Verano negro con una decena de ahogados en ríos, embalses, playas y piscinas de la Región

La Región de Murcia vive un verano negro en lo que se refiere a muertes por ahogamiento. La última tragedia se producía hace apenas unos días, en el complejo Collados Beach de La Manga, donde una niña de solo 3 años de edad perdía la vida al caer a una piscina. La Guardia Civil abrió una investigación para esclarecer si alguien tenía algún tipo de responsabilidad en la tragedia de la menor, que estaba acompañada de sus padres y su hermana de 5 años de edad. En apenas unos segundos, y pese a los esfuerzos del socorrista por reanimarla, la pequeña estaba muerta,

Desde la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo aconsejan «nunca dejar a un menor solo» y recuerdan que la supervisión de niños y niñas en el agua es «vital», incluso mejor si lo hace un socorrista.

«Nunca se debe confiar en que un o una menor pueda cuidar de sí mismo en un entorno acuático, ya que pueden ocurrir situaciones imprevistas y peligrosas en cuestión de segundos», hacen hincapié desde este colectivo.

No solo niños han perecido ahogados este estío. Y no solo en piscinas: también en embalses y playas. Desde junio ya son una decena de personas ahogadas.

Socorristas con horario

El Plan Copla (el que organiza los recursos con los que cuenta la Comunidad para la vigilancia y rescate en playas) establece que los socorristas tienen un horario. La mayoría de los puestos abren a las once y media de la mañana (hora a la que colocan la bandera verde, amarilla o roja, según corresponda) y cierran a las ocho y media de la tarde. Fuera de este horario es responsabilidad del bañista adentrarse en el mar. Socorristas consultados por esta redacción aseguran, además, que hay quien hace caso omiso aunque esté prohibido el baño. 

Mención aparte merecen los ríos y pozas. El 30 de junio, bomberos del Consorcio y buceadores del GEAS rescataban el cadáver de un hombre al que se le había perdido la pista, horas antes, mientras se bañaba en el Segura a su paso por Blanca. El mismo día, por la tarde, otro varón fallecía cuando estaba en el mar en la playa de las Sirenas, en La Manga. 

La empresa del servicio de vigilancia se reúne hoy con el Consistorio de Cartagena para aclarar la situación de los trabajadores

El 15 de julio, el cuerpo inerte de otro bañista fue sacado del agua en el Nacimiento de Fuente Caputa, en Mula. Quince días después, un joven de 21 años que estaba saltando desde unas rocas del Embalse de la Cierva, acompañado por dos amigos, una de las veces que se lanzó ya no emergió a la superficie. 

En este sentido, desde la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo consideran que es mejor evitar juegos peligrosos en acantilados, muelles o instalaciones acuáticas sin tener en cuenta la profundidad del agua. Tampoco es recomendable explorar zonas rocosas por las posibles lesiones, a veces letales, que puedan llegar a producirse.

En el conjunto del país, el número de ahogados se ha disparado también este año: 249 fallecidos por ahogamiento en los espacios acuáticos españoles de enero a julio de 2023. Se trata de los peores siete meses desde el año 2018. Cuando la Federación contabilizó los datos, en la Región había nueve muertos, igual que en el País Vasco: al día siguiente, falleció la pequeña de 3 años en La Manga. Ya son diez. 

En Cartagena dicen 'basta'

Los socorristas de las playas de Cartagena han dicho basta y han forzado al Ayuntamiento de Cartagena y a la empresa adjudicataria del servicio a que mantengan una reunión para, entre otros asuntos, llegar a un acuerdo sobre el tiempo de descanso que pertenece a los trabajadores según la normativa. Y es que, según cuentan los socorristas, la compañía no les reconoce el horario de descanso y trabajan de forma ininterrumpida de 11.00 a 20.00 horas, que es el tiempo que estipula el contrato que debe estar el puesto de socorrismo abierto.

Esta situación ya ha provocado que los trabajadores de algunos puestos del litoral cierren la instalación durante media hora en señal de protesta. No se trata de un cierre del servicio, ya que los socorristas siguen manteniendo el control sobre los bañistas, pero sí escenifican que la caseta no está operativa.

No obstante, el anuncio de la reunión entre Ayuntamiento y empresa ha suavizado los ánimos de los trabajadores, que han hecho un paréntesis en su protesta a la espera del encuentro del lunes y sus conclusiones. Si se alcanza un acuerdo, cesarán en sus protestas; si no, volverán a escenificar el cierre de los puestos.

Hay que recordar que se trata de un servicio licitado y adjudicado por el Ayuntamiento que, en sus pliegos, establecía un horario ininterrumpido de atención de 11.00 a 20.00 horas, sin entrar a organizar el tiempo de descanso de los trabajadores. «Es algo que compete a la empresa adjudicataria del servicio», explicaron fuentes municipales. El caso se ha viralizado de tal modo a través de redes sociales que el concejal de Seguridad Ciudadana, José Ramón Llorca, llamó este mismo jueves a la empresa para una reunión urgente, aunque finalmente el encuentro se celebrará el lunes.