El médico lorquino Miguel Artero Mora falleció el pasado lunes por causas naturales a los 90 años. Miguel, según su hermano Rafael, era una persona enamorada del aprendizaje, ya que durante su vida, además de Medicina, hizo Magisterio, se presentó a la Academia Naval y hasta jugó de extremo en el equipo de fútbol de Lorca. "Estudió la especialidad de Dermatología en Madrid, donde conoció a su esposa Pepi y de la que vivió enamorado durante toda su vida; era uno los pocos médicos de familia que quedaban", manifestó Rafael que, además, explicó que al entierro -celebrado el martes- "acudieron personas que no conocíamos, pacientes a los que no veíamos desde hace años". Miguel ha dejado tres hijos, Francisco Miguel, Asunción y José Miguel. Éste último, por ejemplo, fue gerente del hospital de Lorca y del Rosell de Cartagena, mientras que su hija es enfermera. "Ha sido como un padre desde los siete años y siempre ha cuidado de mí", resaltó Rafael. "Fue uno de los pioneros en poner en marcha la Seguridad Social, ya que al igual que muchos compañeros aportó su granito de arena para que hoy tengamos el sistema sanitario del que disfrutamos", indicó.

Por otra parte, su hija Asunción Artero destacó que su padre era un doctor atípico, al que no le importaba el dinero. "Dejaba dinero a sus pacientes para que pagaran los medicamentos que él les recetaba. Soy enfermera por él, ya que me enseñó a amar esta profesión", afirmó. Miguel, durante su vida, también ocupó un rol destacado dentro de la sociedad lorquina. Fue concejal del Ayuntamiento, porque buscaba, según sus familiares, "hacer cosas por los demás y desarrollar proyectos en el municipio para que éste creciera industrial y económicamente". "Lo han querido mucho en todos lados. El Colegio de Médicos le rindió un homenaje hace unos años y todo porque hasta el último día ha estado preocupándose por los demás", concluyó su hija Asunción.