Salud

Perfil de las mujeres que desean ser madres solteras: una vida profesional consolidada y con una situación económica estable

Hay más «consciencia» de la dificultad que puede suponer ser madre más allá de los cuarenta años

El doctor José Landeras en su despacho.

El doctor José Landeras en su despacho. / Juan Carlos Caval

Adrián González

Adrián González

Las mujeres solteras que libremente deciden acudir a una clínica de reproducción asistida para quedarse embarazadas suelen ser aquellas que tienen una vida profesional consolidada, una situación económica estable y que cuentan con el apoyo de su entorno familiar para ello. En la mayoría de casos, son aquellas que han tenido parejas previas con las que, por algún motivo, no han cumplido su deseo gestacional «aunque nunca han perdido de vista su meta de ser madres en un futuro, al margen de su situación sentimental».

Así lo expone a La Opinión el doctor José Landeras, director de la clínica de reproducción asistida IVI en Murcia. «Hoy en día, estas mujeres representan el 18% del total de pacientes tratadas en nuestro centro, mientras que hace cinco años este perfil de pacientes apenas representaba un 12%», explica.

A este tipo de clínicas, aclara, acuden mujeres con distintos perfiles: desde las que nunca han intentado ser madres hasta las que con el paso de los años están viendo que no pueden quedarse embarazadas. Tras las diversas pruebas y estudios a los que son sometidas para ver su capacidad fértil, se decide llevar a cabo el mejor tratamiento de fertilización que pueda dar resultados positivos.

Landeras también se muestra satisfecho con el hecho de que el concepto de que la capacidad fértil descienda a partir de los 35 años ha sido cada vez una cuestión más «comprendida y entendida» por la sociedad en general a la hora de no juzgar o ‘señalar’ con diversos tabúes o prejuicios sociales a aquellas mujeres que deciden optar por esta vía para ser madres.

«En los últimos años se viene apreciando una progresiva reducción en la edad, lo que muestra la creciente concienciación social respecto al declive de la fertilidad femenina. Ahora la libertad prima sabiendo que no hay una presión social o familiar. Todo es cuestión de evolución respecto a familias monoparentales o también familias de mujeres lesbianas que desean tener un hijo», indica.

Ante los datos que recoge IVI avalando que las murcianas son las más jóvenes en someterse a este proceso, con una edad media de 37 años, el facultativo defiende que la mujer de la Región demuestra así «tener las cosas muy claras» en cuanto a maternidad y es «más consciente» del impacto o la dificultad que puede suponer tratar de ser madre más allá de los cuarenta años.

No todos los tratamientos y procesos de reproducción asistida son iguales: algunos son más complejos que otros y se prueban en función de características como la edad. Mientras que el más sencillo, recuerda José Landeras, sería la inseminación artificial con semen de donante, el más complicado sería la donación de ovocitos, un procedimiento para aquellas que no pueden producir óvulos de calidad suficiente para quedar embarazadas, ya sea debido a problemas médicos, genéticos o relacionados con la edad.