Arte

Luisma Soriano: "El arte no debe ser para entendidos ni elitistas, ni ser endogámico"

"No hay poesía en el sufrimiento, pero el arte permite al tiempo trasladar todo eso a un lugar ficticio", asegura el dramaturgo, que el viernes día 1 pone en escena 'Hipatia' en el Centro Párraga de Murcia

Luisma Soriano en su estudio.

Luisma Soriano en su estudio. / La Opinión

Lola López

Lola López

Luisma Soriano (Murcia, 1979) vivirá este viernes una primera vez. No será su primera de todas, pero afirma que eso son los estrenos, con su «ilusión y expectación», sin importar cuántos vayan. Hipatia, pieza en la que ha dirigido a Mariló Molina y Miguel Jiménez, llega al Centro Párraga (un lugar al que llama «casa» ) este viernes. Esta «no es una biografía», «no es danza y tampoco es teatro», ni tiene palabras. El suyo es un nuevo lenguaje, un código propio, en el que cada espectador llegará a su «propio relato»

En primer lugar: ¿qué es exactamente lo que podemos esperar de Hipatia? Parece un concepto que va más allá de la danza, algo transversal.

Sería ideal que el espectador viniese limpio, sin ninguna expectativa sobre lo que va a observar. De hecho, esa es la idea. El arte no debe ser para entendidos, ni elitistas, ni expertos, ni debe ser endogámico. Hipatia, vista desde lo académico, no es danza y tampoco es teatro. Utilizamos lenguajes escénicos, pero no estamos haciendo algo nuevo (este tipo de piezas son muy corrientes más allá de los Pirineos). Consiste básicamente en utilizar el tono expresivo y narrativo más apropiado dentro de las herramientas que dominamos. 

Cartel de 'Hipatia', que llega este viernes al Centro Párraga de Murcia.

Cartel de 'Hipatia', que llega este viernes al Centro Párraga de Murcia. / La Opinión

Hace un tiempo, en redes sociales, anunciaban este nuevo proyecto usando términos como ‘hoguera’ y ‘nueva fe’. ¿Cómo ha sido la creación de esta pieza?

Así se llaman escenas dentro de la pieza. Utilizamos esos subtítulos para seguir el rastro de Hipatia. No es una biografía de ella, solo utilizamos sus hallazgos para explorar las dinámicas de las relaciones que se generan en situaciones donde una de las partes supone una amenaza por su sabiduría, su conocimiento, su peculiaridad, y cómo, según sea nuestra personalidad, según sean de inamovibles nuestros pensamientos, seremos capaces de aceptar o destrozar al otro. 

"Buscamos, de algún modo, trazar líneas pictóricas que recuerden a esculturas o cuadros"

En ese texto también utilizaban un pasaje de la Biblia. ¿Qué elementos le han influido para hacer Hipatia?

Hemos utilizado fragmentos de inspiración para algunas pequeñas secuencias, más que de la Biblia, del Evangelio de San Lucas, especialmente una frase: «Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga». De hecho, la estructura de Hipatia se ha ido desvelando a partir de esa pequeña premisa, de una hoguera que no se apaga. Y la frase va cambiando su significado porque va cambiando el contexto donde se produce.

Para mí, el trabajo sobre el nivel narrativo no tiene que ver con organizar una trama concreta para todos los espectadores, más bien se trata de crear las condiciones para que cada espectador pueda leer su propio relato. 

Viene de realizar El desmoronamiento de la ternura, una pieza sobre el dolor de perder a una madre. En este caso, la obra gira en torno a las relaciones afectivas. ¿Encuentra inspiración en los sentimientos complejos, en dolores y emociones enredadas?

No hay poesía en el sufrimiento, no cuando sucede, al menos, pero el arte permite al tiempo trasladar todo eso a un lugar ficticio, construido con esa materia prima, sí. Pero no hay una recreación de ese dolor. El traslado hacia el arte crea equivalencias reconocibles, que parten de un lugar real pero no representan la realidad. 

La sinopsis avanza que los creadores han querido acercar sus universos, confluir, pero a la vez mantener la esencia de cada uno. Aquí hablamos de danza, pero ¿es esa también la dinámica clave para el funcionamiento de las relaciones afectivas?

Muy acertada esa pregunta. Porque esa idea ha sobrevolado todo el tiempo la sala de ensayos. A raíz de aquello de «una hoguera que nunca se apaga» quisimos hablar de ese pequeño momento, inapreciable cuando sucede, en el que sientes que una persona con la que te relacionas tiene un conocimiento más profundo de algo. Ahí cambian las relaciones. Y es difícil aceptar eso. Así que, con esa idea todo el tiempo en nuestros ensayos, creo que hemos sabido reconocernos bien como creadores, permitiendo que la esencia de cada uno no haya ensombrecido nada en la del otro. 

La dirección y dramaturgia llevan su firma, mientras que la coreografía e interpretación corren a cargo de Mariló Molina y Miguel Jiménez. ¿Cómo son sus universos, qué ha traído cada uno al proyecto y al escenario?

