Salud

La psicooncología, escudo humano y emocional ante el miedo al cáncer

Los profesionales derivados de asociaciones que trabajan en hospitales ofrecen ayuda tanto al paciente como a sus familiares durante todas las fases de la enfermedad: «El apoyo social es vital para afrontarla de una mejor forma»

La psicooncóloga Sonia Abellán atiende a una paciente con cáncer en la Unidad de Mama de la Arrixaca, esta semana.

La psicooncóloga Sonia Abellán atiende a una paciente con cáncer en la Unidad de Mama de la Arrixaca, esta semana. / Juan Carlos Caval

Adrián González

Adrián González

Hay palabras que al oírlas generan mucho temor. Cuando el ‘cáncer’ aparece por primera vez en la vida de una persona es irremediable que comiencen a aflorar sentimientos como el miedo, la incertidumbre, la tristeza, la frustración o la incomprensión tanto en uno mismo como en los que te rodean. El impacto psicológico que supone tratar de digerir que tú, un familiar o un allegado muy cercano sufre la enfermedad no es nada fácil por muchos días, semanas o meses que puedan pasar desde el diagnóstico confirmado.

Más allá de todas las pruebas, los tratamientos y los análisis posteriores que brindan todos los profesionales sanitarios involucrados en la lucha contra los tumores cancerosos, el bienestar emocional, social y psicológico de las personas que se enfrentan a un cáncer, así como el apoyo a sus familias, son también cruciales durante todo el proceso oncológico.

Y ellos, con escucharles, ofrecerles su apoyo y aportarles optimismo y esperanza pueden hacer un mundo en estos pacientes y sus seres queridos. La psicooncología juega un papel fundamental en el proceso de un paciente con cáncer, ya sea adulto o niño, actuando como un escudo humano y emocional para ante el miedo que surge cuando la palabra cáncer se cuela en tu vida.

La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en la Región de Murcia, la Asociación de Familiares de Niños con Cáncer de la Región (Afacmur) o la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios cuentan con profesionales psicólogos que, ya sea en la sede de estas asociaciones, en domicilios o en los propios hospitales de la Comunidad, prestan este tipo de apoyo y ayuda a través de consultas especializadas «para conocer sus inquietudes, analizar sus necesidades y abordar el impacto psicológico y emocional que conlleva esta enfermedad».

La figura de estos profesionales no es la misma que propios psicólogos clínicos con los que sí cuenta el Servicio Murciano de Salud en hospitales como la Arrixaca, el Morales Meseguer o el Santa Lucía y que en el programa de interconsulta trabajan con las unidades de oncología al igual que con otras especialidades médicas, recuerdan desde la Consejería de Salud.

«La labor asistencial del psicooncólogo comprende desde las intervenciones para la prevención de la enfermedad hasta el afrontamiento de situaciones difíciles durante el tratamiento, la adaptación al proceso oncológico, la mejora en la calidad de vida de los supervivientes, así como disminuir el sufrimiento en los casos de fallecimiento», explica María Romero, coordinadora del Grupo de Trabajo de Psicooncología y Cuidados Paliativos del Colegio Oficial de Psicología de la Región de Murcia y psicóloga de Afacmur.

«Nosotros también necesitamos ese autocuidado cuando salimos de aquí»

«Estamos formados para poder sostener todo este sufrimiento humano, pero, a veces, también lo sostenemos con el nuestro propio. Nosotros mismos también necesitamos esa parte de autocuidado cuando terminamos de trabajar. Muchos de nosotros también tenemos nuestros propios psicólogos. Es necesario». En escenarios de este tipo, en el que el profesional de la psicología se ve todos los días involucrado en una atención integral a estos pacientes con cáncer y sus familiares, se pueden dar casos de ‘fatiga por empatía’ o ‘desgaste por empatía’. Ese sentimiento de conectar solidariamente con esa persona que está pasando por un trance tan duro como es una enfermedad oncológica conlleva tener que comprender y ayudarla en todo lo que necesite. Sin embargo, la constante exposición a las emociones y experiencias difíciles de los demás puede generar estas fatigas, haciendo que los psicólogos, en muchos casos, se sientan emocionalmente agotados. «Tenemos que saber qué cosas nos sientan bien para no llevarnos en la mochila a casa el peso de todo lo que hemos vivido y la carga emocional que conlleva este trabaja, aunque a veces es inevitable. Hay personas con las que formas cierto vínculo al tener una relación profesional durante mucho tiempo. A veces es difícil, pero a la vez es muy gratificante la labor que realizamos», defiende Sonia Abellán. El burnout o el agotamiento profesional es otro riesgo para estos profesionales, especialmente para aquellos que trabajan en entornos estresantes o con duras cargas de trabajo.

