La Región de Murcia cuenta con empresas de acuicultura experimentadas que, además de proporcionar al consumidor pescado de cercanía y gran calidad, representan a la perfección lo que el sector aporta a la economía española: su capacidad para ser un motor económico y potenciar el desarrollo local y regional. Además de generar empleo estable y de calidad, la acuicultura murciana está llamada, por su peso creciente, a tener un papel importante en la soberanía alimentaria de nuestro país, con la sostenibilidad en el uso de los recursos naturales como bandera. 

La Región de Murcia cuenta con empresas de acuicultura experimentadas que dinamizan social y económicamente su entorno

Según los datos del último informe de la acuicultura en España publicado por la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (APROMAR), Murcia fue la segunda autonomía con mayor producción de peces marinos en España en 2021. En total, produjo 11.368 toneladas. El año pasado fue significativo en el histórico, porque el sector murciano consiguió recuperar su producción, tras ser la comunidad más afectada por los episodios epidemiológicos y climáticos del año anterior. Esto, expresado en cifras, se traduce en que, gracias al esfuerzo de todas las personas involucradas en la cadena, se pasó de una producción de 4.777 toneladas de 2020 a 11.368 en 2021. Dicho de otra forma, la cosecha aumentó en un esperanzador 138%. 

En las aguas murcianas se cultiva, sobre todo, dorada, lubina y el mencionado atún rojo, algunos de los pescados más apreciados en la gastronomía. Junto con la pesca sostenible, con la que convive y a la que complementa, la acuicultura provee al mercado de pescado de calidad evitando forzar los límites biológicos de los ecosistemas. De esta manera, el consumidor puede consumir pescado de proximidad todo el año, con la tranquilidad del respeto a sus recursos naturales.

El atún rojo es la joya de la corona de la acuicultura murciana.

Solo en 2021, el litoral de Murcia aportó 2.461 toneladas de dorada, el 26% del total nacional; 7.285 toneladas de lubina, el 30% del total; y buena parte del grueso de la cosecha de corvina. Cifras aparte, uno de los ejes de la acuicultura murciana es su capacidad para activar el tejido comercial, empresarial y laboral de poblaciones medianas y pequeñas. 

Murcia fue la segunda comunidad española con mayor producción de pescado de acuicultura en 2021, y gana peso como garante de la soberanía alimentaria española

La acuicultura, clave para la seguridad y soberanía alimentaria

En su informe mundial de 2020, la FAO advirtió que a nivel mundial el deterioro de las reservas pesqueras y la captura excesiva de peces en su hábitat natural se estaba convirtiendo en un problema grave. Alrededor de un 30% de las especies marinas no se encuentra dentro de unos niveles biológicamente sostenibles, y cerca del 60% se acerca a estadios considerados peligrosos. 

La acuicultura murciana, que está adquiriendo un peso importante en volumen de producción a nivel nacional.

Pesca y acuicultura trabajan juntas para garantizar que el pescado que comemos no ponga en riesgo los recursos naturales para las generaciones futuras. La calidad de las aguas, de la que depende su actividad, es una absoluta prioridad para ambos. En el caso de la acuicultura murciana, los viveros se ubican en el mar y son las propias corrientes las que regeneran las zonas, como se puede apreciar en la costa de San Pedro del Pinatar o en Cartagena, entre otras localidades. La actividad está sujeta a un riguroso control de impacto medioambiental, con cuyo cumplimiento las empresas, que acaban de presentar su primera Memoria de Sostenibilidad, están absolutamente comprometidas. 

Destacado: La acuicultura tendrá un efecto transformador en la manera en que alimentamos a la población mundial, dado que solo mares, ríos y océanos pueden crecer en su aportación de alimentos al ser humano. 

La ONU destaca, además, que la acuicultura tiene un papel muy relevante en otro aspecto de la sostenibilidad, la social. La actividad será imprescindible (ya lo es en la actualidad), para proporcionar alimentos de origen marino y fluvial, proteína de alta calidad nutricional, a una población en crecimiento. Considera que, a través de una gestión sostenible, la acuicultura tendrá un efecto transformador en la manera en que nos alimentamos, dado que solo los mares, ríos y océanos pueden crecer en su producción de alimentos, algo que no es posible en tierra firme, donde se ha alcanzado un tope en el uso de los recursos disponibles. 

La acuicultura murciana, que está adquiriendo un peso importante en volumen de producción a nivel nacional, será, pues, clave para la soberanía y seguridad alimentaria no solo en nuestro país sino también dentro y fuera de Europa, puesto que muchos de sus productos se consumen en países vecinos o incluso lejanos como Japón, donde el atún rojo español es muy apreciado por su sabor, sostenibilidad e innovación