Un golpe encima de la mesa. La consejera de Educación y Cultura, María Isabel Campuzano, quien en las últimas semanas se ha replanteado su continuidad en el Ejecutivo, es la protagonista del último terremoto político que ha sacudido el palacio de San Esteban, sede del Gobierno regional. Frustrada al sentir que no la respetan y es ignorada por los miembros del Consejo de Gobierno por un lado y, por otro, presionada por su compañero Francisco Carrera del Grupo Parlamentario Vox en la Asamblea, Campuzano ha lanzado un órdago al presidente Fernando López Miras.

En el centro del problema está la destitución del director general del Instituto de las Industrias Culturales y las Artes, José Ramón Palazón Marquina. Un cese que le fue comunicado al alto cargo de Cultura mediante carta firmada por la propia consejera el pasado martes ante la «falta de confianza» generada en los últimos meses por diversas «actuaciones muy graves». Campuzano lleva meses, concretamente desde noviembre, queriendo cesar al responsable del ICA por gestionar su departamento a espaldas de la consejera y su equipo. Finalmente, la decisión no fue ratificada ayer en la reunión semanal del Consejo de Gobierno.

Este detonante de la crisis en el Gobierno que ha avanzado LA OPINIÓN obligó ayer por la tarde a sentarse en el palacio de San Esteban a Mabel Campuzano y a López Miras, con el propósito de frenar un terremoto que amenaza la estabilidad del Gobierno. El presidente depende de los tres expulsados de Vox para sacar adelante sus propuestas en la Asamblea regional y fue su apoyo el que permitió desactivar la moción de censura del pasado año.

El alto el fuego se resolvería con una división en la Consejería que maneja Campuzano, según la propuesta que puso encima de la mesa Miras. El presidente ratificaría la destitución de Palazón y a cambio Campuzano se quedaría solo con las competencias de Educación mientras que la rama de Cultura se integraría en la Consejería de Presidencia, Turismo y Deportes, que dirige Marcos Ortuño. Si la consejera acepta, la estabilidad política que ha logrado Miras se mantendría.

Frente a esta propuesta, Campuzano optó por no plantear una pérdida de todas las competencias sobre los departamentos de Cultura. Así, una opción sería permitir que el Instituto de las Industrias Culturales fuera absorbido por Turismo, sin Palazón al frente, pero ella se quedaría con la Dirección General de Patrimonio Cultural. El temor reside en que el director del ICA, íntimo amigo de Carrera, sea reubicado en otro departamento de la Consejería de Marcos Ortuño, una opción que no se descartaría para contentar al diputado expulsado de Vox.

Normalidad entre cuadros

Tras la reunión, Campuzano y Miras intentaron aparentar normalidad en la inauguración de una muestra artística en San Esteban, un acto al que estaba previsto que acudiera Palazón, que finalmente no hizo acto de presencia. La cita entre ambos dirigentes vino a limar las desavenencias y fuentes cercanas señalan que se ha logrado desactivar la crisis de gobierno, al menos con estas propuestas encima de la mesa y cediendo ambas partes.

Al ser preguntado anoche por esta redacción si aceptará la destitución de Palazón, el presidente Miras no aclaraba este punto y subrayaba que con la reunión «se ha desactivado la crisis y ha habido entendimiento» por ambas partes. El jefe del Ejecutivo sabe que no puede perder el favor de los tres diputados expulsados de la formación de Abascal, ya que no lograría sacar adelante propuestas parlamentaria como, por ejemplo, subir del 3% al 5% la barrera para lograr representación en la Asamblea de cara a los siguiente comicios. El PP prevé llevar esta iniciativa a la Cámara el próximo mes de septiembre.

Peleados desde el verano

Las desavenencias entre Mabel Campuzano y Francisco Carrera se recrudecieron el pasado verano, tras el cese de Daniel Bernal como jefe de gabinete de la consejera, otro íntimo amigo del diputado díscolo. En el acuerdo para apoyar la investidura de López Miras tras la fallida moción de censura, los ex de Vox aceptaron respaldar al líder popular a cambio de hacerse con la Consejería de Educación y Cultura, al frente de la cual se colocó a Mabel Campuzano. Los distintos altos cargos de la Consejería sí fueron, sin embargo, objeto de discusión entre los tres miembros del grupo escindido de Vox.

Así, la consejera puso en la Secretaría General de Educación a María Luisa López Ruiz, mientras que Carrera impuso al frente del ICA a Palazón. Esas intromisiones son las que, en opinión de Mabel Campuzano, no han cesado por parte de Carrera (insistió en cesar a la número 2 de Campuzano en la Consejería) e incluso del portavoz de su grupo, Juan José Liarte. Se trataría, según fuentes cercanas a la consejera, de un intento del grupo de Liarte por manejar la política de la consejería sin tener en cuenta la gestión de la persona que se encuentra al frente.