Opinión | Mamá está que se sale

Padres

Voy a aprovechar el Día del Padre para reivindicar a los hombres y a los padres. A lo mucho que aportan y lo necesarios que son. Reconocer su aportación y su necesidad no me hace ni menos mujer, ni más sumisa al patriarcado

Kelli Mcclintock / Unsplash

Kelli Mcclintock / Unsplash

El próximo martes es el Día del Padre. Espero que te sirva de recordatorio por si aún no tienes nada pensado en forma de jersey, camisa, colonia… Yo llevo un tiempo diciéndole a mis hijos que le pregunten, da gusto acertar. Lo que no tienes que olvidar es el ticket regalo. La intención es lo que cuenta, pero no siempre se acierta, y es mejor ser prácticos.

Aunque no te escribo por eso. Normalmente, no le doy tanta importancia, pero este año estoy como de resaca con el Día de la Mujer. Ese día, que debería ser una ocasión estupenda para celebrarnos las mujeres y recordar lo mucho que aportamos, ser conscientes de todo lo que hemos hecho, nosotras y nuestras predecesoras. Y que, en vez de eso, ha evolucionado en forma de reivindicación, no de la mujer y de lo que somos, sino contra el hombre

Ahora es el día del alzamiento feminista. Contra los hombres en general, y contra cualquiera de ellos en particular. Ya no es el Día de la Mujer, ahora es el día contra el hombre. No estoy de acuerdo para nada. Ni con no celebrar lo mucho que tenemos que festejar y recordar las mujeres, precisamente para que no se olvide ni se dé un paso atrás. Ni tampoco en celebrar un ‘abajo los hombres’. Todo ese ‘feminazismo’ que se ha apropiado del feminismo legítimo me parece tal mamarrachada, y tal parida (ya que hablamos de mujeres), que estoy harta. Me planto. Voy a aprovechar el Día del Padre para reivindicar a los hombres y a los padres. A lo mucho que aportan y lo necesarios que son. Reconocer su aportación y su necesidad no me hace ni menos mujer, ni más sumisa al patriarcado. Otra que te pego. ¿Qué demonios es el patriarcado? ¿Desempeñar un trabajo que traiga dinero a casa y atender las necesidades que haya, hasta que cada cual sea independiente, es un patriarcado? Los romanos a eso le llamaban ‘paterfamilias’. Se llamaba así a quien representaba legal y administrativamente a todos los miembros de su familia mientras estuvieran bajo su techo, y se encargaba de que a nadie le faltara de nada.

He llegado a oír que celebrar el Día del Padre era una discriminación hacia las madres solteras o hacia sus hijos. Qué tontería más grande. Gracias a Dios, los niños son más listos que todas esas elaboraciones artificiosas. Tengo una vieja y gran amiga que tuvo a su hijo en solitario por elección propia, y antes de que ella se lo sentara en sus rodillas a explicarle por qué no tiene un padre reconocido a nivel administrativo, el niño salió, precisamente un Día del Padre, con que para él su padre era su abuelo, no por deducción sociológica ni sustitutiva, ni por trauma asociado a la carencia de no tener padre. Para él, su referente paterno, la figura masculina que va por delante, quien le recoge si su madre no puede, el que se lo lleva de paseo con los primos, y sobre todo a quien él quiere, es su abuelo. 

Todo lo que los otros niños hacían con sus padres, él lo hacía con su abuelo, y eso hacía que fuera el abuelo el destinatario de los regalos que hacían en el cole por el Día del Padre. 

Cuando mi amiga me lo contó, en uno de los cafés que nos tomamos, concluimos que la madre naturaleza es más sabia, más práctica y mil veces más lista que todos esos inventos antihombres. 

No hace falta hablar de progenitor lactante o progenitor no gestante. ¡Jesús qué gilipollez tan grande! El progenitor lactante, lo siento mucho, es la madre. Y el no gestante, o si quieres, acompañante, lo siento igualmente, pero ese es el padre.

Pero no perdamos el tiempo con inventos de pacotilla. De todas las cosas que podemos decir sobre los padres, yo me quedo con el dato de por qué el Día del Padre se celebra el día de San José. No es sólo porque fuera el padre de Jesús, aunque algo tendrá que ver, claro. Pero se celebra en San José porque fue quien acogió la venida del niño, incluso sin saber muy bien de dónde venía. Quien tomó a su mujer como tal, y dispuso lo necesario para dar al niño un hogar. Quien figuraba socialmente como padre y como cabeza de familia, sin importar de quién fuera el niño. Quien realizaba un oficio y lo supo enseñar a su hijo. Pero, sobre todo, quien permaneció en silencio y sin aspavientos, cumpliendo su función: la de ser roca firme, sustento y amparo, por encima de sus propios anhelos. 

Así que, para todos los padres, los ‘paterfamilias’, las rocas, sustentos y amparos, feliz Día del 

Padre.

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