El Mar Menor agoniza. Pese a los esfuerzos constantes de las administraciones y a que este verano se han retirado 13.000 toneladas de algas de la que ya es la masa de agua más controlada de Europa, lo cierto es que el estado de la mayor albufera del continente es más que mejorable. El comité científico creado por el Gobierno de la Región se afana en intentar mejorar su estado, pero la situación ambiental es preocupante. El motivo: la llegada de agua sucia a la laguna que ha terminado por generar niveles inadecuados de oxígeno, lo que provoca mortandad de peces.

Proteger los recursos hídricos es uno de los objetivos del milenio planteados por la ONU, y en ello tiene mucho que decir la acuicultura, que es el proceso por el cual se cultiva pescado para consumo humano. La clave es que lo hace de una forma eficiente y sostenible, dado que tiene una menor huella de carbono que otras ganaderías como la ovina o bovina. Además, se da la circunstancia de que en los viveros situados cerca de grandes masas de agua, como los ríos, el agua que vuelve a los cauces fluviales después de pasar por los tanques donde viven esturiones o truchas lo hace incluso en mejores condiciones, según las lecturas de las propias empresas y datos ofrecidos por la Asociación Empresarial de Acuicultura Española.

Evidentemente, el problema del Mar Menor no se puede solucionar con viveros de acuicultura, aunque sí se ha planteado sembrar moluscos en su fondo. Pero lo cierto es que en una Región como la de Murcia, donde el estrés hídrico afecta gravemente a la huerta feraz que ha hecho famosas estas tierras, la gestión de estos recursos es importantísima. Y la investigación que se hace en la Región sobre cuestiones relacionadas con la acuicultura puede dar un respiro a una albufera que ha vivido mejores tiempos.

La clave podría salir de San Pedro del Pinatar. Ahí está una de las sedes del Instituto Español de Oceanografía (IEO), una de las instalaciones europeas que más trabaja en la cuestión. Aurelio Ortega es el jefe de Acuicultura del organismo y explica que la acuicultura de especies consideradas como extractivas, entre las que se cuentan las macroalgas, “son reconocidas por extraer nutrientes y materia orgánica del agua”. “Son buenos aliados para mejorar las condiciones de ciertas aguas muy cargadas de nutrientes”, comenta Ortega, que trabaja precisamente en el Centro Oceanográfico de Murcia. En este sentido, apunta que hay “bastantes evidencias de estas actuaciones”. “Es muy interesante un proyecto de ‘biorremediación’ utilizando ostras que se cultivarían en el Mar Menor y que llevan a cabo unos compañeros del IEO en el laboratorio de San Pedro del Pinatar”, comenta Ortega.

La costa murciana en un entorno perfecto para el cultivo de especies acuáticas

Cabe recordar, en este sentido, la importancia de la acuicultura en la Región. Es una de las zonas de España con mayor actividad acuícola por kilómetro de costa. La calidad de sus aguas convierte a la costa murciana en un entorno perfecto para el cultivo de especies acuáticas, incluso en una de las costas son más actividades económicas y de ocio. Hoy en día existen dos polígonos marinos dedicados a la acuicultura en la Región de Murcia: San Pedro del Pinatar y el Gorguel. También está prevista la creación de otro nuevo, de unas 300 hectáreas de extensión, según datos ofrecidos por Apromarfrente a Puntas de Calnegre, en Lorca.

La Región es la cuarta autonomía con mayor cosecha de especies marinas de acuicultura en España. Es la primera en el cultivo de lubina. Una de cada tres lubinas que se venden en nuestro país proceden de viveros murcianos: de ellos salieron 9.000 toneladas en 2019. Pero no es el único producto que sale de la Región. Otro de los pescados más consumidos en España, la dorada, también tiene denominación de origen Murcia. De hecho, según datos ofrecidos por Apromar, el cultivo de dorada generó en 2010 más del 21% del total nacional con casi 3.000 toneladas.

El atún es uno de los pescados más consumidos

Además, la acuicultura murciana genera 3.500 toneladas de atún rojo de cultivo. Pero además del cultivo, Murcia es líder mundial en la investigación acuícola de esta especie. A través del IEO se está invirtiendo en I+D+I para conseguir cultivar atún rojo de manera integral, desde los individuos reproductores, pasando por la fase de huevo, y hasta que alcanza su talla comercial. Se da la circunstancia, además, de que el cultivo de atún rojo permite que se recuperen las poblaciones salvajes, dado que está en situación de conservación especial. De hecho, asociaciones como WWF ya han advertido de que los viveros son importantes para alimentar al mundo del atún, que es uno de los pescados más consumidos, tal como indica el informe “La carrera por el último atún rojo” publicado por la asociación ecologista ya en 2008.

La acuicultura genera tejido social y económico, pero también es un puntal ambiental y un elemento imprescindible en el esquema de la alimentación mundial, como afirma la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En el último informe mundial sobre pesca y acuicultura (Sofia, por sus siglas en inglés), la organización asegura que esta actividad es sostenible y tiene “un gran potencial para alimentar y nutrir a la creciente población mundial”.