La Feliz Gobernación

Combustión controlada

Ángel Montiel

Ángel Montiel

Si todas las fuerzas políticas apoyan la movilización agraria del próximo miércoles, ¿a qué extraterrestre agente se dirigen las reivindicaciones del campo? Todos están de acuerdo con la expresión de rabia de los agricultores, pero ningún partido, en el poder o en la oposición tanto en el Estado como en las autonomías, se siente concernido sino para su solidario respaldo.

Algo va mal en la política agraria cuando los productores se consideran agredidos por ella. ¿Cómo es, entonces, que la totalidad de los partidos se manifiesten con los agricultores como si ellos no tuvieran algo que ver en el diseño de esa política?

¿Las manifestaciones van exclusivamente contra la política europea? Europa no es un ente abstracto en el que las fuerzas políticas estén excluidas de las decisiones sino que éstas se toman por las mayorías que conforman las terminales de los representantes nacionales. 

Es cierto que parece que existen discrepancias entre unos y otros acerca de la redacción final del manifiesto con que concluirá la movilización. Una señal de que tendrán que ser los propios agricultores quienes hagan encaje de bolillos para que el texto conforme a todos, es decir, a nadie, y menos a los propios agricultores, que en vez de imponer sus planteamientos a los partidos tendrán que procurar que el texto satisfaga a todos, es decir, resulte un café descafeinado. 

El esfuerzo por conducir el movimiento agario a través de los sindicatos convencionales lleva inevitablemente a desactivar el furor en el sector, ya que tales sindicatos tienen la función de amansar al rebaño para que en la política del campo vuelvan a ser ellos los interlocutores directos de los Gobiernos y de los partidos.

La movilización del próximo miércoles asume como principal objetivo aplacar las protestas, reconducirlas a la intermediación sindical y permitir que las fuerzas políticas retomen el control. 

Se trata, en definitiva, de abrir la espita de la olla pronto para que se produzca un falso alivio vaporoso del potente malestar. 

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