Música | Antonio Fidel Ex bajista de El Último de la Fila

"Un buen texto eleva la canción a lugares donde no la lleva la música por sí sola"

‘Una mosca en la pared’ es el nuevo trabajo de Antonio Fidel y Los Navegantes, el proyecto a título propio del músico cartagenero, que cuenta con más de setenta discos editados con proyectos como Los Rápidos o El Último de la Fila

Antonio Fidel, del cartagenero barrio de la Concepción, lleva más de setenta discos editados, muchos de ellos con Manolo García, desde que empezara a tocar como bajista en grupos como Los Rápidos o El Último de la Fila. A los 15 años ya andaba metido en Nebulosa, una banda de rock progresivo que fue punto de partida para una experiencia de comuna de la que también participó el malogrado Paquito Martín. Su experiencia musical le ha permitido compartir cartel con Camarón, Sting, Bruce Springsteen o Freddie Mercury, y tocar junto a sus amigos de El Último de la Fila ante 250.000 espectadores en un concierto celebrado en Montjuic. Hace 6 años Fidel debutó a título propio (Canciones del otro lado) con Los Navegantes, que integran Jorge Mario Martínez, Juan Expósito y Antonio Marín Albalate, y ahora llega el segundo largo, recién editado, de Antonio Fidel y Los Navegantes: Una mosca en la pared, donde las letras poéticas, las melodías y las bases rítmicas conforman un sonido que va más allá de los géneros definidos.

Llevas más de setenta discos editados, muchos con Manolo García. ¿Cómo resumes tu singladura desde los tiempos de Nebulosa? ¿Has quemado muchas etapas?

Es la primera vez que cumplo 66 años y, como se dice por ahí, con «todo un pasado por delante». Cómo no, en los más de cuarenta años dedicados a la música he vivido una gran cantidad de acontecimientos, pero los considero dentro de una misma etapa, por suerte, aún inconclusa.

Has compartido cartel con Camarón, Sting, Springsteen, Freddie Mercury… Actuar con El Último de la Fila ante un cuarto de millón de personas debió de ser una experiencia impactante. ¿Cómo lo recuerdas? ¿Qué significó para ti El Último de la Fila?

Significó y aún supone algo muy importante para mí, no solo por la grandeza de los artistas con los que compartí escenario y público, sino también por el momento en el que sucedieron, después de no pocos tropiezos y repetidos fracasos artísticos; donde se forjaron vínculos y amistades que perduran en el tiempo.

6 años han transcurrido desde tu primer disco. ¿Cuándo y cómo grabaste Una mosca en la pared? ¿Ha cambiado tu óptica?

El trabajo de composición musical lo comencé nada más publicarse el primer disco, Canciones del otro lado, y realmente tenía las treinta maquetas musicales, de donde se eligieron las canciones que conforman Una mosca en la pared, a los pocos meses de su publicación. A partir de ahí empezamos, mis compañeros ‘navegantes’, Antonio Marín Albalate, Juan Expósito, Jorge Mario Martínez y yo, a componer letras, pulir arreglos, estructuras, etc. El trabajo general de composición y selección de canciones realmente acabó antes de la pandemia. Después vino todo el proceso de grabación y producción.

Un disco como Una mosca en la pared nunca llega tarde porque no hay prisa. ¿Te sitúas al margen de los entresijos de la industria?

Absolutamente. Antonio Fidel y Los Navegantes es un proyecto musical ajeno a la industria y al margen de la competencia comercial. Cocinado a nuestro gusto y confeccionado al ritmo que nos va permitiendo nuestro día a día. La ausencia de prisa es una de las reglas de Los Navegantes.

¿Se han superado las incertidumbres y miedos pandémicos?

La verdad es que la confección de este disco ha sorteado la pandemia sin afectación alguna. Una parte del trabajo se podía hacer vía internet, y el periodo de confinamiento se aprovechó para hacerlo. El resto del trabajo, excepto las aportaciones instrumentales de músicos amigos, a los que estamos infinitamente agradecidos (o sea: composición, arreglos, letras, grabaciones de voces e instrumentos), lo hicimos bis a bis y codo con codo en nuestros estudios domésticos y con nuestros propios recursos. Antonio Marín las letras, Jorge Mario Martínez las voces y letras, y todo el resto, incluida la mezcla, producción y masterización, por Juan Expósito y yo.

¿Hay muchos dobles sentidos en este disco? ¿Cuál dirías que es su gran tema? ¿Es un canto a la vida?

Si entendemos como ‘cantar a la vida’, el recrear situaciones o inquietudes reales y cotidianas que a todos nos acontecen, creo que sí. Este disco está, prácticamente todo, cantado en primera persona, y claro, como en la vida real, da pie a dobles sentidos y triples lecturas. Por supuesto, los guiños musicales son marca de la casa, y suelo componer con la memoria abierta a todas las músicas y artistas que admiro. Por último, tengo que salir por la tangente; hay demasiados fotogramas agradables en cada canción para elegir uno. Normalmente, cuando sacas los singles, lo haces pensando en el que puede gustar más, o tiene más gancho, pero casi siempre te equivocas, y cada escuchante tiene su elección.

¿Hay mucha mirada hacia el futuro en este disco? ¿Cómo lo ves ahora mismo?

Creo que más que en el futuro, en el devenir, en el camino; como un segundo peldaño que precede a otros.

