La consejera de Educación, Mabel Campuzano, está a un paso de tirar la toalla. La diputada expulsada de Vox, que entró al Gobierno regional tras el pacto alcanzado con el presidente del Ejecutivo regional, Fernando López Miras, después de la frustrada moción de censura, está cansada de las presiones que recibe por parte de su compañero del Grupo Parlamentario Francisco Carrera y de la falta de apoyo que percibe dentro del Gobierno.

Mabel Campuzano, que en las últimas semanas ha venido replanteándose su continuidad en el Ejecutivo, se considera sometida a las interferencias de Francisco Carrera, que trata de intervenir en las decisiones de la Consejería y, sobre todo, en el relevo de miembros del equipo de altos cargos de Educación.

Sin embargo, las diferencias surgidas dentro del grupo formado por los tres parlamentarios procedentes de Vox que apoyan al Gobierno regional suponen también una clara amenaza para la mayoría que sustenta el Ejecutivo de López Miras.

El PP cuenta con 16 escaños en la Asamblea Regional y tras el fracaso de la moción de censura logró sumar los votos necesarios para la mayoría absoluta gracias a los tres diputados expulsados de Vox y los cuatro expulsados de Cs, entre los cuales se encuentra el presidente de la Asamblea Regional, Alberto Castillo.

Por tanto, el escaño de Campuzano es imprescindible para que López Miras pueda disponer de los 23 votos necesarios en el Parlamento autonómico.

Su renuncia no solo provocaría una crisis de Gobierno, sino que también pondría en peligro la aritmética en la que se apoya.

Y en caso de que abandonara su escaño, correría la lista y entraría a la Asamblea un nuevo diputado fiel a Vox, que rompería el equilibrio alcanzado por López Miras en marzo de 2021, cuando logró recomponer el Gobierno. Esta opción es altamente improbable, puesto que beneficiaria a las mismas personas que la expulsaron de Vox.

La consejera acudirá hoy al Consejo de Gobierno dispuesta a plantear al Ejecutivo la disyuntiva en la que está, dado que ve sometida a las presiones de Francisco Carrera, pero tampoco encuentra en el Ejecutivo el respaldo necesario para desempeñar su gestión en un momento de grandes tensiones y para mantener a su equipo en la cúpula de Educación.

Fuentes del Ejecutivo apuntan que Campuzano no percibe en el Consejo la consideración que desearía tener, a pesar de estar al frente de una consejería con una plantilla de 24.000 profesores, que solo supera el Servicio Murciano de Salud en plena pandemia. 

Esta falta de consideración vendría motivada igualmente por su escasa fuerza en el Grupo Parlamentario, conocida por el PP y que, por tanto, la priva de ser contemplada como una amenaza para el mantenimiento del Ejecutivo. Sin embargo, cree que su capacidad de actuación se está viendo limitada y que su paciencia está ya al límite, según indican las mismas fuentes.