Teatro

"Parece que la mujer, una vez que cumple los 40, ya no existe sexualmente"

"Estamos acostumbrados a que los hombres hagan un humor gamberro, pero en nosotras todavía queda como raro", lamenta la actriz

Elia Estrada, actriz.

Elia Estrada, actriz. / La Opinión

Enrique Soler

Enrique Soler

El Auditorio Municipal de Calasparra presenta esta tarde (19.00 horas) la obra Señora, córranse, una comedia «sin tapujos» de la compañía Teatro de la Entrega y Las Galgas. Subtitulada como Crónicas sobre el placer y la sexualidad femenina, se trata de una reivindicación del placer de tres mujeres de «cierta edad», de «un canto al orgasmo femenino» y, en resumen, de un golpe sobre la mesa; golpe para decir: «Ahora nos toca a nosotras disfrutar»

O eso dicen Andrea Pacheco, Beatriz Maciá y Elia Estrada, las tres mujeres que, bajo la dirección de Aitor Basauri, tienden la mano al público asistente para adentrarse con ellos en «un espacio en el que todo puede suceder». Porque en Señora, córrase hay coreografías contemporáneas surrealistas, canciones, confesiones íntimas, escenas de obras de Chéjov en las que las protagonistas por fin dicen lo que quieren, partidos políticos improbables, parodias de bastardos actuales… Además, «nadie estará a salvo porque en cualquier momento se romperá la cuarta pared para dirigirse al patio de butacas».

Hablamos con Estrada, una de sus protagonistas –y actriz de dilatada trayectoria en el sector teatral de la Región–, para conocer un poco mejor esta producción.

Esta es una obra reivindicativa. En concreto, reivindicativa de lo que es el placer sexual femenino.

Sí. Creemos que está bien hablar de ello, ¿no?, y más si lo hacemos encima de un escenario. De todas formas, que nadie se piense lo que no es: esta es una comedia y, por tanto, lo hacemos con mucho sentido del humor.

"Cuando las mujeres hablamos de sexo o del placer femenino, las referentes que tenemos en el cine o en cualquier otro ámbito de todo este imaginario suelen ser mujeres jóvenes"

Para ser más exactos, Señora, córrase se plantea esta cuestión pero desde la perspectiva de mujeres de «cierta edad», que muchas veces son discriminadas en lo que respecta a este tema. Y eso, si no invisibilizadas...

Pues eso pensamos nosotras. Cuando las mujeres hablamos de sexo o del placer femenino, las referentes que tenemos en el cine o en cualquier otro ámbito de todo este imaginario suelen ser mujeres jóvenes. Parece que sexualmente dejamos de existir una vez cumplimos los cuarenta, que a partir de entonces somos seres sin apetencias sexuales, como que esa forma de placer deja de estar presente en nuestras vidas. Claro, cuando llegamos a esta reflexión nos empezamos a plantear qué estaba pasando, por qué las cosas son así, y quisimos poner todo esto sobre la mesa. Creo que es importante que se creen oportunidades de hablar sin tapujos, sin vergüenza, de todo este asunto; porque en el fondo es algo que todas pensamos y sentimos, lo que pasa es que no siempre lo compartimos con nuestras amigas ni, en ocasiones, con nostras mismas.

Es como si hubiera dos planos, ¿no? Es algo totalmente normal, pero socialmente es como si se quisiera ocultar.

En el caso del hombre quizás sí sea más visible. Tengo la sensación de que hablar por ejemplo de la masturbación masculina está mucho más normalizado, como que es algo que está a la orden del día y que, incluso, se da por hecho, pero las mujeres también nos masturbamos. Es más, no solo queremos hacerlo y lo hacemos sino que nos viene fenomenal. 

"¿Qué nos lleva a las mujeres a aceptar algo que no nos está gustando o no nos termina de convencer?"

Y ahí está el germen de Señora, córrase.

Sí. Todo surge cuando las tres integrantes de la compañía [Las Galgas], Andrea, Beatriz y yo, que somos muy amigas -además de haber trabajado juntas muchas veces-, nos descubrimos hablando de todos estos temas, de cosas con las que igual no estábamos del todo cómodas. Y nos damos cuenta, por ejemplo, que todas en algún momento de nuestras relaciones sexuales habíamos fingido orgasmos. «Pero, y esto... ¿por qué?». Quiero decir: ¿Qué nos lleva a las mujeres a aceptar algo que no nos está gustando o no nos termina de convencer? Y, sobre todo: ¿Qué nos lleva a ocultarlo? Porque casi siempre somos nosotras las que no hemos querido decirlo, y yo creo que si las cosas se hablan de manera natural todo es mucho mejor.

