Entrevista | Elena González Fiscal delegada de Criminalidad Informática de la Región de Murcia

"La tecnología es un instrumento idóneo para la violencia de género"

"Es sorprendente que, cuando se difunde sin autorización un vídeo sexual, la imagen de la mujer sea plenamente identificable y la del hombre quede oculta"

Elena González, fiscal delegada de Criminalidad Informática de la Región, este viernes en Cartagena.

Elena González, fiscal delegada de Criminalidad Informática de la Región, este viernes en Cartagena. / IVAN URQUIZAR

Ana Lucas

Ana Lucas

«Las nuevas tecnologías se han convertido en un instrumento idóneo para la comisión de delitos de violencia de género», indica Elena González, fiscal delegada de Criminalidad Informática de la Región y responsable también de Delitos de Odio, que detecta que aún hay víctimas de ‘timos del amor’ que, por vergüenza, nunca denuncian a los estafadores que las ‘captaron’ en la Red.  

Elena González, fiscal delegada de Criminalidad Informática de la Región.

Elena González, fiscal delegada de Criminalidad Informática de la Región. / IVAN URQUIZAR

Como fiscal especialista en delitos informáticos, ¿considera que hay carencias de igualdad en el universo digital? 

Me parece evidente. La publicación de determinados contenidos (fotografías, comentarios…) no tiene la misma repercusión si quien los realiza es un hombre o una mujer. Todavía existen, también en este ámbito, pequeños micromachismos, puesto que el mundo digital es un fiel reflejo de la sociedad real.

¿Cuáles son los principales delitos online de los que son víctimas las mujeres?

Los más frecuentes son los delitos contra la intimidad, en concreto descubrimiento y revelación de secretos tales como accesos no autorizados a sus dispositivos móviles, captación no autorizada (y posterior difusión) de imágenes íntimas tanto en el supuesto de contactos sexuales online (a través de webcam) o grabación consentida de escenas íntimas que posteriormente son difundidas sin autorización ni conocimiento de la víctima. 

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Y en lo que respecta a difundir estas grabaciones siempre salen peor paradas ellas...

En algunos supuestos, resulta sorprendente que, en una relación sexual entre dos personas, que posteriormente se difunde de manera no autorizada, no habiendo participado el autor de la difusión en el acto sexual, sea la imagen de la mujer la única que resulta plenamente identificable. La identidad del hombre queda oculta, se preserva su intimidad y se lesionan siempre los bienes jurídicos de las mujeres. 

La violencia contra las mujeres, ¿cómo se ejerce online?

Las nuevas tecnologías se han convertido en un instrumento idóneo para la comisión de delitos en el ámbito de la violencia de género. El agresor suele utilizar, por ejemplo, las redes sociales o las aplicaciones de mensajería instantánea tipo WhatsApp para enviar mensajes injuriosos o amenazantes a la víctima; también, en algunos supuestos, para quebrantar medidas cautelares o prohibiciones de comunicación en vigor. 

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Acoso y hostigamiento...

Relativamente frecuente resulta la creación de perfiles falsos en redes sociales o en páginas de carácter sexual utilizando la fotografía de su ex pareja, datos personales (nombre, número de teléfono…) dando lugar a que una pluralidad de desconocidos contacten con la víctima generando un importante sentimiento de humillación y desasosiego. Este tipo de comportamientos no estaban tipificados expresamente y se solían calificar como delitos contra la integridad moral. Este problema se ha solventado, tras la reforma del Código Penal que incluye en el delito de ‘stalking’. Además, las tecnologías son utilizadas por el hombre como un mecanismo de control, instalando programas espía en sus dispositivos móviles, lo que le permite tener un absoluto control de la víctima: conversaciones, llamadas, correos, geolocalización… 

¿Existe aún vergüenza por parte de las mujeres a la hora de denunciar haber caído en timos como los de los ‘estafadores del amor’ en Internet?

Este tipo de estafas se han incrementado: las víctimas son, generalmente, mujeres de edad avanzada y que viven solas. Los estafadores se aprovechan de la debilidad de sus víctimas, necesitadas de cariño y atención, para obtener grandes cantidades de dinero, inventándose historias rocambolescas. En mi opinión, este tipo de víctimas deben ser protegidas sin culpabilizarlas, no hay que exigirles la obligación de autoprotección. Resulta evidente que muchas mujeres, tras darse cuenta del engaño, no denuncian por vergüenza y temor al ‘qué dirán’. Pero lo sorprendente es que, en muchas ocasiones, son familiares de estas mujeres las que denuncian, pero la víctima continúa negando serlo, defendiendo su supuesta historia de amor y a su estafador.

¿Cree que algunos ciberdelincuentes que atacan a mujeres se creen impunes?

El uso de Internet para la comisión de ilícitos penales proporciona al delincuente una evidente privacidad y sensación de impunidad y precisamente por ello, este tipo de delincuencia se incrementa año tras año. En muchas ocasiones, el hecho delictivo queda impune porque las víctimas tardan en denunciar, se eliminan los contenidos ilícitos y, por la carga de trabajo que soportan los juzgados y la Policía, cuando se cumplimentan los mandamientos a los diferentes prestadores de servicios, los datos han desaparecido: generalmente, tienen obligación de conservarlos por el plazo de un año.

Por otro lado, ¿cuáles son los principales delitos online perpetrados por mujeres? 

Habitualmente se trata del delito de ciberacoso (stalking) siendo las víctimas de esos delitos bien la expareja o la actual pareja de ésta. En estos supuestos, suelen crear perfiles falsos en redes sociales bien simulando ser el propio perjudicado o víctima o bien un tercero que difunde noticias falsas sobre esa persona, realiza publicaciones con expresiones injuriosas o humillantes o cualquier otra acción dirigida al hostigamiento.

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¿Es cierto que en ocasiones las empresas son reacias a facilitar datos y por eso se ralentizan las investigaciones?

Afortunadamente, cada vez es mayor el compromiso y colaboración de las distintas entidades en la persecución de estos delitos, lo que permite que las investigaciones concluyan con la identificación del autor y la obtención de pruebas suficientes para obtener una sentencia condenatoria.