Los Enemigos | Fino Oyonarte Músico

"Hay que intentar compatibilizar los festivales con las salas"

«Es muy saludable que cada uno haga sus cosas. Pero reposar…, ya hemos reposado en la pandemia; hay Enemigos para rato»

Fino Onoyarte, de Los Enemigos.

Fino Onoyarte, de Los Enemigos. / L.O.

Fino Oyonarte, uno de los cabecillas de Los Enemigos, presenta este sábado en el Lemon Pop su flamante Arrecife (2023), segundo disco que lanza bajo su propio nombre (en paralelo a la carrera musical que mantiene con Los Enemigos). Y lo hace, por primera vez, con toda la banda, lo que convierte el de hoy en un concierto especial (que compartirá con Crudo Pimento y Javiera Mena).

Con este álbum, Oyonarte sigue explorando los recovecos del rock de autor desde una mirada tan cerca al folk americano como a la canción de autor. Pero aunque musicalmente Arrecife puede parecer una continuación de Sueños y tormentas (2018), se trata de una versión quizá algo más luminosa del polifacético artista, que ha experimentado con diferentes arreglos y ha jugado con la instrumentación usada en el Pet Sounds de los Beach Boys, el Sgt. Pepper de los Beatles y en Song from my room de Leonard Cohen.

Vienes al Lemon Pop y por fin tienes la oportunidad de presentar Arrecife con banda.

Lo que lo convierte en un concierto importante. Con el anterior álbum solo me pude permitir un bolo así... Me acompañan, por supuesto, los músicos que grabaron Arrecife: Xema Fuertes, que tocará la guitarra eléctrica; Caio Bellbeser al bajo y Alfonso Luna a la batería. También contaremos con el murciano Nacho Olivares al teclado y guitarra eléctrica.

En el disco hay algún murciano más involucrado...

Sí, Raúl Bernal metió un hammond en un par de canciones. Y César Verdú –actualmente batería de León Benavente– ha coproducido mis dos discos en solitario, porque aparte de gran músico es buen amigo. Vamos, ¡que he trabajado con lo mejor de la cosecha murciana!

¿Has pensado en la posibilidad de presentar el disco acompañado por una orquesta?

Me encantaría poder hacerlo, pero para eso hace falta que algún promotor se interese. Cuando salió Sueños y tormentas hice algunos conciertos con violín y chelo, y algunos otros conciertos solo con Ana Galletero al violín. También tuve la oportunidad de tocar con la Orquesta Ciudad de Almería mi canción Estos años (para el último capítulo del programa de TVE Un país para escucharlo). Fue una experiencia muy gratificante y lo cierto es que me encantaría poder hacer algún día algo como lo que tu me propones, y así ofrecer las canciones con los arreglos tan bonitos que creó Phillip Peterson.

Por cierto, tengo entendido que tuviste que esperar casi un año para editar Arrecife. ¿Se corre el riesgo de que las canciones pierdan su vigencia?

Me gusta sentirme libre y no depender de un sello discográfico. Pienso que nadie va a cuidar el disco tanto como uno mismo, pero eso tiene su reverso oscuro, y es que requiere muchísimo trabajo esto de la autoedición... Trabajo administrativo, que no me interesa, y que quita mucho tiempo que quisiera dedicar a otras cosas como… hacer más canciones, por ejemplo. Y sí, cuando vez que va pasando el tiempo te surgen dudas como la que comentas, pero creo que estas canciones mantienen la vigencia (aunque el tiempo dirá). Tratan de emociones y conflictos humanos universales, por decirlo así.

Sin embargo, es un disco algo más optimista que el anterior. «Todo lo bueno está por llegar» es la primera frase que se escucha, por ejemplo.

Todos los días hay que decirse que merece la pena seguir adelante. Es una frase que me inspiró mi padre. De hecho, después de editar el disco me he dado cuenta de que la primera frase y la última son de él: «La vida es un sueño» también me la dijo él cuando un día le pregunté por mi madre, que se nos había ido hacía unos meses.

¿De dónde surgió Arrecife?

