La Paloma: "No sentamos cátedra: nos limitamos a contar cosas sobre nosotros"

Las cuatro canciones que conformaban 'Una idea, pero es triste' les valieron a La Paloma su foto en la orla de bandas con estribillos coreables por toda una generación. Hace unos meses, consolidaron lo que empezaron con ese EP con la publicación de 'Todavía no', su primer disco largo, que afrontaron sintiendo «presión de la buena» para dar lo mejor de ellos, afirman. Con estas 11 nuevas canciones, ahondan más en su autorreferencial y sincero análisis de lo que les rodea. 

¿Cómo están? En Bravo Murillo decían que «todo ha cambiado tanto este último año», pero que ustedes no, mientras que el segundo corte de este nuevo disco es Algo ha cambiado. En estos años, ¿qué ha cambiado?

Estamos bastante bien, muy contentos con la salida del disco y con la gira de festivales, muy ilusionados. Las cosas cambian todo el rato y a una velocidad pasmosa. Esos cambios tan dinámicos pueden ser grandes o pequeños y siempre tendrán una influencia en cada uno, pero al final la esencia de uno se suele mantener similar. Con cambios o sin cambios, estamos muy bien y contentos, que es lo que importa.

¿Buscaban conectar ambos discos con estas letras, o ha sido coincidencia?

Hemos tratado los dos discos de forma separada sin buscar un nexo en común, pero es algo inevitable. Somos muy autorreferenciales en nuestras canciones y eso genera similitudes en los temas que tratamos en las letras. Seguimos siendo las mismas personas y no ha pasado tanto tiempo entre el primer EP y el disco. Las temáticas se asemejan, pero creemos que Todavía no profundiza más. Hay más canciones y más oportunidades para expresarse y plantear nuevas reflexiones. 

Ese primer EP [Una idea, pero es triste, 2021] creó cierta expectación y animó a seguir la pista de sus próximos lanzamientos. ¿Sintieron presión a la hora de afrontar este nuevo trabajo?

Se puede decir que la única presión que hemos podido llegar a sentir es una presión buena, que hay que dejarla estar para siempre poder dar lo mejor de nosotros. No es la expectación de lo que podamos ser, sino las ganas de tocar y que la gente disfrute lo que puede alimentar esa ligera presión que pueda existir. Nos encanta lo que hacemos y eso nos ayuda a afrontar mejor lo que pueda estar por venir.

Diego Escriche, una cabeza inquieta en el panorama musical nacional, se ha encargado de la producción y la mezcla. ¿Cómo ha sido la experiencia?

Diego supo entendernos y trabajar el sonido de nuestras canciones de una forma muy acertada. En la composición lo teníamos todo muy claro, pero en el sonido fue una pieza fundamental para alcanzar lo que buscábamos. Es un gran amigo nuestro y pasó a ser un integrante más. Hemos pasado mucho tiempo con él, tanto preparando el disco como grabándolo, y ha sido un placer contar con él en todo momento.

Ese sonido del disco es directo, con poco artificio, casi como remitiendo a lo que podremos encontrar en directo. ¿Era eso lo que buscaban?

Entendimos este disco como un ejercicio de sinceridad desde el principio, que inevitablemente te lleva a huir de artificios a la hora de grabar. Buscábamos una crudeza y un respeto por nuestro sonido real, el que se puede escuchar en el directo o en la sala de ensayo. Nos esforzamos mucho en que el sonido fuera pulcro, que dejara a la vista canciones y letras que nos gustan y de las que estamos orgullosos. Somos conscientes de que los directos son un entorno ideal para poder dar lo mejor de nosotros y que la gente pueda disfrutar al 100% cada bolo. Ponemos toda la carne en el asador.

Tienen versos que pueden repetirse como mantras de una generación. ¿Cómo es el proceso de componer las canciones?

Hay dos letristas en el grupo: Lucas y Nico. Cada uno trata sus letras y canciones, y hay mucho respeto dentro de la banda a la hora de dejar ese espacio a cada uno. La forma de contar las cosas tienen cierto punto en común, pero cada uno tiene sus frases, reflexiones y maneras distintas de acercarse a cada letra.

Parece que Todavía no ha sido un disco muy personal, en el que os habéis volcado, además de por las letras, por detalles como la portada del disco. ¿Qué representa?

Lo que nos llamó la atención era el gesto, la crudeza y la sinceridad que transmitía, nos encajó con el universo lírico que estábamos creando con el disco. Se trata de una fotografía de archivo de la fotógrafa Paula Yubero, quien creó también las otras fotos que acompañan al disco, consiguiendo una narrativa vaga de los escenarios donde nos imaginamos las canciones.

"Entendimos este disco como un ejercicio de sinceridad: buscábamos crudeza y respeto por nuestro sonido real"

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Imagino que no componen pensando en contar las historias de los oyentes, sino las suyas, pero esas canciones han terminado representando los problemas y quebraderos de cabeza de muchos. ¿Cómo llevan que os hablen de ser una banda generacional?

Lo que tenemos de generacional no va más allá de que pertenecemos a una generación. No sentamos cátedra, simplemente nos limitamos a contar cosas sobre nosotros y nuestro entorno, reflexiones y experiencias personales. Compartimos muchísimas cosas con bastante gente de nuestra edad, entre ellas muchas que tienen que ver con los temas que tratamos en nuestras canciones. 

Dentro de esas vivencias personales, tampoco les asusta enfrentarse a la parte más fea de ser persona, como en la letra de Tiré una piedra al aire. ¿Cuál es la historia de este tema?

Esa canción es una reflexión sobre el sentimiento de competitividad y comparación constante que favorece el contexto socio cultural en el que nos encontramos. Las redes sociales y una obsesión por mostrar nuestras vidas perfectas sin fisuras, mostrando y romantizando cada cosa que hacemos, publicándose sin dar espacio a mostrar fragilidad, malos momentos o conflictos. Sin ser pretencioso, todo esto basado en cómo esto puede afectar a una persona. 

Ahora que han pasado unos meses y han podido disfrutar del lanzamiento, ¿están contentos con la respuesta del público?

Estamos felices de que la gente lo escuche y le guste, y con muchas ganas de esta etapa que viene, de presentar el disco y llevarlo a todos los sitios donde nos quieran ver tocando.

Una muestra clara de afecto es que la primera tirada de vinilos se agotó rápidamente y han tenido que hacer una nueva remesa. ¿Son amantes de este resurgir del vinilo?

Nos encanta ver cómo el vinilo, aunque ocupe un espacio diminuto en la industria musical, es un formato en auge y con fans muy fieles. Nos flipa el formato físico, le aporta una dimensión extra a cualquier proyecto y materializa el trabajo y el concepto. Es emocionante poder tocar un disco con las manos.

Desde hace unos meses y hasta finales de septiembre tienen la gira de presentación del álbum por numerosos festivales. ¿Cómo está siendo girar este disco?

Acabamos de empezarla y la hemos pillado con ganas. No tenemos intención de parar de tocar hasta que alguien nos obligue a hacerlo.