"Recibía llamadas todos los días al no poder pagar las cuotas, fue una puñalada por la espalda"
Un vecino de Cartagena, vendedor ambulante de profesión, relata su calvario con las entidades financieras
«He visto cómo las entidades financieras te pueden arrastrar a la miseria sin el mínimo escrúpulo: solo les importa lucrarse, sin importarles las circunstancias que atraviesen sus clientes». Así se expresa Manuel (nombre ficticio), de 66 años de edad y vecino de Cartagena, que actualmente trabaja en la venta ambulante.
El cartagenero es uno de los damnificados por la usura que, gracias a Preico Jurídicos, logró recuperar su dinero: más de 40.000 euros, explica a LA OPINIÓN.
«Llevo más de treinta años trabajando como autónomo», relata el hombre, «he tenido una tienda, diferentes actividades comerciales... y ahora tengo un puesto en un mercadillo». «Siempre he hecho uso de los bancos, he tirado de ellos», admite, para recordar la época en la que desde las propias entidades «te escribían a casa y decían: ‘Tiene usted un préstamo preconcedido’».
"Las entidades financieras te pueden arrastrar a la miseria sin el mínimo escrúpulo, solo les interesa lucrarse"
«Yo pagaba mis cuotas religiosamente», afirma Manuel. Pero llegó el coronavirus, y fue entonces cuando «nos quedamos sin actividad y tuvimos que suspender todos los pagos , pues no podíamos afrontarlos: hipoteca, préstamos... no tuvimos problema en aplazar los pagos de la mayoría de ellos, pero, en uno de ellos, inexplicablemente me denegaron el aplazamiento de la cuota que pagaba», rememora el autónomo.
Se trataba «del pago mensual del crédito de una tarjeta que había recibido en el año 2003 de parte del entonces Citibank (en la actualidad Wizink), y eso me enfadó, pues llevaba casi veinte años pagando los intereses que me solicitaban», indica.
"Mi educación financiera ha cambiado, estas entidades ya solo están para domiciliar pagos de luz o teléfono"
El cartagenero asegura que entonces comenzó «una situación muy desagradable», puesto que «recibía llamadas todos los días reclamándome el pago de las cuotas, con amenazas de llevarme a los tribunales y, por supuesto, me incluyeron en un fichero de morosos». «Me sentí como si me hubieran dado una puñalada por la espalda», manifiesta.
Fue un amigo quien le habló de la existencia de Preico Juridicos, así que «me puse en contacto con ellos, vi algunos vídeos de Raúl Castañeda, me explicaron que podría existir usura y les envié la documentación; la verificaron y dijeron que efectivamente podríamos reclamar. Le dimos todos los créditos que teníamos abiertos para su estudio», dice.
El hombre subraya que «reclamamos a Wizink la tarjeta de mi esposa y la mía, y nos han devuelto más de 20.000 euros a cada uno». Dado el éxito, «tengo abiertos tres expedientes más, con todas las entidades con las que he operado», ya que «nos han estado robando, literalmente, todo este tiempo», tiene claro.
"Reclamamos a Wizink la tarjeta de mi esposa y la mía, y nos han devuelto a cada uno más de 20.000 euros"
Tras esta experiencia, «mi educación financiera ha cambiado: estas entidades para mí ahora solo están para domiciliar pagos, requisito ineludible para la luz, el agua o el teléfono», detalla.
«Mi consejo a aquellos que se encuentren en estas situaciones es que se informen bien: hay suficiente información para tomar la decisión que convenga en cada caso», remarca el hombre. «Y, sobre todo, que no se atemoricen por las consecuencias que pueda acarrear poner una demanda contra estas entidades poderosas, pues Preico Juridico ha demostrado que la justicia actúa y sí se puede contra ellos». «Mi agradecimiento es grande, me han abierto los ojos», sentencia.
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