Sus universos son muy diversos, pero hablaban en un lenguaje reconocible por el otro. Cuando decidí que la palabra no formaría parte del mundo expresivo de este montaje tuve que ofrecerles un vocabulario identificable, más cercano al suyo, y con ese alfabeto lleno de símbolos y significados ellos hicieron un lenguaje propio. Mariló aporta sutilidad, contundencia expresiva..., hace bello lo cotidiano. Le dices una palabra y te recrea una constelación de posibilidades, todo un juego de líneas corporales asombroso. Crea las condiciones apropiadas para que suceda una chispa que hará saltar por los aires cualquier plan. Miguel ofrece profundidad al movimiento, le otorga significado y lo llena de energía. Su movimiento no es solo acrobático, necesita de ese relato interior para llevarlo a lo extraordinario. Ellos han organizado con sus cuerpos una narración a través de acciones que bebe de la danza y también de la riqueza expresiva de lo teatral. 

"Pienso que, aunque el teatro pueda provocar reflexiones, no debe señalar tan claramente temáticas o denuncias a algo"

Y sobre las tablas, ¿qué? ¿Qué escenografía acompaña una historia sobre cuestiones de posición, poder y pensamiento?

Hay objetos y hay luz. Hay todo un juego sutil, íntimo y sencillo de estilismo que ha organizado Juanjo Herrero. Así que hablamos más de plástica teatral que de una escenografía entendida como tal. Y en ese sentido, resaltamos los claroscuros y los relieves. Buscamos, de algún modo, trazar líneas pictóricas que recuerden a esculturas o cuadros. Hemos creído que, de ese modo, dilatamos la mirada del espectador y le permite abrir la percepción hacia la conciencia de un sentido personal. Viendo el inicio de un gesto o una acción, el cerebro saca sus conclusiones y crea sus equivalencias. Le evoca a algo que cree conocer o al menos que le resuena como familiar. 

Volviendo a Hipatia, se trata de un personaje magnético, mito de la ciencia y el pensamiento y, especialmente, icono de la mujer en estos ámbitos. ¿Qué significa para usted en esta pieza?

Es cierto que el personaje tiene esa carga de icono de la mujer, pero no hemos sujetado la pieza en ese hilo; de hecho pienso que, aunque el teatro pueda provocar reflexiones, no debe señalar tan claramente temáticas o denuncias a algo. Los espectáculos no son un mundo que existe para todos igual; si señalas algo muy determinantemente, nadie podrá verlo de otro modo, no se activarán los sentidos ni la memoria personal del espectador. La capacidad de evocar que tiene un espectáculo depende mucho de la capacidad de mantener vivas otras lógicas por debajo de lo reconocible. 

Aunque no sea lo primero que aparezca en el imaginario popular al pensar en danza, en este ámbito también hay investigación, pensamiento. ¿Era algo que querían, de algún modo, reivindicar o acercar al espectador?

Gracias a la necesidad de encontrar un vocabulario común entre nosotros, toda línea de movimiento y expresión de la pieza parte de una sucesión de pensamientos, ya que el uso de un conocimiento sobre algo o de una imagen está siempre determinado por el modo particular de pensar de cada uno. Hemos utilizado todo lo disponible que teníamos en este momento para crear, y de la colisión de todo cuanto cada uno traía a la sala de ensayo han salido otras perspectivas, por eso esperamos que el espectador se abra a esas perspectivas. Mariló y yo tenemos hijos preadolescentes, en ocasiones vienen a los ensayos y, como a esas edades no pueden ser seducidos por metáforas, ni imágenes simbólicas, ni abstracciones de ningún tipo, ven literalmente lo que se les presenta delante, no lo que se les quiere representar, y al final nos dicen:«No entiendo la historia y, no sé por qué, no me he aburrido». Hay algo que los mantiene atentos, pero ellos no saben qué es. 

"Espero que nunca llegue el día en que esto me parezca rutinario. Estoy ilusionado y con una mezcla importante de expectación"

Actualmente es también profesor en la ESAD, ¿cómo compagina la creación de proyectos artísticos con la docencia? ¿La pulsión de crear siempre termina encontrando el hueco en el horario?

Compaginar creación de proyectos con docencia es muy estimulante, porque hay un flujo continuo entre ambas labores. Los hallazgos de la creación nutren la docencia, y estar en contacto con alumnos en aprendizaje hace que sus impulsos e inquietudes cuestionen continuamente mis convicciones escénicas. De hecho, un alumno mío de Dirección Escénica, Saúl Lozano, está haciendo sus prácticas externas con nosotros y sus aportaciones han sido muy acertadas. A veces encontrar horarios para la creación es bastante difícil y en ocasiones solo es posible en días alternos y horas diversas. 

La pieza se estrena el 1 de marzo, enseguida, en el Centro Párraga (un lugar que conoce bien). ¿Cómo van los preparativos? ¿Ilusionado?

Ilusionado, siempre. Espero que nunca llegue el día en que esto me parezca rutinario. Estoy ilusionado y con una mezcla importante de expectación. Tengo curiosidad por ver qué sentimientos genera, porque hemos trabajado desde la intimidad y la honestidad creativa y, quiera o no, en la pieza hay una esencia muy propia. Y el Centro Párraga es como mi casa: he trabajado mucho en ese espacio, he formado parte de su equipo durante un tiempo y siento siempre gratitud de volver; y, a la vez, por otro lado, siento que es la primera vez. Estrenar debe contener dentro todavía la idea de que es la primera vez. 

'Hipatia'

Fecha: Viernes, 21.00 horas.

Lugar: Centro Párraga, Murcia.

Precio: 6 euros.