La Feliz Gobernación

Feijóo se fajó

La sesión de investidura de Feijóo.

La sesión de investidura de Feijóo.

Ángel Montiel

Ángel Montiel

Menudo patinazo después de saludar. Que tendría los votos de los indepes si aceptara sus demandas, olvidando que en tal caso perdería los de Vox. Feijóo empezó fatal y siguió dando algunos patinazos dentro del buen tono y de un trazado que, salvo las contradicciones de lo que anunciaba respecto a lo que su partido, incluso con él al frente, había votado en la anterior legislatura, reconciliaba al PP con una derecha desconocida durante largo tiempo. Parecía el PP que habría imaginado Feijóo si hubiera dispuesto de los votos para gobernar y no dependiera de Vox. Lástima que nos lo perdamos. 

La réplica del PSOE, de la mano del inesperado Óscar Puente, constituyó una sucesión de genialidades, tan directas al mentón que Feijóo sólo pudo aplacarlas aludiendo a que no era Sánchez quien se aplicaba contra él. El exalcalde de Valladolid hizo una deconstrucción tan minuciosa y gráfica del marco de Feijóo para la investidura que éste renunció a replicar los argumentos y recurrió al currículo del banderillero para esquivar las puyas. El pretexto de que no estaba dispuesto a ejercer en el Club de la Comedia se lo pasó por alto enseguida, cuando se recreó con tal estilo en sus réplicas a los tres portavoces de Sumar, que se lo pusieron tan fácil que lo sorprendente es que les perdonara la vida, aunque al perdonársela los dejara por los suelos. Para esto, que vuelva Podemos.

Después Feijóo se cepilló con excepcional brillantez a los portavoces de ERC y de Junts, que parecían no tener argumentos de mayor enjundia que señalar el hecho de que al del PP no le alcanzaban lo votos. 

Feijóo empezó faltal, pero fue ganando terreno conforme avanzaba el debate por incomparecencia intelectual de sus oponentes, salvo en el tramo en que quedó descolocado por la radiografía política de Puente. Aun así, es seguro que ese Sánchez que dejó pasar el debate mirando las lámparas del Congreso no pudo evitar reconocer que el líder del PP, a pesar de sus traspiés, es un adversario letal. Perderá la investidura, pero ayer ganó por KO.

Suscríbete para seguir leyendo