Agricultura

El cambio climático encarece en 2,5 millones lo que pagan los agricultores a los seguros

Las aseguradoras van a subir el precio de la contratación el próximo ejercicio después de que el 2023 haya dejado tras de sí daños en los campos jamás vistos hasta el momento por la virulencia del tiempo

Sandías destrozadas por granizo en Lorca. | L.O.

Sandías destrozadas por granizo en Lorca. | L.O. / l.o.

Las consecuencias del cambio climático costarán a los agricultores y ganaderos murcianos 2,5 millones de euros más en el recibo del seguro. «Ha sido un año muy duro en cuanto a siniestros», explica José Miguel Marín, presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG ) en Murcia. La sequía invernal, los numerosos episodios de tormentas de pedrisco, el estrés térmico y las sucesivas inclemencias del tiempo han hecho que se incremente el coste de los seguros. 

Sin ir más lejos, el 2023 ha supuesto un número récord en indemnizaciones por siniestros (contando con que el año comienza en septiembre en el campo en términos generales). Es por ello que Agroseguros, el pool de aseguradoras de la Región, ha planteado a los agricultores una subida de los recibos. Hay algunos, como el de los cereales, que van a sufrir un aumento del 35% o incluso más en determinados casos. 

Más allá de que la subida se adaptará a cada caso particular, COAG calcula que este aumento será superior a los dos millones de euros. Explica que, aunque los seguros agrarios suponen un coste importante, son esenciales para hacer frente a los posibles siniestros. Este último año hubo agricultores que estuvieron a punto de abandonar sus cultivos o que, de hecho, lo hicieron por no poder afrontar las pérdidas por siniestros.

Es por ello que COAG pide que se aumente la subvención que concede la Comunidad para contratar seguros agrarios hasta los 6,5 millones de euros. Marín afirma que ya comunicaron esta petición al Gobierno regional y que están a la espera de una respuesta. Explicó que les falta confirmar cuánto se pondrá sobre la mesa. En total, la contratación de seguros agrarios supera los 80 millones de euros en toda la Región.

Por su lado, fuentes del Ejecutivo regional señalaron a este medio que son «plenamente conscientes de las necesidades de nuestros agricultores y ganaderos». Aseguran que «año tras año» han ido incrementando la partida destinada a subvencionar la contratación de los seguros agrarios. Este 2023 han alcanzado la cifra de 4,4 millones de euros. «Nuestro compromiso con el sector es trabajar para seguir incrementando esa cifra», apuntaron. 

De forma complementaria a estas subvenciones, COAG planteó al Ministerio de Agricultura una reforma del sistema de primas. Marín recalcó que la importancia de esto reside en no tener que apoyarse solo en la subida de las ayudas. El mismo Ejecutivo regional pide al Gobierno central «que recoja las necesidades reales del sector en la Región de Murcia y que lo haga verdaderamente atractivo para sus interesados».

Cambio climático

«Nosotros simplemente somos realistas», expuso Marín sobre los efectos del cambio climático. Yañade: «solo hay que ver lo que está pasando». La virulencia del clima cada vez es mayor y los daños causados «son muy grandes». 

«Ahora hemos tenido ese temporal de viento que ha hecho destrozos que nadie había conocido. En fin, esto es una realidad», dijo Marín. Piensa que no se trata de denegarlo o confirmar lo que está pasando, sino de aceptar la situación y proteger a las explotaciones agrarias. Si el invierno pasado fue duro, apuntó a que este no tiene pinta de ir mejor. Una de las preocupaciones de COAG, apuntó Marín, es que los agricultores renuncien al seguro. «Entraremos en un círculo vicioso y complicado que nos preocupa mucho», dijo.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) confirmó que el pasado mes de octubre fue el más cálido de su serie histórica, comenzada en 1961. «Ha sido un mes muy anómalo», apuntó la Aemet.

Limones quemados en Librilla

Limones quemados en una finca de Librilla

Limones quemados en una finca de Librilla / L.O.

Limones quemados por el sol del verano. Esto es lo que ha ocurrido en algunos cultivos de Librilla, cuya cosecha de estos cítricos se recoge entre febrero y marzo. «Este verano, que hizo tanto calor, se quemó la fruta que estuvo expuesta a la radiación solar», explica a esta redacción uno de los agricultores afectados. Un problema que se suma a otros ya endémicos en este cultivo: «Todo sube de precio, pero pagan los limones cómo les da la gana», una situación que «está arruinando al sector».

En los distintos cítricos que tiene plantados en su finca, se observa con facilidad la quemadura del sol en muchos de ellos. Es una mancha amarilla sobre un verde e inmaduro fruto. Hay incluso algunos de ellos a los que, ya amarillos, la quemadura del sol les ha dejado una mancha marrón. Con la previsión de que esto podía ocurrir, el agricultor dejó sin cortar algunas ramas. La idea es que estas protegiesen del sol a las que dan frutos.  Desde las asociaciones agrarias, sin embargo, aseguran que este es un problema puntual y no generalizado en el campo.

Lo que sí es palpable son las consecuencias que están teniendo en el campo las inclemencias climáticas: inviernos secos, fenómenos virulentos, sequía y granizo, entre otros. La radiación solar también es una preocupación. Un agricultor del Altiplano explicaba que el sol puede quemar las yemas de los árboles leñosos. Las yemas son los brotes que surgen de la corteza de los árboles. Este productor asegura que los tres últimos años han sido «excepcionalmente malos».