Hay una pintura de mi madre del Arrecife de las Sirenas, del Parque Natural de Cabo de Gata, que tengo frente al ordenador. Lo veo todos los días en cuanto levanto la vista. Llevaba meses buscando título y resulta que lo tenía enfrente. De eso trata alguna canción: a veces tienes al lado la solución a algún problema y no lo ves. También es un viaje de ida y vuelta en el tiempo, desde mi infancia, de cuando iba por allí de joven… el Arrecife de las Sirenas es un sitio muy simbólico para mí.

¿Qué tiene en común con Sueños y tormentas?

Que, en cierto modo, es su continuación. Sigo escarbando ahí dentro y voy encontrando una voz propia. Tienen en común el paso del tiempo, el amor, los recuerdos, el agradecimiento, la necesidad de expresarme, los sueños… Algo introspectivo y reflexivo.

¿Es un disco de redención?

Parece ser que sí. Estos dos discos han sido muy necesarios para mí. Es divertido hacerlos, pero también se sufre; es una paradoja: hay que sufrir para calmar el dolor.

Tu proyecto en solitario todavía no es tan conocido como Los Enemigos. ¿Lo importante es creer en lo tuyo y seguir adelante?

A ver, es lógico, Los Enemigos llevamos más de treinta y cinco años pateándonos el país. Además, he tenido varios proyectos como Clovis, o Los Eterno. En solitario diría que estoy empezando, pero estoy haciendo lo que me gusta, lo que quiero y deseo. Sigo mis sueños, por supuesto: hay que creer en lo que uno hace y no perder la ilusión.

Más allá de la frecuente comparación con Nick Drake o Elliot Smith, se percibe en tu música un sello propio y muy personal…

Trato de encontrar una voz propia y contar lo que me pasa, lo que siento. Hablo de lo que conozco y tengo mucho que aprender. Soy una persona muy ecléctica a nivel musical. Aprecio toda la música capaz de emocionarme, desde la Velvet Underground al propio Elliot Smith. Pero el otro día vi a Kraftwerk... ¡y flipé! Hay tantas canciones en la historia de la música que nos emocionan, que de alguna manera tiene que acabar saliendo en tus propias canciones (porque quieres hacer algo como lo que amas).

He visto anunciados conciertos en los que tú y Josele compartís cartel, pero actuáis por separado. ¿Dejáis reposar temporalmente a Los Enemigos?

Están saliendo algunos conciertos compartiendo nuestros proyectos en solitario y en los que habrá alguna sorpresa. Hasta ahora, solo habíamos coincidido una vez en Barcelona, en 2019, en la Sala Jamboree, donde tocaba habitualmente Tete Montoliú. Fue interesante. Creo que es muy saludable que cada uno haga sus cosas. Pero reposar…, ya hemos reposado en la pandemia; hay Enemigos para rato. Prácticamente hemos acabado ya la gira de Bestieza (2020) y estamos preparando nuevas canciones de cara a un nuevo disco.

¿Clovis se quedó en el fondo de un cajón?

De momento, sí. Hemos vuelto a hacer alguna canción suelta, pero... Además, recientemente Cristina ha grabado un nuevo disco como Daga Voladora que estoy seguro de que va a sorprender a muchos.

Los festivales puede que hayan perjudicado el circuito de salas. ¿Tú como lo ves?

Creo que tiene que haber una reflexión, un debate importante sobre este problema y tomar decisiones, porque el circuito de salas hay que potenciarlo, ya que es la base de la cultura musical para grupos tanto noveles como consolidados. Hay que compatibilizar los festivales con las salas. No puede ser que unos pocos grupos tengan esos cachés desorbitados y el resto de grupos estén casi sin poder tocar.

¿Y qué me dices de los nuevos hábitos de escuchar música, más centrados en las plataformas?

A veces me sorprenden las recomendaciones de las plataformas, y no puedo negar que así he descubierto algunos grupos, pero no hay que dejar todo en manos del algoritmo. No me gustan para nada los repartos de las plataformas de cara a los artistas y compositores por las escuchas, es vergonzoso. Que sólo se fijen en cuántas escuchas tienes de cara a los promotores es penoso. ¡La calidad no es la cantidad de escuchas!

En este panorama, ¿qué esperas encontrar?

Lo de siempre: gente que hará negocio a nuestra costa. Y de vez en cuando alguna música que me emocione.