿Tienes alguna asignatura pendiente?

-Me quedan muchísimas cosas por hacer. Lo más importante es seguir manteniendo la ilusión. Hay muchas asignaturas pendientes, pero normalmente no las digo porque si se dicen no se cumplen, es como la energía que se escampa. Las cosas pendientes tienes que visualizarlas.

-¿Qué te aporta trabajar en televisión?

-Mucha diversión. En la tele me lo paso como un niño en el agua, me encanta. En la música sufro un poco más pero en televisión no, es distinto.

-¿Volveremos a verte pronto en televisión?

-Estamos preparando "Tú cara me suena Kids". El casting empieza ahora y mis planes son acabar la gira y en octubre volver a la televisión.

-¿Cómo vas a hacer para compaginarlo todo?

-Las mujeres podemos hacer muchas cosas al mismo tiempo. Si tienes un orden y una disciplina se hace.

-¿Qué tal la experiencia como presentadora de "A bailar!"?

-Muy divertida. Nos lo hemos pasado muy bien y ha sido curioso ver a tanta pareja junta y que no discutan, pensábamos que íbamos a necesitar un poco de ayuda psicológica pero no ha hecho falta.

-Para ser la primera vez que presentabas te hemos visto muy suelta...

-Es que te lo pasas bien. Si es así al final el espectador también disfruta.

-¿Qué tal llevas las críticas?

-Bien porque forman parte del trabajo. Estamos expuestos a eso y a todo el mundo no le podemos gustar, es imposible. Perfectos no somos y quien lo sea es un aburrimiento, así que es normal.

-¿Podrías confesar alguno de tus defectos?

-No soporto el desorden, dicen que es un defecto. Mi hijo dice que tengo un problema con el orden, porque él es todo lo contrario.

-Tus inicios quedan muy lejanos...

-No creas, han pasado veintidós años y no me he dado cuenta.

-¿Qué fue aquello que te dijo que querías ser cantante?

-Desde que era una niña todos mis recuerdos están vinculados con la música. Ya sabía lo que quería ser.

-¿Cómo recuerdas esos inicios?

-Muy dulces y bonitos. Empiezas a cantar en la coral del colegio, después empiezas a estudiar fuera, a descubrir un mundo y de repente un día suena la campana y te vas de casa con diecisiete años.

-¿Ha sido fácil llegar aquí?

-Es muy sacrificado, no es nada fácil. Para valorar las cosas a veces tienen que ser duras. Para llegar a este punto en la vida es bueno que hayan pasado cosas duras para aprender de ellas, de lo positivo se aprende pero de lo malo haces un máster.

-¿Entre tus nuevos proyectos está un nuevo libro de recetas?

-Ahí estamos pero me falta tiempo porque para poder escribir necesito un poco de paz. Hacerlo por hacer no, además yo no soy una gran chef, se lo dejo a los grandes. El vincular un poco lo que me ha pasado con la receta que quiero ofrecer eso es lo divertido.