Semana Santa

En Semana Santa siguen mandando ellos

Menos del 22% de los integrantes de las juntas de gobierno de las hermandades de la Región son mujeres 

Solo cuatro presidentes de las cofradías murcianas tienen nombre femenino, mientras que únicamente una de las cuatro congregaciones cartageneras cuenta con una hermana mayor

Presentación de la revista del Cabildo Superior de Cofradías de Murcia.

Presentación de la revista del Cabildo Superior de Cofradías de Murcia. / Israel Sánchez

Una imagen vale más que mil palabras, dicen. En Semana Santa, además de las fotografías de las procesiones, que muestran el fervor de los feligreses, hay otro tipo de instantáneas, las de las reuniones de las cofradías, que denotan otra cosa: la poca presencia de las mujeres. Así ha sido siempre en toda España y en la Región de Murcia y así sigue siendo, aunque las cofrades cada vez más van abriéndose camino y ocupando puestos de poder.

La presencia femenina apenas supera el 21% en las juntas de gobierno de las cofradías de Murcia (19,4%) y Cartagena (26%), que es donde se toman las decisiones que afectan a los ciudadanos.

Entre las quince cofradías que procesionan en la capital durante la Semana de Pasión, tan solo cuatro tienen a una mujer en la Presidencia. Se trata de Juana María Botía Aranda, que está al frente de la Archicofradía de Nuestro Señor Jesucristo Resucitado; Elena Olmos Iofrío; presidenta Cofradía del Cristo Yacente y Nuestra Señora de la Luz en su Soledad; Inmaculada Martínez López; presidenta de la Cofradía de Servitas de Nuestra Señora de las Angustias; y Luisa María Rodríguez Teso, presidenta de la Cofradía del Cristo de la Fe.

Son las mismas cuatro mujeres que forman parte de la Junta de Gobierno del Cabildo Superior de Cofradías Murcia, formado por 16 personas más. En este órgano, tampoco ocupan los puestos de mayor relevancia, sino que son presidentas de la Comisión de Procesiones y Juventud, de la Comisión de Caridad y Comunicación de Bienes y de la Comisión de Comisión de Liturgia, Cultos y Relaciones con la Delegación de Hermandades y Cofradías.

En Murcia capital aún quedan dos cofradías, la del Cristo del Refugio y la Hermandad del Rescate, que no cuentan a ninguna mujer entre los puestos en los que se toman decisiones, aunque hay alguna otra, la del Amparo, en la que llegan a haber 10 (de 29).

En la capital del Segura quedan dos congregaciones 100% masculinas: la del Rescate y la del Refugio

De las cuatro grandes cofradías que hay en Cartagena, la del Socorro, California, Marraja y del Resucitado, solo en esta última hay una hermana mayor, Marién García. No obstante, este año recae sobre ella la Presidencia de la Junta de Cofradías de la ciudad portuaria (porque le toca).

Precisamente, es en su cofradía en la que se nota más la impronta femenina, ya que su junta de gobierno está formada por 15 mujeres de un total de 39 cofrades.

El poder de la Semana Santa de Lorca apenas recae sobre las mujeres. De hecho, ninguna de las seis cofradías (Paso Blanco, Paso Azul, Paso Encarnado, Paso Morado, Paso Negro y la Archicofradía de Jesús Resucitado) cuenta con una mujer como presidenta en sus juntas directivas o de Gobierno.

Hasta hace poco había una mujer al frente de la Archicofradía del Resucitado, sin embargo, a través de un decreto, el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, nombró comisario episcopal al archicofrade Ignacio Domingo Huertas por un período de dos años. Antes se produjo la salida de la Presidencia, después de casi treinta años, de Irene Mondéjar. El obispo se limitó a explicar que concurrían «circunstancias especiales» en la Archicofradía para las que procedía la «adopción de medidas», que pasan por la declaración de la extinción del mandato de Mondéjar.

En las juntas de gobierno de estas cofradías las mujeres también son una gran minoría. En la del Paso Azul, por ejemplo, sin contar con los vocales, solo hay 2 entre 20 integrantes. En el Paso Negro, la proporción aumenta considerablemente, siendo 5 entre 12; y lo mismo ocurre con el Resucitado, ya que son 7 de 21.

Cabe destacar que Lorca tiene la peculiaridad de que los pasos grandes tienen asociaciones u organizaciones destinadas solo a mujeres, con su propio organigrama y modo de organización, aunque enmarcadas dentro del propio paso y supeditadas a él.

En el Noroeste también es evidente la falta de paridad. Actualmente, en ninguna cofradía caravaqueña de Semana Santa hay mujeres presidentas, aunque sí que ocupan diferentes cargos en las distintas juntas directivas. El cargo de presidente de la Agrupación de Cofradía lo ocupa Antonio Sánchez Torres, aunque en las dos etapas anteriores hubo mujeres al frente, como fueron Anastasia Martí y Mari Carmen López, quien también fue hermana mayor de la Cofradía de la Vera Cruz, junto con Elisa Giménez-Girón.

En Cehegín, por el momento, ninguna mujer ha ocupado el cargo de presidenta de la Junta Central de Cofradías, aunque sí hay representación en las cofradías del municipio, como es el caso del Resucitado, cuya presidenta es Juana Espejo, o la cofradía de la Virgen de los Dolores, cuya presidenta es Juana María Moya Buitrago. En Moratalla, es una mujer la que ocupa el cargo de presidenta de la Asociación de Tamboristas del municipio, Mari Carmen Pérez.

Por último, en Calasparra, es una mujer quien lleva el timón de la Fundación Virgen de la Esperanza, Fulgen Sánchez, mientras que es un hombre el que preside el Cabildo Superior de Cofradías. A lo largo de los últimos años, sí que ha habido mujeres que han sido presidentas de cofradías, así como miembros de sus juntas directivas.

Casi 50 años participando en la Semana Santa murciana

Elena Olmos Iofrío, presidenta de la Cofradía del Cristo Yacente y Nuestra Señora de la Luz en su Soledad, lleva participando de la Semana Santa de Murcia desde 1975. En estos casi cincuenta años, además, ha dejado huella en la Cofradía del Amparo (que ayudó a fundar) y en la de Jesús. «Las cinco mujeres que formamos parte de la junta directiva del Cristo Yacente somos las que sacamos para adelante la cofradía», asegura Olmos, que subraya también que «nunca se ha sentido discriminada» en la Semana Santa por el hecho de ser mujer. No obstante, reconoce que «antes solo estábamos para vestir nazarenos y plancharles las ropas... algo que seguimos haciendo». La cofrade asegura que la presencia de mujeres suma porque ofrecen una «nueva visión» y es «un complemento».