Salud

Investigan un nuevo fármaco para reducir el daño provocado por un infarto

De llegar a comercializarse con éxito, el mercado objetivo del medicamento sería de unas 80.000 personas cada año en Europa y EEUU

El consejero y el rector de la Universidad atienden la explicación del investigador principal.

El consejero y el rector de la Universidad atienden la explicación del investigador principal. / CARM

La Opinión

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Investigadores de la Región de Murcia están trabajando para hallar la dosis mínima eficaz de un nuevo fármaco que permita proteger a pacientes que han sufrido infartos agudos de miocardio y reducir el daño producido por esa afección por el músculo cardíaco.

Se trata de un proyecto que ha presentado este martes el consejero de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor, Juan María Vázquez, y que tiene como objetivo avanzar en el desarrollo de un compuesto denominado BC01 para lograr que pueda funcionar como tratamiento, pues hasta ahora el único es abrir la arteria coronaria obstruida para recuperar el suministro de oxígeno y limitar el daño al corazón.

Sin embargo, esta apertura solo es eficaz si se realiza en las primeras dos horas desde el inicio de los síntomas, por lo que en la mayoría de pacientes existe un daño en la estructura y pérdida de función de su corazón que provoca secuelas y mortalidad importante en los meses y años posteriores.

El proyecto recibe ayudas del Programa Regional de Transferencia de la Fundación Séneca

Este nuevo compuesto es un ácido ribonucleico que actúa en una de las principales vías que causan inflamación en el miocardio tras un infarto agudo e impide que esta sobreactúe causando un daño irreparable en el corazón, con lo que mejoraría el pronóstico y sería factible una mejor y más pronta recuperación.

El proyecto, financiado por la Fundación Séneca autonómica, se desarrolla junto con la empresa Biocardio, surgida de la Universidad de Murcia y fundada en 2020 por los doctores Antonio Lax y Domingo Pascual, que junto a la médica María del Carmen Asensio son los descubridores de esta nueva vía terapéutica.

El grupo de investigación forma parte del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria, que lleva una década trabajando en este sentido para descubrir biomarcadores relacionados con el remodelado cardíaco adverso tras un infarto de miocardio y su traslación a la práctica clínica.

De llegar a comercializarse con éxito, podría servir para tratar a unas 80.000 personas cada año en Europa y Estados Unidos.

Juan María Vázquez señaló que «el reto del Programa Regional de Transferencia de la Fundación Séneca, que ha financiado ya más de un centenar de proyectos en los últimos 5 años, es el de acelerar la circulación del conocimiento que nace de los equipos de investigación y trasladarlo lo antes posible a la economía y a la sociedad. El impacto que este proyecto puede llegar a tener sobre la salud cardiovascular es un excelente ejemplo de cómo las soluciones pueden pasar del laboratorio al paciente».