Opinión | Nos queda la palabra

Mentiras

El ‘ser o no ser’ es dónde reside la verdad sino es en los medios sin mediatizar del todo

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. / EP

El gran bulo del 11M, que 20 años después aún empaña el recuerdo de las víctimas, abrió la semana avergonzándonos a los periodistas por el doblemente triste papel que, como trileros, jugaron un buen número de inmundos medios de comunicación.

Y la cerramos con las trolas de una política que no tiene empacho en esgrimirla para, asómbrense, impulsar su popularidad. Trump, con 90 casos pendientes, cabalga, a tenor de un tropel de politólogos, hacia la presidencia de EE UU, rebuznando contra unos pocos jueces que escapan a su control y agarrándose a la mentira de su victoria electoral.

¿En qué momento se jodió la verdad? ¿Cómo es posible que Ayuso defienda públicamente que Hacienda debe 600.000 euros a su pareja cuando este ha reconocido dos fraudes fiscales? ¿Cómo se puede aducir que su novio está pasando una simple revisión cuando solo falta fechar el juicio? ¿Cómo se niegan facturas falsas que ya están reconocidas como tales tanto por el emisor como por el receptor? ¿Cómo se pregona la independencia con quien comparte dos grandiosos techos y un Maserati tras tirarse al cuello de todo lo que imagina en torno a sus enemigos políticos?

Lo que ya comprendemos es cómo se convirtió en la adalid de las terrazas en plena pandemia. Cuanto más se asomara la cabeza, más mascarillas se vendían.

También entendemos su desprecio a aquellos jóvenes que no ganan dinero, porque, a su juicio, no se esfuerzan como los que ella conoce, capaces de sumar millones con sociedades unipersonales, sin trabajadores.

Desde una u otra bancada, se echan a la cara la ya célebre frase que Pablo Casado dedicó a la madrileña: «La cuestión es si es entendible que el 1 de abril, cuando morían en España 700 personas al día, se puede contratar con tu hermana y recibir 286.000 euros de beneficio por vender mascarillas». Suma y sigue.

Pero eso es terreno de lo moral, y ya sabemos la catadura/caradura.

El ‘ser o no ser’ es dónde reside la verdad sino es en los medios sin mediatizar del todo.

Los mentirosos, de todo pelaje, se huelen a lo lejos, allá donde llega su nariz. Espero que todos tengamos el olfato a punto, el mismo que perdimos con el covid, aunque para otros todo fue ganar.

Suscríbete para seguir leyendo