La Feliz Gobernación

El falso fracaso

Primera votación del Congreso a la investidura de Feijóo como presidente del Gobierno

Primera votación del Congreso a la investidura de Feijóo como presidente del Gobierno / Sergio Pérez

Ángel Montiel

Ángel Montiel

Decía Luis Aragonés que hay que ganar los campeonatos porque del vicecampeón nadie se acuerda. Feijóo ganó el debate de investidura aunque no ganara la investidura ni compareciera el finalista. El PP necesitaba un líder, y es bien claro que lo tiene. Si lo observas desde cualquier burbuja, no lo verás, pues tus prejuicios ideológicos oscurecerán el retrato. Hay que verlo con gafas PP. Sin embargo, tocar el poder sólo con la punta de los dedos no era el encargo, y en un partido como el de la gaviota, ya adicto al ensayo prueba-error, el gallego puede quedar en tránsito. Pero ¿quién hay de repuesto?

Moreno Bonilla, una versión contenida del viejo Arenas, con su punto de campechanía de taberna andaluza y del consiguiente populismo ceceante. Y Díaz Ayuso, una libertaria que sólo ha leído libros de sesgo, si bien eficacísima en su desparpajo doctrinario, un Milei madrileño, aunque más lista y mejor estratega que el argentino.

Feijóo, frente a sus alternativas demagógicas o extremas, representa el anclaje en la Transición, la experiencia suavemente conservadora y una visión modernizada de lo que significa la derecha sin producir rupturas o alteraciones entre sus mesnadas. Es el hombre tranquilo, irónico y hasta en apariencia desapegado capaz de transmitir confianza a las beatas y un sentimiento de tolerante paternidad a los jóvenes rebeldes contra las correcciones de este tiempo. Ante él la mayoría de sus oponentes se desmoronan porque sus discursos plastificados chocan contra el muro de lo que siempre ha sido así, tal como es.

Feijóo ganó el debate porque aparece como el hombre maduro que ofrece seguridad en un mundo que, como en el Aleluya de Aute, no se sabe adónde va. Muestra que no es perfecto, claro; se enreda en contradicciones, como todos, y tiene una enorme facilidad para utilizar datos confusos, pero con todo y con esto, es un líder PP que ni hecho de encargo. Algunos, incluso en su partido, harán mal en creer que ha fracasado.

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