La lluvia estropea la última procesión de Lorca

Jesús Resucitado desfilaba en el interior de la iglesia de San Patricio ante las previsiones meteorológicas

Daniel Navarro

Daniel Navarro

Finalmente, la lluvia se convertía en protagonista de la Semana Santa de la Ciudad del Sol. Tras un Domingo de Ramos en que el Desfile Bíblico-Pasional estuvo a punto de ser suspendido por las precipitaciones, ayer la procesión sí que debía ser suspendida.

Tras confirmar con los servicios meteorológicos las predicciones Fulgencio Gil, alcalde de Lorca, y la directiva provisional de la Archicofradía de Jesús Resucitado, decidían suspender la procesión por el Casco Histórico de la ciudad.

En su lugar, se celebraba un desfile en el interior de la ex colegiata de San Patricio, donde el ‘Palero’ se encontraba con la Virgen de la Encarnación, que además realizaba su tradicional recorrido por los barrios altos.

La imagen de Roque López, de 1800, recorría el interior de la antigua colegial, anunciando, una vez más, que ha resucitado, y el cristianismo ha triunfado. Acompañado por la nueva bandera de la cofradía, estrenada este año. Diseñada por Pepe López Gimeno, que creaba el medallón central a partir de un cuadro que el mismo artista realizara hace más de 20 años por encargo de la familia de Irene Mondéjar, última presidenta de la archicofradía. Realizada en sedas y canutillo de oro sobre raso blanco, el paño de 190 centímetros por 150 acaparaba todas las miradas.

De estilo ecléctico, donde predominan los motivos clásicos, el motivo principal, situado en el anverso de la bandera, es la imagen titular de la Archicofradía de Jesús Resucitado, un bordado en seda matizada para el cual se han utilizado las técnicas del punto simple y el punto corto cruzado. La ornamentación que enmarca la figura está bordada en oro y recuerda a una custodia procesional. En su parte inferior se lee la palabra latina SURREXIT, cuyo significado es 'se levantó'.

Así las cosas, Jesús Resucitado recorría su sede canónica, aunque en otros tiempos permaneciera en Santa María, que abandonó por obligación tras la guerra civil. Entonces, cuentan los mayores del barrio, fue salvado y escondido en el Ayuntamiento donde permanecía durante algún tiempo. Su estancia en el lugar le llevaba a recibir el título de ‘Alcalde Honorífico’ en 2002, por ser el que más tiempo había ocupado el despacho del alcalde. Es por lo que la imagen del ‘Palero’ lleva en su mano derecha un bastón de mando idéntico al que luce el mandatario de la ciudad, y que ayer, como es tradición, portaba en el trono.

Junto a Él, la Virgen de la Encarnación lucía su manto blanco que hace años fue estrenado después de que el anterior se destrozara tras un fuerte aguacero durante la procesión de Domingo de Resurrección. La imagen, de vestir, fue esculpida en 1941 por el escultor valenciano José Gerique Roig. Vino a sustituir a la antigua imagen de la iglesia de Santa María que fue destruida en la Guerra Civil, una bella escultura de autor desconocido de principios del siglo XVIII y que fue retocada por Roque López en 1797.

Ante una ‘catedral’ lorquina abarrotada, el hijo se encontraba con su madre, que después y para finalizar eran honrados con una misa solemne.