Judicial

Aumenta la conflictividad por las herencias en la Región: "¿Puedo echar a mi madre y vender la casa?"

Las personas que recurren a los tribunales para tratar de impugnar un testamento se pasan de pleitos siete u ocho años, en los cuales se gastan más dinero que el que acabarían heredando

En el año 2022 se registraron en los juzgados 123 demandas de división de herencia, frente a las 91 de 21

Exterior de la Ciudad de la Justicia de Murcia, fotografiada este jueves por la mañana.

Exterior de la Ciudad de la Justicia de Murcia, fotografiada este jueves por la mañana. / Juan Carlos Caval

Ana Lucas

Ana Lucas

En el año 2022 se registraron en los juzgados de la Región un total de 123 demandas de división de herencia, lo que supone un 35% más que en 2021, cuando hubo 91, mismo número que en 2020, indican fuentes del TSJ de Murcia. Abogados especializados también han notado que ha aumentado la conflictividad entre los herederos de un patrimonio. Estos profesionales constatan un incremento de las impugnaciones de herencias lo bastante importante como para destacarlo. 

El letrado murciano José Antonio López Jiménez explica a La Opinión que «evidentemente, con la crisis económica que azota el país, sí que he detectado una mayor conflictividad por parte de los herederos de cara a ver quién obtiene la mejor parte de la herencia». En este sentido, apunta que «siempre suele haber un bien al que se le tiene especial interés, ya sea sentimental o económico», a lo que añade que «pero nunca debemos olvidar que si hay testamento hecho, lo que va a prevalecer es la voluntad del otorgante».

José Antonio López Jiménez, abogado.

José Antonio López Jiménez, abogado. / La Opinión

«En la mayoría de ocasiones el finado utiliza el testamento para favorecer a alguno de sus descendientes mediante el tercio de mejora que permite beneficiar a unos herederos frente a otros, lo cual evidentemente puede avivar aún mas la conflictividad familiar», comenta López Jiménez. «Ahora bien, desde mi punto de vista y como padre de familia más que como abogado, si aconsejaría a cualquier persona que se ponga en manos de un profesional y otorgue testamento, pues es la forma más ‘pacífica’ y fehaciente de hacerles ver a sus herederos que debe prevalecer su última voluntad y evitar los conflictos», sentencia al respecto.

"Un hermano lleva al padre, con demencia senil, al notario para que lo pusiese todo a su nombre"

El abogado puntualiza que «lo que sí he detectado últimamente en las herencias, quizás por desconocimiento o ignorancia, es que los herederos es frecuente que renuncien a su herencia por el mero hecho de pensar, o incluso saber, que las deudas del finado son o pueden ser superiores a los haberes». La gente renuncia a la herencia porque las deudas pasan a heredarse igual que cualquier otro bien.  A este respecto, el letrado deja claro que «el renunciar a la herencia puede ser un grave error y, al igual que anteriormente aconsejo que se pongan en manos de un profesional, ya que, existe la forma de aceptarla a beneficio de inventario evitando que el patrimonio particular del heredero se vea afectado».

Otro abogado, José Manuel Hernández Benavente, coincide con su colega en que «es cierto que últimamente he recibido en el despacho muchas más consultas en materia de testamentos, herencias y temas relacionados».  Las personas que acuden a su oficina relatan, por ejemplo, «que se han enterado de que su padre, con demencia senil, fue llevado al notario por su hermano para que lo pusiese todo a su nombre».

Asimismo, acuden personas «solicitando información sobre cómo impugnar un testamento por no respetar la legítima; o, incluso, piden la nulidad del mismo y quieren validar uno anterior».

Por un trozo de tierra

Hernández Benavente afirma que sus clientes esgrimen argumentos tipo: «Yo creo que el trozo de tierra que le han dejado a mi hermano vale más que el mío y somos ambos herederos universales». Entonces el testamento hay que «impugnarlo por no respetar la legítima, para lo cual es necesario presentar demanda en el Juzgado de Primera instancia del último domicilio del causante, que es el fallecido». 

También hay problemas vinculados al usufructo (el derecho de alguien a disfrutar de una casa que no es suya, como por ejemplo cuando una mujer enviuda y parte de la vivienda pasa a pertenecer a su hijo). Hay quien plantea al letrado: «¿Puedo vender si el uso de la propiedad lo tiene mi madre? ¿Puedo echarla?» 

«Otro foco de litigios y consultas sucede cuando a dos o más hermanos les toca un porcentaje de una casa y quieren vender o comprar la otra parte al otro o vender a un tercero y no se ponen de acuerdo al valor del bien, presentado tasaciones infladas o infravaloradas, en cuyo caso debemos ir a largos procedimientos judiciales con costosas tasaciones y subasta incluida», desgrana el profesional de la abogacía.

«Todas estas consultas terminan normalmente con demanda ante el juzgado, dando lugar a largos procedimientos que incluso en ocasiones pueden implicar siete u ocho años de litigio», sentencia el letrado. Se da la paradoja, en estos casos, de que «dan lugar a que los gastos superan lo que se va a percibir por la herencia», asevera Hernández Benavente.