Las zonas costeras con mayor vulnerabilidad ambiental al cambio climático en La Manga del Mar Menor se sitúan en el Parque Regional Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar y las zonas dunares de toda la franja litoral, aunque ninguna zona está exenta de peligro a los efectos de esta amenaza medioambiental. Daniel Ibarra, doctor en Geografía Física, ha analizado las consecuencias del cambio climático en la costa y a nivel ambiental en La Manga del Mar Menor empleando la metodología de los Índices de Vulnerabilidad Costera, un enfoque de predicción que permite incorporar variables para analizar los sectores de costa que pueden verse más afectados por el crisis climática. Las distintas variables que se integran en este índice han sido calculadas en 52 celdas costeras de 500 metros, situadas a lo largo de la costa de La Manga del Mar Menor, desde el límite de la Región de Murcia con la Comunidad Valenciana hasta Cabo de Palos.

El investigador de la Universidad de Murcia determina que el estudio de algunas de las variables muestra una incidencia similar a lo largo de la restinga, en cambio otras exponen un nivel de vulnerabilidad diferente dependiendo del sector de costa. La variable relacionada con la erosión pone de manifiesto la amenaza futura de las playas situadas al sur del Puerto de San Pedro del Pinatar y la vegetación dunar muestra debilidades no sólo en el Parque Regional Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar, sino también en la zona sur próxima a Cabo de Palos.

La Manga del Mar Menor es un área muy urbanizada en la que el aumento del nivel del mar, por efecto del cambio climático, «constituye un problema para los servicios básicos actuales», señala en un estudio donde también ha participado la Asociación de Naturalistas del Sureste.

Los resultados del modelo de variaciones respecto al nivel del mar por efecto de cambio climático muestran una subida de 1,4 metros para el periodo 2080-2100, lo que sugiere una vulnerabilidad entre baja y muy baja. Sin embargo, el experto señala que para las zonas más urbanizadas de La Manga convendría rediseñar el paseo marítimo, «de manera que la energía de los temporales no se viese reflejada». Para lograr la conservación natural es necesario, añade, restaurar los sistemas dunares con vegetación natural de toda la franja litoral.

«Los sistemas duna-playa no sólo tienen capacidad para ‘naturalizar’ la costa, sino que además suponen una defensa natural para evitar daños en edificios e infraestructuras de servicios», concluye.