Pablo Motos, mudo y sordo por un incidente con arma de fuego

El presentador de 'El Hormiguero' ha contado la que ha sido una de las experiencias más traumáticas de su vida

Pablo Motos

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Tal y como indica la Guardia Civil en su página oficial, en España "no se puede portar ni poseer armas de fuego sin la correspondiente autorización o licencia expedida por las autoridades competentes". Quienes cuentan con esta autorización, además, están obligados a "guardarlas en lugar seguro y adoptar las medidas necesarias para evitar su pérdida", "presentar las armas a las autoridades gubernativas o sus agentes" y "declarar de forma inmediata en la Intervención de Armas la pérdida, robo, destrucción o sustracción".

Esta es la regulación que aplica para los civiles, pero, ¿qué hay de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado? Las armas reglamentarias o armas de servicio son armas de fuego que se utilizan oficialmente por la policía o el ejército y cuyo uso está altamente restringido y controlado.

Uno de los motivos por los que el uso de las armas está tan restringido en nuestro país es por situaciones como las que el presentador Pablo Motos compartió el pasado 3 de agosto en su programa 'El Hormiguero'. En la famosa sección donde Trancas y Barrancas ponen a prueba la capacidad para detectar mentiras de los concursantes, el periodista aprovecho para confesar ante Ricardo Darín una de las historias más curiosas y surrealistas de su vida.

El conductor de 'El Hormiguero' contó antes de marcharse de de vacaciones que, mientras se encontraba realizando el servicio militar, había sufrido un accidente mientras limpiaba un arma: una bala le rozó la oreja mientras montaba la pistola, "Me quedé sordo de un oído y sin habla".

Después de pasar por el hospital y recuperarse, ha llegado la parte más curiosa de la historia: y es que Pablo Motos no solo estuvo cerca de perder la vida en un accidente: el día después del incidente, Motos ha contado que "me arrestaron por hacer mal mi trabajo", ante la mirada incrédula de Ricardo Darín.

En España, el servicio militar o 'mili' dejo de ser obligatorio en 2001, durante el gobierno de José María Aznar después de dos siglos de reclutamiento militar; aunque ya en 2000 se había restringido el uso de armas a los reclutas con un coeficiente intelectual menor a 86.