Medio Ambiente

La Unión Europea obliga a redibujar el mapa de espacios naturales de la Región

Afectaría a la Red Natura 2000 y ecosistemas de valor ecológicos degradados como la Sierra Minera, el entorno del Mar Menor o zonas reforestadas

Playa de Los Nietos, uno de los puntos ‘calientes’ del Mar Menor.

Playa de Los Nietos, uno de los puntos ‘calientes’ del Mar Menor. / Iván Urquízar

La Región tiene una oportunidad de recuperar sus espacios naturales degradados. Sin que haya zonas concretadas aún, una nueva norma europea obliga a restaurar los espacios de la Red Natura 2000 y aquellos de valor medioambiental.

Un 24% de la superficie de la Región pertenece a la Red Natura 2000, más 27.502 hectáreas marinas. A ello hay que añadir las zonas protegidas por la Comunidad. Lugares como el río Segura, los bosques repoblados, el entorno del Mar Menor o la Sierra Minera podrían recuperar su esplendor.

El acuerdo no ha sido fácil. Tras duras negociaciones entre el Parlamento, la Comisión y el Consejo de la Unión Europea (lo que se conoce como trícolo), este jueves se llegó al consenso. Eso sí, con concesiones.

La recién acordada Ley de la Restauración de la Naturaleza tiene como objetivo recuperar «al menos» el 20% de espacios terrestres y un 20% de zonas marítimas para el 2030. Este porcentaje aumentaría hasta el 90% para el 2050.

Las concesiones se dieron en el ámbito de los cultivos. La idea original era restaurar también los ecosistemas agrícolas, con la mejora de los polinizadores y la biodiversidad en los campos. También habrá que recuperar las turberas, una especie de humedales.

Por presiones del ala derecha del Parlamento Europeo, se introduce en el acuerdo el llamado «freno de emergencia». Los objetivos para los ecosistemas agrícolas podrán suspenderse si se pone en riesgo la producción necesaria para el consumo de alimentos de la UE.

Los bosques también entran en esta restauración. Habrá que plantar tres mil millones de árboles más en la UE y se deben restaurar al menos 25.000 kilómetros de ríos para que fluyan libremente. Además, los distintos países miembros tendrán que asegurarse de no perder espacios verdes y capa arbórea en los entornos urbanos.

Hay contemplados distintos indicadores para medir si se avanza o retrocede en las metas establecidas. La norma establece que habrá controles cada seis años para cerciorarse de que se cumplen.

La Comisión defiende esta ley como la forma de «evitar el colapso de los ecosistemas y prevenir los peores impactos del cambio climático». El objetivo: devolver la naturaleza a todos los ecosistemas, desde los bosques y las tierras agrícolas hasta los ecosistemas marinos, de agua dulce y urbanos.

Esta ley no surge de la nada. En 2018, la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) estimó que más del 80% del medio natural de la UE estaban degradado, incluidos aquellos de la Red Natura 2000.

En el informe que emitió la AEMA sobre toda UE apareció el nombre de Murcia. Explicaron que era difícil de medir la efectividad de la Red Natura 2000 por cómo la administraba cada país.

Aseguraron que «la gestión es crucial para una protección eficaz de las especies». Pusieron de ejemplo que en Murcia y Andalucía encontraron que «la falta de voluntad y apoyo políticos socavaba los esfuerzos de conservación» de las especies de cetáceos y tortugas que había que proteger.

Antes de que en la Región se tome alguna medida al respecto, cada país deberá diseñar un plan nacional. Es ahí cuando se conocerán los espacios naturales que habrá que recuperar y la cantidad de presupuesto que hay para ello.

El acuerdo recoge que los Estados miembros tendrán que adoptar los planes nacionales de restauración «a través de un proceso abierto, transparente e inclusivo». En estos se detallará cómo pretenden alcanzar estos objetivos.

La UE recalca que los países de la UE deberían dar prioridad a las zonas situadas en lugares Natura 2000 hasta 2030. Luego, habrá que asegurarse de que no se vuelvan a degradar.

