La Opinión de Murcia

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Warm Up

Y más de mil días después... vuelve el Warm Up

El Warm Up regresa por todo lo alto tras dos años de ausencia por culpa de la covid-19 Rigoberta Bandini fue la gran protagonista de una primera jornada inaugurada por Arde Bogotá

El Warm Up volvió ayer a recuperar su esencia con miles de personas reunidas en La Fica tras dos años de pandemia. Israel Sánchez ISRAEL SANCHEZ

Lo decía este miércoles José Manuel Piñero, director del Warm Up - Estrella de Levante, durante la presentación oficial del festival: han pasado más de mil días desde aquel 4 de mayo de 2019. Desde que Noel Gallagher y sus High Flying Birds hicieran volar a los fans de Oasis sobre el cielo que cubría esa noche La Fica. Desde que La Casa Azul reclutara a un ejército de warmers para su ‘revolución sexual’. Desde que Vetusta Morla presentara por todo lo alto su -todavía reciente- Mismo sitio, distinto lugar (2017).

Mil días desde que los amplis se apagaran con la promesa de regresar en 2020 con más música, con más conciertos, sin saber que, apenas unos meses después, el brote de un extraño virus al otro lado del mundo cortaría la cuerda que les unía -a los artistas, a las bandas, con los fans- durante casi tres años. Pero un hilito quedo colgando de aquella soga. Un hilito de esperanza al que muchos se agarraron, guardan incluso su abono con la idea de volver.

Y tuvieron que aguantar las embestidas de aplazamientos y cancelaciones, de mensajes en redes que anunciaban que no, que esta vez, tampoco. Aún así, ahí siguieron, aguantando. Y ayer, por fin, más de mil días después, cuando las puertas de La Fica se abrieron y una guitarra volvió a rugir sobre uno de los escenarios del Warm Up, todos los allí presentes se dieron cuenta de que sí, de que la espera había merecido la pena.

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Primer día del festival Warm Up Israel Sánchez

Y eso que algunos se acordaban este viernes de los ‘Warm Up Days’ del pasado mes de octubre, que marcaron la vuelta de los conciertos sin butacas, sin sillas; en definitiva, la vuelta de los bailes, de esa «sensación de libertad» en la que te sumergen los festivales, apuntaba con mucho tino uno de los asistentes. Pero la sonrisa de todo el que superaba ayer el control de accesos demostraba que algo había cambiado con respecto a aquellos días. Para empezar, porque ese gesto ya no se tenía que intuir bajo una mascarilla. Ya ocurrió algo parecido hace unas cuantas semanas en ese mismo recinto durante la celebración del Marearock, pero para la inmensa mayoría de los que ayer se acercaron a La Fica la de esta primera jornada del Warm Up fue su primera experiencia en tres años de aquella ‘vieja normalidad’. De hecho, aquel fue el tema de conversación más recurrente entre los corrillos que, a eso de las seis de la tarde, esperan cerca del escenario ‘Festivales Región de Murcia’ al primero de los conciertos del día, el de unos héroes regionales: Arde Bogotá.

Desde luego, no había mejor manera de arrancar que con ellos. Bueno, con ellos y con un sol radiante que, por mucho que sea característico de la primavera murciana, en los últimos días había dejado paso a las nubes y las lluvias, lo que incluso puso en peligro la celebración de los primeros conciertos de esta jornada inaugural (según las previsiones meteorológicas). Pero, por fortuna, ese mismo sol que durante martes, miércoles y jueves se había hecho el remolón, ayer tampoco quise perderse el primer Warm Up en mil días. Lo cual, por cierto, generó una curiosa contradicción: La noche (2021), el rompedor debut de Arde Bogotá, parece que exige un ambiente algo menos luminoso, pero eso no quitó para que los cartageneros se acabarán metiendo muy pronto al público en el bolsillo.

En parte gracias a Antonio García Vázquez, cantante, ocasional guitarra -por momentos se juntaron tres sobre el escenario aporreando las seis cuerdas, ya que el productor Lalo GV también se sumó a la fiesta- y, sobre todo, un excelso frontman que puso a saltar como locos a un público que, al principio del concierto, parecía desubicado, como sin creerse todavía que aquello fuera real. Y, todo ello, pese a su insultante juventud, pese a que era la primera vez que pisaba aquel escenario. «Yo antes me colaba en este recinto para escuchar música y ahora he venido a cantar», confesó desde su púlpito particular, también algo incrédulo con la que estaban montando en un Warm Up recién inaugurado. Porque, desde luego, la traca final de su actuación -con Antiaéreo y, sobre todo, Abajo- será recordada, con toda seguridad, como uno de los grandes momentos de esta edición.