En la sinopsis de la obra se dice que usan un lenguaje «gamberro», pero yo diría que se trata simplemente de un lenguaje más cotidiano, de la calle.

Quizá. Pero es que parece que nos hemos acostumbrado a que los hombres puedan hacer este tipo de humor, que está muy bien, pero que en nosotras todavía queda raro, ya sea en el día a día, el teatro, la tele o el cine. Pero sí, es un lenguaje gamberro, no malsonante; el tema es que al hombre se le permite ser ‘inadecuado’, mientras que a las mujeres como que se nos ve menos en ese papel, ¿no? Por eso nosotras intentamos ser gamberras en escena, para llemar la atención sobre esto; incluso hacemos un coloquio con el público después. 

"A muchos les cuesta pronunciar ciertas palabras como ‘clítoris’, ‘vagina’ o ‘vulva’, como que les da vergüenza"

¿Y cómo reacciona el público?

Pues la respuesta siempre ha sido increíble cuando la hemos hecho. Aunque es verdad que cuando hablamos con la gente siempre pasan cosas muy curiosas, como que a muchos les cuesta pronunciar ciertas palabras como ‘clítoris’, ‘vagina’ o ‘vulva’, como que les da vergüenza. O como que cuando van a la taquilla a comprar las entradas no acababan de decir el título completo de la obra. Nosotras, en cambio, intentamos aportar nuestro granito de arena para normalizar el hablar de todos estos temas, porque no es algo que nos es ajeno, sino que está en nuestro día a día, en el de todas, y creo que nuestra vida sería mucho mejor si pudiéramos hablarlas con naturalidad.

¿Cómo nace este proyecto? Proyecto que es una coproducción con Teatro de la Entrega.

Por lo que te digo: teníamos ganas de hablar de este tema, y de hacer desde el humor (porque es el lenguaje que siempre hemos trabajado). Además, hemos tenido la oportunidad de hacerlo dirigidas por un director (y actor) sensacional como es Aitor Basauri, componente de una compañía inglesa, SpyMonkey, y que ha trabajado incluso con el Circo del Sol. A la hora de hacer este tipo de humor irreverente y gamberro, sabíamos que tenía que ser él quien nos guiara sobre el escenario.  

Y en cuanto a lo de Teatro de la Entrega, es una compañía con la que hemos trabajado muchísimo, que nos conoce. Pues se que que se enteraron de que estábamos trabajando en este proyecto y les apeteció formar parte, así que nos dieron cobijo y toda su ayuda. Además de la ayuda del Teatro Circo, del Ayuntamiento de Murcia y del ICA, claro. Porque tenemos que decir que nos hemos sentido muy arropadas y que se nos ha dado una libertad creativa inmensa; siempre han confiado en lo que queríamos contar y nos han dejado hacerlo del modo en el que nosotras queríamos hacerlo.

Como decía, comparte escenario con Andrea Pacheco y Beatriz Maciá, a las que conoce desde hace mucho tiempo... Supongo que eso es importante, sobre todo en una pieza que tiene mucho de improvisación, en tanto en cuanto hay interacción con el público.

Con Beatriz llevo más de veinte años, y con Andrea también llevo mucho tiempo. Y sí, es importante eso que dices. Pero el teatro de por sí, por muy ensayado que esté, siempre es un acto único; es lo que le diferencia de lo que está grabado. Parece que no, pero incluso en espectáculos de los que se dicen ‘de la cuarta pared’, en los que actúas y parece que no existe el público, sobre las tablas sientes las reacciones del público, y eso afecta a cómo estás interpretando. Digamos que el patio de butacas es un termómetro para nosotros y no podemos ser ajenos a ello. Aunque, sí, en esta ocasión eso es todavía más evidente porque les pedimos que participen directamente en la representación, lo que significa que no puede prever lo que va a ocurrir en cada momento. Pero bueno, eso también es un gran generador de anécdotas durante la función. 

Y, después de Calasparra, imagino que la gira sigue.

Sí. Viajaremos a Santander, donde presentaremos Señora, córrase el domingo 23, y luego el 10 de mayo estaremos en Santo Ángel. Pero bueno, estamos moviendo el espectáculo y preparando próximas representaciones.