No hay caso que sea igual

La necesidad de ayuda varía según las circunstancias individuales. En el caso de la psicooncología pediátrica, dice María Romero, quien acude también varios días de la semana a la Unidad de Oncohematología Pediátrica del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia para atender a los familiares de los menores con una enfermedad oncológica, hay que tener en cuenta la edad del paciente, el diagnóstico, la situación social, los estilos de afrontamiento, redes de apoyo. «Es vital la intervención con su familia, ya que ambos se enfrentan a desafíos emocionales y psicológicos relacionados con el cáncer y sus tratamientos».

Por su parte, Sonia Abellán, psicóloga de la AECC, también acude a la Arrixaca para tratar con estos pacientes hospitalizados, ya en edades adultas, que sufren un cáncer como el de mama, pulmón, colon, próstata... De normal, suele atender, explica, entre siete u ocho personas a diario, «tanto los que nos derivan desde los equipos médicos hasta aquellas personas que lo solicitan libremente», apunta.

La atención está cubierta en todas las fases de la enfermedad: desde el momento del diagnóstico hasta que tienen que pasar por un tratamiento, así como en la fase libre de enfermedad, en aquellos casos en los que se produzca una recidiva, así como en cuidados paliativos o incluso en situaciones de duelo tras el fallecimiento, sostiene.

A la hora de afrontar este apoyo «se parte de la base de que muchas veces ni los propios pacientes saben muy bien lo que necesitan. Dependiendo del momento de la enfermedad en el que se encuentran, el impacto psicológico es brutal. Muchas veces, sobre todo cuando están recién diagnosticados, se encuentran en un estado de shock, por lo que la parte emocional está muy activada: hay mucho miedo, incertidumbre y todavía no saben muy bien cómo va a evolucionar la enfermedad o qué tratamiento seguirán».

El encuentro de los pacientes con estos profesionales en consulta supone un tiempo y un espacio ideal «para llorar, expresar toda su angustia y para recordarles que se apoyen mucho en sus seres queridos. El apoyo social en esta enfermedad ayuda muchísimo a afrontarla de una mejor forma», sostiene.

Conforme van pasando por las distintas fases de la enfermedad y ya van conociendo más sobre la enfermedad cáncer comienzan a surgir las dudas de cómo contarlo a la familia, cómo se convive con la enfermedad, así como el manejo de los efectos secundarios que puedan tener los tratamientos y la enfermedad en el día a día.

La creación de la especialidad, una necesidad urgente

La coordinación con el resto de profesionales sanitarios es muy importante para conseguir una atención integral a estos pacientes con cáncer. Los psicooncólogos trabajan con médicos, enfermeras, trabajadores sociales e incluso -en el caso de los menores- con maestros, para así lograr que las necesidades tanto físicas, como educativas, emocionales y psicológicas estén cubiertas de manera adecuada. En la Región de Murcia esta coordinación se lleva a cabo mediante reuniones interdisciplinares entre los diferentes profesionales donde se discuten los casos y se colabora en la planificación de sus tratamientos e intervenciones. Los profesionales involucrados en esta rama especializada de la psicología consideran más importante que nunca la creación de una especialidad concreta tanto de psicooncología como de psicología paliativa. «Ambas comprenden un campo de intervención extenso y diferenciado dentro de las ciencias de la salud. Actualmente somos muchos los que estamos trabajando en este ámbito en España, y, el hecho de que se nos reconozca como una especialidad, se traduciría en una mayor calidad asistencial a nuestras familias, que es nuestro objetivo primero», sostiene María Romero. También Sonia Abellán respalda la creación de esta especialidad que permita, en el caso de la Región, que el propio Servicio Murciano de Salud (SMS) tuviese integrados a estos profesionales en las Unidades de Oncología de los hospitales. «El servicio lo están cubriendo las distintas asociaciones, cuando sería bueno y fundamental que estuviese implementado dentro del propio SMS», reitera. La labor del psicooncólogo, reitera Romero, es importante durante todo el trascurso de la enfermedad, «ya que los desafíos emocionales tanto del paciente como de sus familiares están presentes durante todo el proceso y van variando según el momento». Si tuviera que elegir un momento concreto de vital importancia, la psicooncóloga señala el del diagnóstico: «Es crucial por el gran impacto que supone una noticia así. El apoyo emocional en esta etapa es importante para que la familia sienta que no está sola ante el proceso y que cuenta con personas y recursos que les pueden facilitar el afrontamiento de la enfermedad. Además, si desde el principio se crea una buena relación terapéutica entre la familia y la psicooncóloga, en momentos posteriores, la familia tendrá este recurso más integrado y se hará de una forma más natural».