Los cartageneros Arde Bogotá abrieron el festival por la tarde. Israel Sánchez ISRAEL SANCHEZ

Casualidades de la vida (o no), la siguiente en salir de entre bastidores fue otra cartagenera, Mavica, un detalle que confirma el gran momento que vive la música en la ciudad portuaria. De hecho, su alcaldesa, Noelia Arroyo, se dejó ver por La Fica apoyando a ‘sus’ bandas, aunque dejó claras sus preferencias portando una camiseta de Arde Bogotá. El concierto de Mavica, en el escenario ‘Ellesse’, el más pequeños de los tres principales del festival -ubicado al final de una de las dos grandes zonas de restauración, a que queda a mano izquierda nada más acceder al recinto-, fue menos espectacular en cuanto a cifra de asistentes, pero la joven Marta Casanova (su nombre real) demostró sobre las tablas por qué en 2018 actuó en el Mad Cool como una de las grandes destacadas del prestigioso concurso de talentos del festival madrileño. Solo le tembló algo la voz al término de su actuación, cuando agradeció su presencia a aquellos que se habían acercado a verla tocar. «Me he tenido que concentrar porque estaba muy nerviosa», confesó entre risas. Y, cuando el público le pidió un bis, respondió: «¡Es que no sé qué tocar!». Al final se animó con Hot sand, después de consultar con su banda cuáles eran los primeros acordes de la canción. Resultó entrañable, pero cuando se colgó de nuevo la guitarra para cerrar el concierto en solitario, sin acompañamiento, volvió a aparcar su nervios para poner un emocionante broche -de muchos quilates- a su paso por La Fica.

También conviene destacar la apertura del ‘Dancefloor’, el cuarto escenario de esta edición, en principio reservado para sesiones de DJ, aunque hay alguna excepción... Y Carmen Alarcón, la que fuera vocalista de Estúpido Flanders y AA Mamá se encargó muy pronto de demostrar que la programación de este espacio es una cosa exclusiva de pinchadiscos. Porque, poco antes de las nueve, la murciana presentó allí su nuevo proyecto, Hoonine, con el que ha lanzado uno de los debuts más prometedores de lo que va de año, Roca Roja (2022). Su presencia en el cartel de esta primera jornada, unida a la de Arde Bogotá y Mavica, entre otros, demuestra que Producciones Baltimore (promotora organizadora del Warm Up) sigue teniendo entre los principios fundacionales del festival la promoción de las bandas y artistas locales.

Noni, vocalista de Lori Meyers, ayer durante su actuación. ISRAEL SÁNCHEZ ISRAEL SANCHEZ

Apoteosis Bandini

Durante aquellos primeros compases del festival se demostró que el público murciano -y visitante, con una presencia porcentual nada desdeñable- tenía ganas de Warm Up. Mientras en ediciones anteriores el grueso de los warmers retrasaban su entrada hasta última hora de la tarde, ayer, antes de que comenzará la actuación de Arde Bogotá, la cola para entrar al recinto llegaba casi hasta el Carrefour del Infante. Cierto es que los accesos eran algo lentos -con varios puntos de control-, pero la expectación se hacía evidente (igual que la normativa que no obligaba al uso de mascarillas). Las salidas de La Fica, sobre todo en los momentos clave (nada más finalizar las actuaciones más importantes) también resultaban un tanto caóticas: todos debían ticar con su pulsera antes de poder abandonar el recinto. Eso sí, con el paso de las horas todo el engranaje del festival se fue agilizando.

También ayudó que la hoja de ruta para este viernes era intensa, y no invitaba a entrar y salir constantemente del festival. Y es que, tras los conciertos de Maria Arnal i Marcel Bagès y Maren, llegó el turno de que Lori Meyers -que hacía mucho tiempo que no pisaban Murcia- probara la acústica del escenario principal, ‘Estrella de Levante’. Como era de esperar, los granadinos -que presentaban nuevo disco, Espacios infinitos (2021)- lo reventaron, especialmente cuando sacaron a relucir sus viejos himnos, igual que ocurrió una hora después de que finalizaran su concierto con Fangoria. La actuación de Alaska y Nacho Canut, sumada a la de Noni y sus chicos, le sirvió a alguno para recordar la primera edición del Warm Up, de 2017, cuando ambas bandas también figuraron en los puestos de privilegio del cartel.

La nota internacional de esta primera jornada la pusieron, ya de madrugada, los británicos Bastille y el dúo alemán de electrónica Digitalism, que hace unos cuántos meses se las prometían muy felices como los grandes atractivos del primer día del Warm Up. Sin embargo, en los últimos meses, la figura de Rigoberta Bandini -cuya actuación arrancó pasada la medianoche, en horario estelar- no ha hecho más que crecer, y así lo demostró protagonizando el que seguramente fuera el concierto más multitudinario del viernes. Huelga decir que hubo varios momentos de puro éxtasis mientras la barcelonesa estaba subida al escenario (Perra, Too many drugs), pero ninguno como Ay mamá. Si el final de Arde Bogotá fue para el recuerdo, lo de Bandini es historia.  

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