Devoción en Cartagena con el estreno californio

La procesión del Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima del Rosario inaugura las participaciones de la Cofradia California en la Semana Santa de Cartagena en el presente año.

Los tambores comenzaron a resonar desde el interior de la Iglesia de Santa María de Gracia pasadas las nueve de la noche. Los guiones iniciaron la procesión marcando el ritmo de esta durante todo el recorrido. Los hachotes formaban una hilera perfecta de luz que se mecía al sonar de los tambores. El Tercio femenino del Prendimiento, presentes en esta procesión desde el año 1994, destacaba su presencia portando el estandarte de la cofradía. Posteriormente, el trono insignia de la cofradía, realizado por Rafael Terón en 1987, descendió por la rampa de la iglesia hacia la calle del Aire.

El Tercio femenino de la Oración en el Huerto también tuvo su protagonismo, saliendo con un atuendo austero, formado por capa única con cola de color negro, cíngulo verde y capuz de raso verde. Este vestuario quiere evocar a las prendas que llevaban los penitentes californios en el siglo XVIII. Además, en lugar de llevar hachotes, portan cirios al cuadril.

Los cartageneros veneraron el primer trono en aparecer en esta procesión, el de la Alegoría de los Siete Dolores de la Virgen, que simboliza un corazón atravesado por siete puñales. Una talla realizada por Cristóbal Cubero que se sostiene sobre un trono elaborado por Hijos de Esteban Jiménez.

El Trono de Jesús y María en casa de Lázaro, estrenado en 2019 y realizado por Hernández Navarro, también tuvo su protagonismo en la procesión, precedido por el Tercio femenino de la Agrupación de la Santísima Virgen del Primer Dolor. Llevado a hombros por damas portapasos aparecía el trono de La Despedida de Jesús de la Santísima Virgen, tallas realizadas por José Hernández Navarro, incorporadas a la procesión en 2004. Además, la imagen estuvo escoltada por mujeres del Cuerpo de Policía Local.

La talla del Cristo de la Misericordia, portando una túnica que data del siglo XVIII, precedió la salida de la Virgen del Rosario, llevada por sus portapasos mientras repicaban las campanas de la iglesia y el himno nacional como banda sonora. El Piquete de la Sección de Honores de la Agrupación de Granaderos fueron los encargados de ir escoltando el trono de la Virgen, poniendo así el broche de oro a la procesión california del Viernes de Dolores y en general a un día cargado de sentimiento y devoción de los cartageneros hacia la Virgen de la Caridad.