El siguiente paso de la ley será que la adopten el Parlamento y el Consejo con los cambios realizados. A partir de ahí se publicará en el Diario Oficial de la UE y entrará en vigor 20 días después.

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«El deterioro de las áreas naturales del ecosistema Mar Menor no se ha visto solventado», asegura Celia Martínez, de Pacto por el Mar Menor. Es por ello que desde la organización están a favor de la implementación de esta nueva Ley de Restauración de la Naturaleza. Para Pedro Luengo, de Ecologistas en Acción, es una medida positiva porque busca «recuperar un porcentaje de las tareas que están en zonas terrestres y marinas que están degradadas y por otro lado frenar el deterioro de los ecosistemas». La duda: saber cómo se llevará a término. Luengo argumenta que España es de los países más lentos a la hora de aplicar otros acuerdos de la UE. Queda por saber qué espacios se verían beneficiados por esta nueva norma. Luengo aventura algunos, como zonas donde se hicieron reforestaciones demasiado densas. Celia Martínez lamenta que cuando se legisla para proteger la naturaleza, «el daño ya está hecho».

Los agricultores de la Región recelan ante «la vorágine de leyes» medioambientales

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG-IR) pide «un análisis de repercusiones» de «los montones de legislación» relacionada con el medio ambiente aprobada en los últimos años. Paco Gil de COAG Murcia, habla de una «vorágine de leyes» que obliga a los agricultores y ganaderos a asumir numerosos compromisos en un breve periodo de tiempo.

La recién acordada Ley de la Restauración de la Naturaleza se encontró numerosas piedras en el camino para sacar una norma que recuperara los espacios ambientales. Una de ellas se llama COPA-COGECA, mayor lobby de organizaciones agrarias europeas. César Luena, ponente del Parlamento Europeo para esta ley, defiende que «se establece un freno de emergencia por si hubiera circunstancias excepcionales que afectaran a la seguridad alimentaria».

Subraya que «uno de los objetivos principales de la ley es asegurar la seguridad alimentaria». Luena recalca que «el reglamento de restauración de la naturaleza no crea obligaciones directas para agricultores». Al contrario, son los Estados miembros «los que tienen que alcanzar una tendencia creciente en una serie de indicadores». «Va a mejorar la biodiversidad», asegura Marcos Ros, eurodiputado murciano.

César Luena, ponente de la ley, asegura que «uno de los objetivos es garantizar la seguridad alimentaria»

Cree que con esta aprobación se disipan todas las dudas que había al respecto y valora que «es una grandísima oportunidad» para tener un medio ambiente «sano y restaurado». El eurodiputado murciano subraya que el plan de restauración del Mar Menor es un ejemplo de lo que se quiere llevar a cabo en toda la UE. Desde la Oficina del Mar Menor refuerzan esta idea.

Subrayan que se trata de «un paso adelante muy importante» porque será un instrumento jurídico con el que se podrá exigir a los Estados miembros la aprobación de planes de restauración en estrecha colaboración con los científicos y la ciudadanía. «Es precisamente lo que el Ministerio de Transición Ecológica tiene aprobado para la restauración del Mar Menor». Creen que el caso de la laguna murciana puede ser un ejemplo para cuando entre en vigor la ley.

Por el momento, la Consejería de Medio Ambiente no se ha pronunciado. Desde el área de Agricultura sí que estiman que se genera una «incertidumbre» porque no hay valoración sobre su repercusión en la producción agraria y de qué manera puede eso influir en los costes. Piensan que son «nuevas trabas a la actividad agrícola ». Pedro Luengo, de Ecologistas en Acción de la Región, explica que «los poderes económicos buscan restaurar sólo lo que esté en Natura2000», pero que desde la otra banda pedían que fueran más espacios.

Aunque critica que «se han añadido importantes salvedades que pueden reducir la superficie total a restaurar». Celia Martínez, representante de Pacto por el Mar Menor, dice que « puede ayudar a producir de manera resiliente y resistente frente a los cambios de escenario a los que nos enfrentamos».