La Opinión de Murcia

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Medio ambiente

La playa de La Llana podría desaparecer en 20 años

Transición Ecológica descarta demoler el puerto de San Pedro y optará por un trasvase de arena para atajar la degradación de la playa natural. Construirá dos espigones en cada lado, lo que también evitará la colmatación de la gola de Las Encañizadas

Dos jóvenes observan el puerto de San Pedro desde la playa de La Llana, ayer. Loyola Pérez de Villegas

El cambio climático y los sucesivos temporales del Levante podrían ocasionar la desaparición de la playa de La Llana y las dunas del parque regional de San Pedro en un plazo muy corto de tiempo: 20 años. La degradación de este tramo natural al norte del Mar Menor y La Manga es uno de los impactos más visibles en el medio natural que sufre la Región de Murcia.

Al cambio climático y los efectos de la meteorología más adversa se suma la construcción del puerto deportivo de San Pedro del Pinatar en la década de los años 50, una infraestructura que ha provocado un retroceso de 80 metros de la línea de costa en esta playa natural además de un cambio en el flujo del oleaje en la zona, que ha resultado ser más agresivo con el tramo más cercano a las instalaciones portuarias.

Pese a esto, el Ministerio para la Transición Ecológica, que incluyó el acondicionamiento de la playa de La Llana en su plan de recuperación del Mar Menor y el borde litoral entre Cabo de Palos y San Pedro, ha descartado la opción de derruir este puerto para revertir ese proceso de degradación que sufre este cordón dunar que llega hasta las encañizadas.

Esta obra, que estaba incluida como una de las alternativas en el proyecto y que se analizó en el informe de impacto ambiental, implicaría un coste desproporcionado (la cifra superaría los 525 millones de euros), a lo que se suma el daño al sector pesquero que mantiene sus barcos en el puerto, así como un impacto ambiental importante en la calidad del agua y la fauna que habita el parque regional.

34.000 m3 de arena de la playa de la Torre Derribada se repartirán en los 250 primeros metros de La Llana

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Transición Ecológica optará, según la alternativa más propicia que señala la evaluación de impacto ambiental, por la alimentación artificial de la zona «más duramente erosionada» de la playa de La Llana (los primeros 250 metros desde el sur del puerto de San Pedro) con 34.000 metros cúbicos de arena procedente de la playa de la Torre Derribada, al norte de la infraestructura portuaria.

A esto se sumará la construcción de un espigón de escollera de 150 metros en el puerto que frenará «las condiciones dinámicas que potencian la erosión de la playa». Otro espigón de casi 60 metros se instalaría al final de la playa, en la Punta de Algas, para impedir en buena medida la colmatación de la gola de las Encañizadas, que recibe cada año 12.300 metros cúbicos de arena transportada por el oleaje y que hace peligrar la conexión natural entre el Mediterráneo y el Mar Menor. Ambos diques estarían alejados de las praderas de Posidonia y de las zonas navegables.

Esta vía de restauración incluiría la instalación de captadores de arena que ayudaran a fijar las dunas en caso de temporales y la revegetación con especies autóctonas en el espacio natural próximo al aparcamiento del puerto, al sur de la playa de la Torre Derribada. El acceso a La Llana desde el puerto también sería mejorado, así como las pistas de tránsito que hay en los sistemas dunares más allá de los espacios donde actúe el proyecto Life Salinas, dedicado a la conservación de las dunas del parque regional.

El cambio climático y el puerto ponen en riesgo a la franja dunar, que podría desaparecer en 20 años de no hacer nada

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En general, ese sistema dunar también sufriría una mejora ambiental en todo el tramo hacia el interior de La Llana: se eliminarían especies exóticas invasoras y se instalarían barreras para frenar la erosión de las mismas. «Se contempla un paquete de actuaciones complementarias a las proyectadas por el Life Salinas, de modo que se mejorará la estructura y cobertura vegetal y dunar de la zona media y sur del sistema dunar de La Llana».

Actuaciones por 6,4 millones

Atendiendo a la evolución de los calados «que actualmente se registran en la zona, se estima en el proyecto de ejecución que el cordón dunar se encuentra en riesgo de desaparecer en un plazo de 20 años, el cual podría ser incluso menor de no actuarse en el problema erosivo que acontece en el conjunto de las playas de La Llana», señalan los encargados de llevar a cabo la evaluación de impacto ambiental.

El Ministerio, para las actuaciones previstas en la protección y recuperación del litoral mediterráneo, entre las que estarían la eliminación de Puerto Mayor y la restauración ecológica de todas las dunas de La Manga y San Pedro, tiene previsto invertir 6,4 millones de euros hasta 2024.

Las acciones previstas estarían centradas «sobre el actual proceso erosivo» que afecta a esta zona, especialmente «al norte de la playa de La Llana, el cual pone en peligro no solo la presencia de los hábitats propios de la barra dunar, sino también la zona de campeo, alimentación, refugio y reproducción de un significativo número de especies» protegidas.

«El temporal Gloria destrozó el primer frente de dunas»

Plantear una demolición del puerto de San Pedro, aunque haya supuesto un impacto importante en el ecosistema del parque regional de San Pedro, no es una opción viable por todos los efectos ambientales y económicos que tendría. Daniel Ibarra, doctor en Geografía Física y especialista en los sistemas dunares de Las Salinas y La Manga, ve con buenos ojos la alternativa que el Ministerio pretende impulsar con el trasvase de arena de la Torre Derribada a La Llana, y también la construcción de los dos espigones para evitar un desmantelamiento de la playa por parte del oleaje ya que no recibe aporte de sedimentos desde el norte por la presencia del puerto.

Eso sí, reclama que esas escolleras tengan una coronación baja para evitar un impacto visual en el paisaje de ambas infraestructuras, al tiempo que pide que no afecte a las praderas de Posidonia. «Los espigones al norte y al sur de la playa pueden ayudar a retener la arena», refleja Ibarra. Hay dos cosas importantes para él: respetar no solo la playa emergida, lo que se puede ver a simple vista, sino también la playa sumergida en los primeros metros mar adentro, a lo que añade una actuación urgente que permita conservar las dunas en este tramo del parque.

«La borrasca Gloria se llevó por delante la primera línea de dunas de esta playa, se perdió cinco metros de anchura de las dunas», incide, al tiempo que propone instalar captadores de arena como han llevado a cabo en otros puntos de Las Salinas. «Aparte de esas obras, hay que trabajar mucho para evitar que se pierda arena por los temporales y el cambio climático en los sistemas dunares». Su equipo trabajó en instalar estas barreras en los primeros cientos de metros de La Llana, «pero se necesita actuar sobre más de un kilómetro de playa».

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