Cultura vuelve a Turismo. La consejera de Educación, María Isabel Campuzano, ha tomado la decisión de aceptar la propuesta del presidente Fernando López Miras de integrar las competencias de Cultura en la Consejería de Presidencia, Turismo y Deportes, que dirige Marcos Ortuño. Esta cesión pretende desactivar la crisis que el Gobierno regional vive estos días tras conocerse que la titular de Educación estaba replanteándose su continuidad en el Consejo de Gobierno al sentirse ignorada por sus compañeros en el Ejecutivo y por las injerencias que ha sufrido por parte de los diputados expulsados de Vox, Juan José Liarte y Francisco Carrera.

De esta forma, y tras la reunión que mantuvieron ayer por la tarde López Miras y Campuzano, el presidente aceptaría la exigencia de su consejera de aceptar la destitución del director general del Instituto de las Industrias Culturales y las Artes, José Ramón Palazón Marquina. El pasado martes la responsable de Educación le cesó de su cargo ante la «falta de confianza» generada en los últimos meses por diversas «actuaciones muy graves». Palazón recibió una carta firmada por la consejera donde se le pedía que recogiera sus pertenencias, pero hasta este mismo jueves el director del ICA continuaba trabajando en la sede del Instituto en el Auditorio Víctor Villegas.

Tanto la Dirección General de Patrimonio Cultural como la del ICA pasarían a manos ahora de Marcos Ortuño, cuya Consejería ya reunió las competencias de Cultura en la etapa de Miriam Guardiola como consejera, ahora portavoz del Partido Popular en la Región de Murcia y diputada en la Asamblea. La oferta pasa también por dar la opción tanto a Liarte como a Carrera de elegir a los nuevos responsables de estos dos departamentos de Cultura, pero en ningún caso podrá continuar Palazón en el ICA. Entre otras posibilidades que se barajan estaría la incorporación del hasta ahora alto cargo de Cultura, amigo íntimo de Carrera, a otro departamento de la Consejería de Turismo, incluso no se descarta que ocupe una dirección general.

Ambos compañeros del Grupo Parlamentario de Vox estarían reunidos en la mañana de este viernes con el presidente Miras para cerrar los flecos de una operación política que concluiría con el nombramiento de todos los nuevos altos cargos en el próximo Consejo de Gobierno. Esta remodelación implicaría también la destitución de la actual directora general de Patrimonio Cultural, Rosa Campillo, nombrada por Campuzano tras su incorporación a la Consejería en abril del pasado año.

Esta cesión por ambas partes evitaría una inestabilidad en la Asamblea regional, donde López Miras necesita del favor de los tres diputados expulsados de la formación de Abascal para sacar adelante sus propuestas, entre otras la de subir del 3% al 5% la barrera para lograr representación en la Asamblea de cara a los siguiente comicios. Campuzano, cuya relación con sus dos compañeros en el Grupo Parlamentario están completamente rotas, promete en tal caso seguir manteniendo la estabilidad del Gobierno. En este punto, los tres diputados se comprometerían a que todo siga igual en la Cámara autonómica aunque ya no haya relación.

Peleados desde el verano

Las desavenencias entre Mabel Campuzano y, sobre todo, Francisco Carrera se recrudecieron el pasado verano, tras el cese de Daniel Bernal como jefe de gabinete de la consejera, otro íntimo amigo del diputado díscolo. En el acuerdo para apoyar la investidura de López Miras tras la fallida moción de censura, los ex de Vox aceptaron respaldar al líder popular a cambio de hacerse con la Consejería de Educación y Cultura, al frente de la cual se colocó a Mabel Campuzano. Los distintos altos cargos de la Consejería sí fueron, sin embargo, objeto de discusión entre los tres miembros del grupo escindido de Vox.

Así, la consejera puso en la Secretaría General de Educación a María Luisa López Ruiz, mientras que Carrera impuso al frente del ICA a Palazón. Esas intromisiones son las que, en opinión de Mabel Campuzano, no han cesado por parte de Carrera (insistió en cesar a la número 2 de Campuzano en la Consejería) e incluso del portavoz de su grupo, Juan José Liarte. Se trataría, según fuentes cercanas a la consejera, de un intento del grupo de Liarte por manejar la política de la consejería sin tener en cuenta la gestión de la persona que se encuentra al frente.