Exposición del proyecto ‘Vidas que se unen’, del 24 al 30 de abril en el Palacio Huerto Ruano de Lorca

En el proyecto han participado mayores del centro de día Universidad de Poncemar y niños del CEIP San Cristóbal

Cartel de la exposición del proyecto ‘Vidas que se unen’.

Cartel de la exposición del proyecto ‘Vidas que se unen’. / L.O.

El proyecto intergeneracional ‘Vidas que se unen’ ha sido promovido por el grupo de investigación Educación, Calidad de Vida y Desarrollo de la Facultad de Educación de la Universidad que puso en marcha el Proyecto Esium, en el año 2009, para potenciar la investigación, innovación y transferencia desde la perspectiva de la Educación Social en el ámbito de la acción intergeneracional. Bajo la cobertura de este macroproyecto, surge la propuesta que se presenta y se ha desarrollado en la ciudad de Lorca. En él se encuentran implicadas distintas instituciones que lo han hecho realidad. Conviven Fundación Cepaim (con el apoyo de la Consejería de Política Social), la Fundación Poncemar y el CEIP San Cristóbal de Lorca. Instituciones a las que se ha unido el Ayuntamiento de Lorca para impulsar y propiciar su difusión y divulgación como buenas prácticas a través de la edición de un documental de la experiencia y exposición de fotografías de la vivencia, que busca contribuir a la labor de sensibilización social en la reducción del edadismo, favorecer espacios de inclusión social, contribuyendo a la creación de una sociedad más justa y solidaria. Desde el 24 al 30 de abril, y haciéndolo coincidir con el 29 de abril que es Día de la Solidaridad Intergeneracional, se podrá visitar la exposición del proyecto en el Palacio Huerto Ruano de la localidad.

En el proyecto han participado personas mayores usuarias del centro de día Universidad de Poncemar y niños y niñas de 5 años del CEIP San Cristóbal, dos centros que se encuentran ubicados en el mismo barrio, un barrio de amplia diversidad cultural. Es una experiencia pionera en el municipio atendiendo a objetivos diversos sintetizados en hacer tanto del centro escolar como del centro de día espacios abiertos, en contacto permanente con su entorno, trabajar la inclusión tratando de reducir los estereotipos por la edad o por la procedencia étnica (posibilitando este acercamiento también en las familias de loss participantes), contribuyendo a fortalecer vínculos entre diferentes generaciones, favoreciendo el fomento de las capacidades funcionales y cognitivas, orecer espacios de participación, cubrir necesidades de socialización y reforzar la identidad comunitaria desde el respeto a la diversidad.

El proyecto se ha desarrollado a lo largo de 10 sesiones en las que cada 15 días los menores se desplazaban al centro de día al que asisten los usuarios mayores para realizar las diferentes actividades. Aunque también pudieron realizar sesiones en el colegio y en el entorno del barrio. Las actividades han tratado de abordar diferentes ámbitos para que fueran de interés o acordes a las necesidades de los participantes y que permitieran trabajar los objetivos del proyecto. Algunas de ellas: construcción del grupo, juegos tradicionales, nuevas tecnologías, tradiciones, convivencia, imagen del mayor y proceso de envejecimiento, conocimiento del medio natural, etc. En algunas de las sesiones el proyecto ha contado con la colaboración desinteresada de maestros jubilados sensibilizados con los proyectos sociales compartiendo su experiencia con los participantes.

Además, el proyecto ha permitido, desde el ámbito investigador, el diseño de instrumentos de medida inicial y final en torno a estereotipos, una rúbrica de evaluación de objetivos durante las sesiones y cuestionarios de valoración de la experiencia intergeneracional que podrán replicarse en otros contextos.

Los resultados obtenidos a través de los mismos dan muestra del cumplimiento de los objetivos planteados como una mejora de la autonomía tanto física como cognitiva y motivacional en los participantes. Se han creado vínculos de solidaridad y sentido de ayuda entre ellos, respeto y aceptación, ya sea por edad o por procedencia cultural, reduciendo estereotipos, y se han creado vínculos afectivos muy arraigados entre los participantes. En definitiva, ha superado las expectativas establecidas dada la multitud de beneficios generados, poniendo de manifiesto la necesidad de dar a conocer la experiencia y que pudiera llevarse a cabo en otros centros escolares e instituciones de mayores como verdaderas comunidades de aprendizaje.

Con ese propósito, además de difundir los resultados a través de contribuciones científicas, para trabajar una educación ciudadana que fomente una sociedad más inclusiva de todos y para todos, con el apoyo del Ayuntamiento de Lorca se ha elaborado un documental sobre la experiencia, con el fin de tener un alcance divulgador importante, así como una exposición de fotografías que recogen los aspectos clave de la experiencia.