Opinión | Pintando al fresco

El verano se va

Una imagen veraniega de una costa murciana.

Una imagen veraniega de una costa murciana.

Esta mañana, como el habitante que soy de un pequeño pueblo en las orillas del Mar Menor, he hecho lo que todos solemos hacer por aquí, asomarnos a ver cómo está el paisaje marítimo hoy, y el cielo, con sus nubes grises y blancas, y el mar, con un reflejo de plata provocado por un rayo de sol que se había filtrado entre los algodones de nubes, acompañado de un cierto viento fresco que yo solo he sentido en mi piel aquí, comunicaba a los asistentes a este acto matutino que el verano está llegando a su final. Por supuesto que habrán más días de calor extremo, porque no olvidemos que septiembre ha sido siempre el mejor mes para pasarlo en los alrededores de nuestra laguna, cuando todo está más tranquilo, cuando los días de cielo azul intenso y ligero viento del norte te ofrecen algo que nunca dan julio o agosto.

Claro está que los nenes han de comenzar en los colegios, que los padres tienen que ir a trabajar, pero siempre hay familias que de alguna manera se organizan para poder vivir aquí algunos días de este noveno mes del año. Y, por supuesto, los jubilados, y los que tienen su domicilio habitual en estos pueblos.

¿Y qué le contaremos a nuestros familiares y deudos cuando nos pregunten en el futuro cómo fue este verano del año 2022? En lo que se refiere a la laguna, muchísimo mejor que los anteriores recientes. No sé si habrá sido por lo de la biomasa que el presidente López Miras ordenó extraer.

Por cierto, qué bonitas las fotos de portada y de interior de este periódico el viernes, con nuestro presidente viendo desde un barco cómo trabajan los pescadores y obreros sacando esa materia maloliente, metidos en el agua, tostándose como gambas a la plancha durante todo el verano, lo que demuestra que hay ciertos trabajos, el de político, por ejemplo, que son mejores que otros, como el de extraer cieno del fondo del mar durante varias horas al día.

Y, ya les digo, que el agua se ha mantenido transparente a pesar de que estaba muy caliente, que se ha visto mucha más animación en las calles y en las playas, que ha vuelto a pasar a diario el camión del tapicero, el panadero y el hombre que vende melones y sandías a domicilio. En cuanto a la oferta cultural y de diversión juvenil, esta Región ha ofertado al público en general una variedad grande de posibilidades, desde conciertos estupendos a teatro, cante flamenco y fiestas populares.

También hemos tenido nuestras pequeñas ‘serpientes de verano’, como el cabreo del alcalde de La Unión con el fallo del jurado del festival del Cante de las Minas, manifestado a gritos, vaya usted a saber por qué, o el concierto en medio del mar, cerca de la isla del Ciervo, que todos los asistentes encontraron la mar de divertido y sugerente, con el que nadie ganaba un solo euro, o sea, que se hacía por aquello de pasar un buen rato, pero al que se consideró un ataque ecológico y no porque a los peces no les gustara la música, sino porque tanta gente fondeada hacía daño al medio ambiente marítimo, estropeándolo todo con las anclas y el ruido de los motores. Sugiero aquí, desde mi ignorancia, que en vez de multar a los responsables o perseguir a los asistentes, la Administración estudie este tema y oferte el modo de que puedan convivir los músicos con los navegantes y con los peces y que se pueda llevar a cabo una cosa tan ‘bonica’ que mucha gente disfrutó.

Así que volvamos del corazón a nuestros asuntos porque la vida sigue y las vacaciones de verano son solo un paréntesis. Pero se puede volver un fin de semana, se puede alquilar un apartamento en La Manga, una casa en primera fila en Los Urrutias, Los Alcázares, etc. y tantas otras opciones que están cerca y que ofrecen mucho. No se lo pierdan.