Igual que en tantos otros, en el mercadillo Pueblo de Benidorm pueden adquirirse por 40/50 euros bolsos de Prada, Chanel y Vuitton, lo que representa unos seiscientosmenos de lo que vienen a costar los originales. Rita Barberá tendría que revisar el suyo no vaya a ser que haya logrado estar en el disparadero por nada. No creo porque, en ese caso, el escándalo igual lo habría formado ella. En La flor de la vida, comedia amable con un par de actorazos, una cuidadora „del Este, naturalmente„ entra en la vida de padre e hijo para asistir a aquél y el hada madrina en que se convierte tiene tendencia a desaparecer sin dejar rastro. La razón es que el piso en el que habita con su prole es el centro de distribución de falsas zapatillas de marca y, cuando la poli cae sobre la red, el maromo reflexiona todo serio: «No lo entiendo. La gente del barrio está tan contenta con esto...».

En los puestos de la villa turística se encuentran Adidas a veinticunco euros y los vendedores pueden andar tan campantes. Aunque son prácticas perseguidas, el maromo que lleva el área municipal de Comercio ha dicho que, al no existir denuncia, no se está sobre ello. O sea, que el Ayuntamiento, que cobra sus tasas, clava a los comerciantes sean ambulantes o no y les exige equis requisitos para desplegar la actividad; en cambio, si ésta anda bajo sospecha se desentiende. Así es responsable público hasta el que asó la manteca y ya sabemos que hoy es lo que abunda, mucha manteca.

Menos mal que otro tipo de redes, las sociales, sirven para distender. Un menda ha colgado lo siguiente: «Pedir una camiseta del Manchester United de manga larga y que te envíen esto...». Y la imagen es la casaca roja con el número 20 y, rodeándolo por arriba donde se coloca el nombre, figura: «Mangalarga». Los chinos estos no solo van a quedarse con todo el mercado, sino hasta con las ocurrencias.