La antigua iglesia de San Pedro de Lorca estrena iluminación

La antigua iglesia de San Pedro con la nueva iluminación ornamental, este miércoles.

La antigua iglesia de San Pedro con la nueva iluminación ornamental, este miércoles. / A.L.

Daniel Navarro

Daniel Navarro

En la noche de ayer la iglesia de San Pedro de Lorca estrenó un nuevo sistema de iluminación ornamental. Desarrollado dentro del Programa Formativo de Electricidad de la Concejalía de Desarrollo Local y Empleo, para la realización del mismo el Ayuntamiento ha invertido 2.500 euros.

Compuesto por 12 focos LED, gracias a la tonalidad blanca suave de los mismos –3.000 grados Kelvin–, se destacan con claridad los elementos más representativos del templo, distribuyéndose entre la fachada, que cuenta con seis, la torre y la cubierta, a las que apuntan 4, y dos en los laterales.

Tras un proceso que ha durado varios días, durante los que se han llevado a cabo las correcciones y pruebas oportunas, el monumento ya luce la iluminación definitiva. Durante el acto de inauguración Fulgencio Gil, alcalde de Lorca, declaraba que la iglesia de San Pedro constituía el primer paso de un plan que iluminará distintos enclaves y monumentos de la ciudad. El siguiente monumento que recibirá atención dentro de este programa será la Plaza del Óvalo, donde se recuperarán las luces verticales de la pérgola y balizas. Posteriormente, se llevarán a cabo actuaciones similares en el antiguo convento de la Merced y la muralla medieval.  

En este sentido, cabe recordar que la antigua iglesia de San Pedro, del siglo XV, es uno de los tres templos de los Barrios Altos. Tiene bóveda y portada barroca y nervadura ojival en el presbiterio. Fue devastada por el terremoto de 1674. Desde entonces, se encontraba en estado de ruina. Con los seísmos de mayo de 2011 su deterioro se agravó, siendo sometida a un proceso de rehabilitación integral que concluyó a principios de 2019. El proyecto de rehabilitación permitió la recuperación del espacio arquitectónico primitivo con la restauración de la geometría de las bóvedas perdidas y de los sillares de la crucería del cuerpo de entrada al templo, así como la consolidación de la portada gótica, la torre, las cornisas y los elementos decorativos.