La Opinión de Murcia

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Economía

La crisis que encarece el pan

El conflicto entre Ucrania y Rusia ha provocado una subida de la harina - La factura energética y el aumento de los costes han llevado a las panaderías y las pastelerías a elevar sus precios

La dependienta de una pastelería atiende a una clienta. Israel Sánchez | ISRAEL SÁNCHEZ

El precio del pan está acusando la inflación provocada por la subida de la factura de la energía y el encarecimiento de la harina, cuyos precios se han incrementado en los últimos meses a consecuencia de la crisis entre Ucrania y Rusia. El conflicto entre los dos grandes productores mundiales de cereales ha hecho subir la cotización del trigo procedente del granero ruso. El presidente de la Asociación de Panaderos de la Región, Javier Moreno, asegura que la barra de un cuarto de kilo ha subido solo cinco céntimos y cifra el repunte en un cinco por ciento. También el presidente de la Asociación de Pasteleros Artesanos de la Región, Ricardo Ruiz, apunta que los productos de las confiterías han podido encarecerse entre cinco y diez céntimos, aunque algunos establecimientos están aplicando aumentos muy superiores.

En la Región quedan unas 200 panaderías que siguen elaborando el pan de forma artesanal y unas 300 pastelerías. Ambos gremios se ven obligados a competir con establecimientos que no tienen horno propio y venden productos elaborados de forma casi industrial, desde los supermercados a las gasolineras.

La cesta de la compra se ha encarecido un 6,2 por ciento en la Región en el último año y, aunque hay pocos alimentos que logren escapar a la inflación, la subida del pan sigue actuando como el dispositivo de alerta del sistema económico. Al tratarse de los pocos que se compran a diario, cualquier variación de precio resulta más apreciable para el consumidor, aunque sea modesta.

Lo sabe bien el presidente de la Asociación de Panaderos, quien recuerda que «la Revolución Francesa empezó por la subida del pan».

De hecho, el conflicto entre Ucrania y Rusia está provocando inquietud en países como Egipto, que trata de diversificar a sus proveedores e intenta asegurarse las reservas del cereal para varios meses, según informa EFE. De momento se calcula que el precio del trigo se ha elevado un 10%.

No obstante, Javier Moreno quita importancia al aumento de precio del pan en un clima tan inflacionista y defiende que «un aumento de cinco céntimos en una barra supone apenas un euro más al mes. Somos conscientes de que es un alimento básico, pero el margen que nos queda es menor que hace seis meses», precisó.

Culpa al encarecimiento del ingrediente básico, la harina, que «ha venido encareciéndose desde septiembre». No obstante, recuerda que los hornos artesanos también están sufriendo la escalada de precios de la energía eléctrica o del gas y asegura que ha pasado de «un recibo de 1.500 euros a pagar 3.000».

Javier Moreno calcula que las dificultades para competir con los supermercados y con los establecimientos de todo tipo que venden pan ha provocado la desaparición de muchas panaderías artesanales. «Hay mucho despacho de pan que lo pueden tener congelado o lo reciben ya terminado», asegura.

Recuerda que el anterior presidente de la Asociación de Panaderos calculaba que en la Región había unos 350 hornos que trabajaban de forma artesanal hasta hace unos años, pero esta cifra se ha reducido a 200.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Pasteleros explicó que muchos establecimientos trabajan con hornos de gas, por lo que no se han visto tan castigados, o tienen contratos cerrados con tarifa plana que les han evitado las fluctuaciones de los precios de la energía, pero se ven abocados a partir de ahora a la revisión de las condiciones pactadas con las compañías, que sí les van a repercutir las nuevas tarifas.

Ricardo Ruiz calcula que los costes de las pastelerías se han incrementado más de un 25%. Al encarecimiento de materias primas, como la mantequilla o el azúcar, añade el impacto de la revisión salarial pactada en el convenio colectivo, que alcanza el 5%. Defiende, sin embargo, que, «en este sector artesanal lo que tratamos de evitar es que se pierda calidad. Jamás bajamos la calidad».

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