Es tu segundo disco, pero al escucharlo he sentido que todavía estabas estrenando esta nueva etapa.

Cierto; creo que los dos discos forman parte de una misma etapa y aún queda abierta. Por otro lado, considero que Una mosca en la pared es realmente el primer disco netamente Navegantes, donde las colaboraciones de amigos se han circunscrito solamente a las musicales y coros, siendo la voz de Jorge Mario la que interpreta como solista todos los temas, dándole un carácter más homogéneo a todo el disco.

Noto cierta filiación ochentera. ¿Eres impermeable a las nuevas tendencias?

Me siento muy cómodo con los patrones y estilos que conformaron mi despertar y formación musical, que son básicamente los años setenta y ochenta del pasado siglo. Ciertamente, disfruto con la obra de artistas de las décadas posteriores, incluso las tendencias más actuales, pero también tengo que decir que me atraen más los que se acercan a mis orígenes (que son muchos).

Las letras son de varios autores, además de las tuyas. ¿Ha habido un trabajo conjunto previo para saber traducirte?

Las letras son todas de Antonio Marín y Jorge Mario Martínez, excepto un par de ellas donde yo he hecho de polizón en el camarote de las letras. Y esto último gracias a que todas han pasado por una especie de lectura conjunta con muchas correcciones e influencias cruzadas, de las que me he beneficiado. La poesía aparece por doquier. Además resulta un disco muy colaborativo, coral.

La poesía aparece por doquier. Además, resulta un disco muy colaborativo, coral. ¿Cuál es la intención de todo esto?

Es muy simple: las canciones constan de letra y música y así se registran en SGAE o la Propiedad Intelectual, correspondiéndoles el 50% de derechos a cada una. Entonces, si tanto valoras la música y tanto te esfuerzas en su confección, igualmente le corresponde a la letra estar a la par. Cuidar el contenido poético y el nivel literario de las letras en un disco solo hace que engrandecer al mismo. Hay muchas ocasiones en las que un buen texto eleva la canción a lugares donde no la lleva la música por sí sola.

¿Qué viene a significar el título de Una mosca en la pared?

Es el título de una de las canciones del disco, y es una frase que resume muy bien el sentido de la misma. De paso, se nos ocurrió que define también muy bien el carácter del disco, que pretende estar muy bien asentado, con los pies en la tierra... Y bueno, después de barajar alguna otra opción nos quedamos con este.

¿Te has encargado de la presentación física del disco?

No, he participado, como el resto de navegantes, en la elección de detalles y opiniones varias. Pero todo el diseño gráfico ha sido realizado exclusivamente por Juan Expósito utilizando, tanto para la portada como para las imágenes interiores y texturas del libreto que acompaña al disco, las pinturas, generosamente cedidas, del gran artista y querido amigo Antonio Vidal Máiquez.

¿Estas canciones mantienen alguna conexión con aquellas que compusiste para Los Rápidos? ¿Hacia dónde encaminas tus pasos ahora, Antonio?

Por supuesto, el ejercicio es el mismo: plasmar lo mejor de ti en cada acorde y melodía. Obviamente, las cadencias no son las mismas; ahora predominan los medios tiempos y la calma, pero el sustrato es idéntico. Por suerte, cada día corren ideas nuevas, proyectos eternamente inconclusos, aventuras musicales imposibles, pero lo más importante es cuidar lo que ya tienes, el proyecto de Los Navegantes a todo trapo y, por supuesto, el sólido hilo que me mantiene unido a mis compañeros de siempre: Quimi, Manolo, Jose Luis, etc.

Hace 5 años que nos dejó Paquito Martín. ¿Qué recuerdos guardas de vuestras navegaciones, de su persona?

De Paquito Martín, con quien compartí un par de años de experiencias, guardo unos muy gratos recuerdos en el transcendental momento de nuestra apuesta de instalarnos en Cataluña y continuar allí nuestra aventura musical (Alcacil), que nació en Cartagena y emigró a buscar un futuro en el epicentro musical de finales de los años setenta. Al cabo de un año, aproximadamente, el grupo se deshizo y volvieron a Cartagena la gran mayoría. Yo continué mi aventura musical en Barcelona, pero, en el transcurso de ese breve tiempo, Paquito ya despuntaba como el líder social que más tarde consolidó con su obra cultural en Cartagena: Arlequín, Festival de Jazz, La Mar de Músicas…

Lo mismo este disco llegó a destiempo para participar en La Mar de Músicas. ¿Hay prevista presentación en directo?

Por supuesto, estos eventos se programan con muchos meses de antelación, en muchas ocasiones más de doce, y obviamente nos encantaría pisar los escenarios de La Mar de Músicas, pero lo que sí podemos avanzar es que este otoño/invierno haremos presentaciones en directo. No sabemos aún el alcance de las mismas, pero sí podemos asegurar que lo haremos en la Región y que ya estamos trabajando en ello.

Cartagena está viviendo uno de sus mejores momentos musicales. ¿Qué te parece? ¿Sabrías explicarlo?

Nunca ha dejado de tener magníficos músicos y muy buenas bandas. Pero esto es bastante cíclico y geográficamente permeable. En general, toda la Región de Murcia disfruta desde hace tiempo de un gran nivel artístico y musical. A poco que se invirtiera en ello, se convertiría en una auténtica potencia.