Irene Teruel

"Se da por hecho que una mujer joven en una reunión es ‘la secretaria de"

Entre las mejores Jóvenes Directivas con Talento de España

Irene Teruel en Nueva York.

Irene Teruel en Nueva York. / L.O.

Paula M. Gonzálvez

Paula M. Gonzálvez

Irene Teruel (Lorca, 30 años) ya apuntaba maneras. Fue una de las premiadas de su promoción a nivel nacional por su nota de Selectividad, un esfuerzo recompensado con una beca. Hincó los codos en Madrid para estudiar Derecho y Ciencias Políticas, pero decidió dar un giro a su carrera que en España es casi inconcebible, «somos más cuadriculados»: decidió dedicarse a algo para lo que no tenía un título universitario. Su arrojo y valentía la ha convertido en una de las mejores ‘Jóvenes Directivas con Talento’ de España al ser seleccionada para los premios de Seeliger y Conde.

¿Qué barreras ha tenido que romper en su ámbito laboral?

La falta de representación femenina, las dificultades para que te tomen en serio, las trabas que ponen los propios compañeros que son hombres... 

En ese sentido, ¿se nota la diferencia entre España y el resto de países en los que ha trabajado?

Sí. En EE UU se nota el avance, aunque también queda mucho por hacer, pero se fomenta más la igualdad de género y el esfuerzo por educar en este aspecto.

Se fue a Nueva York dos meses antes de la pandemia. Dejó la abogacía para dedicarse al mundo empresarial de la mano de una 'startup', pese a que estaba haciendo carrera en el despacho. Es Global Partnership Manager del unicornio Nowports, donde busca acuerdos estratégicos que aporten valor al negocio. A día de hoy, su trabajo le hace recorrer América.

¿En alguna reunión, en las que abundan los hombres, ha tenido que dar ‘un golpe en la mesa’ o imponerse de alguna forma?

Parto de una posición diferente, el respeto es menor. Cuando una mujer joven entra en una reunión, todo el mundo asume que es ‘la secretaria de’. Para equilibrar la situación trato de intervenir, hacer notar mi presencia como profesional.

La ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM) se relacionan con el talento masculino. ¿Cómo acabar con ese cliché?

Dando visibilidad a todas las mujeres que se dedican a esto, que son muchas y exitosas, y educando para que se les respete como tal.

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¿Cuál diría que sigue siendo el cristal que hay que romper?

Ganamos menos por hacer el mismo trabajo, tenemos menos oportunidades de liderazgo aunque estemos igual de capacitadas. A eso se suma la desventaja natural si se quiere formar una familia, la falta de equilibrio para conciliar, porque al final siempre asumimos más carga y responsabilidades. Con la globalización, esto es así en España, en Latinoamérica o en EE UU. Aquí hay mucha conciencia social, pero si rascas, en el fondo sigue apareciendo lo de siempre: el postureo, cumplir con las cuotas para demostrar que estás implicado. Tampoco estoy de acuerdo con eso, creo que alguien debe tener su hueco por meritocracia. 

Siento un enorme compromiso con el relevo generacional en el liderazgo femenino y con abrir camino a las que vienen detrás

Puede considerarse un referente para las mujeres jóvenes que quieran desarrollar su carrera. ¿En qué les puede inspirar?

No importa cuántas veces escuches ‘no’. Da igual si te equivocas de carrera, siempre se puede empezar de cero y reconducir la situación. No hay que pensar, hay que ejecutar y puedes ser lo que quieras.

¿Qué es lo que más cuesta arriba se le ha hecho? 

Cualquier adaptación. Irme de Murcia a Madrid, pasar de estudiar Ciencias puras a Letras puras, cambiar de Gómez Acebo & Pombo al mundo ‘startup’...

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¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías en el ámbito profesional de la mujer? Con su edad, han ido creciendo a la par.

Han transformado el mundo laboral. Aportan una flexibilidad que antes no existía, te dejan trabajar desde donde sea. Las mujeres estamos infrarrepresentadas en Ciberseguridad, Analítica de Datos, Programación, IA... Históricamente se ha relacionado con hombres y hay que educar para eliminar ese estereotipo de género.

Irene Teruel en Central Park.

Irene Teruel en Central Park. / L.O.

Joven Directiva con Talento, conoce cuatro idiomas, se mueve en diferentes países… ¿Una mujer puede conseguir todo esto sin esforzarse más que un hombre?

En la base (en la educación y en los puestos bajos) sí que hay igualdad, pero sí que hay que esforzarse más que ellos para promocionar y una vez que se ha ascendido. 

¿Es este el punto de partida de una nueva era? En ese caso, ¿lo que ha logrado es un ‘por mí y todas mis compañeras’?

Por supuesto. Hay muchas razones para ser optimistas, aunque quede tanto por hacer. Yo siento un compromiso enorme con el relevo generacional en el liderazgo femenino y con la importancia de abrir camino a las que vienen detrás. 

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El éxito para Irene Teruel cobra otro significado: «Levantarse cada mañana contenta e ilusionada en lo que se refiere al trabajo y, si no es así, tener la fuerza para cambiar y redirigirse». La fórmula para conseguirlo ha sido descubrir que «la clave está en las cosas más pequeñas, en tratar bien a los demás, en dar ‘feedback’» incluso cuando no es imprescindible. Era abogada en un despacho de renombre, con el que se trasladó a Nueva York como premio a su rendimiento -«resurgí, en Madrid no explotaba mi personalidad al 100%»-, pero quiso coger un nuevo rumbo en el mundo empresarial, sin gastarse el dinero en un MBA (Master of Business Administration). Salió de su zona de confort y lo ha logrado.