Lleva Felipe Moreno tres semanas amenazando de puertas para adentro con emitir un comunicado para informar de que renuncia a invertir en el Real Murcia. No lo hizo a la primera, cuando no conseguía solucionar sus divergencias con Mauricio García de la Vega. Tampoco lo hizo a la segunda pese a afirmar a algunas personas cercanas que iba a dar marcha atrás porque tenía sobre la mesa la posibilidad de llegar al Burgos. Pero si lo ha hecho a la tercera. Este mismo domingo, el empresario cordobés ha cumplido con sus amenazas. 

En una nota comunica que pese al esfuerzo realizado en los últimos meses finalmente no entrará en el Real Murcia como socio de Agustín Ramos. "Cuando todo se encontraba muy avanzado, han surgido nuevas discrepancias que imposibilitan la firma de este acuerdo. Esto nos lleva de nuevo a la casilla de salida y echa por tierra horas de trabajo", explica.

Este último movimiento de Felipe Moreno, que deja claro que no estará en la Junta de accionistas de este martes, confirma las idas y venidas que llevaba ejecutando el cordobés en las últimas semanas y de las que ya viene informando este diario en las últimas semanas.

¿Un farol de Moreno?

La duda ahora está en saber si finalmente Felipe Moreno mantendrá su postura, lo que le dejaría en muy mala posición sobre todo todo después de la sobreexposición que ha tenido de cara a los medios, acudiendo incluso este mismo miércoles a una comida con los jugadores y el cuerpo técnico del Real Murcia. Porque otra posibilidad es que este comunicado solo sea para presionar a Agustín Ramos, que sin el acuerdo se quedaría en una situación muy delicada. 

Por un lado, tendría que seguir poniendo dinero en un club judicializado y con la oposición de los accionistas minoritarios, que no le van a permitir convertir en acciones el dinero que invierta. Y por otro, va a ser señalado como culpable de la no entrada de Moreno en el club.

¿Qué pretende Felipe Moreno?

Lleva Felipe Ramos tres semanas intentando no dar puntada sin hilo. Así lo confirma cada uno de sus movimientos. Lo hizo con Mauricio García, pretendiendo que éste le cediera sus acciones sin abonar por ahora lo acordado, y lo ha hecho con un Agustín Ramos acorralado.

Porque, en el tablero de ajedrez del Real Murcia, Agustín Ramos necesita más a Felipe Moreno que Felipe Moreno a Agustín Ramos. ¿Por qué? Porque si se rompe el acuerdo, el presidente grana no solo tendría que continuar poniendo un dinero que no le van a convertir en acciones sino que además va a crecer la oposición de minoritarios como Francisco Tornel.  

Mucho más esperanzador sería el panorama de Felipe Moreno si todo se va al traste. No podría entrar el cordobés de forma directa, sin embargo, el empresario simplemente tendría que esperar pacientemente. 

Sabe que solo tiene que levantar el teléfono para tener de su lado a todos los accionistas minoritarios, lo que sería un golpe por la espalda contra Agustín Ramos, y además sabe que en cualquier momento el Supremo podría tirar para atrás el recurso grana, lo que le encaminaría a convertirse en el dueño del 84% de las acciones.

Un árbitro poco imparcial

Y con todo a favor, Felipe Moreno ha lanzado un pulso a Agustín Ramos en los últimos días para que el presidente vaya cediendo en todos los puntos del acuerdo que les convertiría a ambos en socios, un ultimátum que podría haber sido decisivo para que todo se rompa, según se entiende en el comunicado. Y una de las condiciones ‘sine qua non’ que impone el andaluz y que dejaría muy tocado al murciano de aceptarla está en el nombramiento de Andrés López como árbitro en caso de que no haya acuerdo en la toma de decisiones.

¿Y cuál es el problema? Que aunque Andrés López ha sido el abogado que se ha encargado de redactar el contrato que ambos tienen previsto firmar este martes, el letrado murciano está directamente relacionado con Felipe Moreno, por lo que el papel de imparcial queda completamente en duda. 

No puede arbitrar un conflicto alguien que está totalmente posicionado con una de las partes, o por lo menos eso es lo que piensa Agustín Ramos, pero Felipe Moreno, que quiere al presidente grana como socio pero que quiere tener todo el poder dentro del club, no está dispuesto a perder la bala ganadora que le daría convertir a Andrés López en árbitro.

De momento, atendiendo al comunicado, todo se ha roto definitivamente, pero, atendiendo a los bandazos que está dando Felipe Moreno y que le dejan en una posición poco seria, que nadie descarte que de aquí a la Junta del martes haya otro comunicado que diga que todo se ha arreglado. Porque hace solo una semana, pese a afirmar un día que renunciaba a invertir en el Real Murcia, al día siguiente no dudó en hacerse una fotografía con Agustín Ramos y enviarla directamente a todos los medios.

Y dado que Agustín Ramos no está en condiciones de exigir demasiado sino quiere ser eliminado de la partida por la Junta de Accionistas, lo normal es que acabe cediendo en el pulso y este martes el presidente se dé la mano con Felipe Moreno, firmando el pacto más deseado por el murcianismo.

Actuando a espaldas de Ramos

Y en esa estrategia diseñada de forma meticulosa el ex dirigente del Leganés quiere a Agustín Ramos como su socio, pero no lo quiere a cualquier precio, de ahí, que con el reloj corriendo demasiado rápido, el final feliz que ambas partes habían vendido a la opinión pública, con foto filtrada a los medios incluida, no tenía nada de real. O por lo menos no lo tenía por el lado de un Felipe Ramos que a la vez que sonríe en los posados con el presidente grana a sus espaldas lleva semanas haciendo movimientos extraños y en secreto.

Por eso no informó en ningún momento a Agustín Ramos de los problemas que tenía con Mauricio García de la Vega y que le han quitado el sueño durante un par de semanas. Porque, aunque el cordobés sabe desde principios de noviembre que para disponer de las acciones de Iconos Nacionales primero tiene que abonar un segundo pago de dos millones de euros, en el Real Murcia creían que todo estaba solucionado y que el azteca daría un poder a Moreno para que este controlase su capital pese a no ejecutar el pago. 

De ahí, la sorpresa que se llevaron el viernes cuando llegó a las oficinas un burofax en el que García de la Vega informaba de que iba a impugnar la Junta del día 29, una cita a la que no se sabe si acudirá al llevar ya varios meses sin querer hacer declaraciones.

La reaparición del representante de Guadalajara resquebrajó un poco la confianza de Agustín Ramos, al que Felipe Moreno no había informado absolutamente de nada pese a que solo unos días antes habían compartido mesa y mantel en una comida a la que también habían asistido el cuerpo técnico y los jugadores. 

Pero esa pequeña brecha se ha ido agigantando a lo largo del fin de semana, hasta el punto que el cordobés ha dado el paso con el que venía amenazando y ha emitido un comunicado en el que confirma que se ha roto todo, poniendo entre la espada y la pared a un Agustín Ramos que sería el gran perjudicado del fracaso de la operación.