"Apenas quedan dos días para que acabe el 2016.Mi vida es como una montaña rusa. Nunca sé cómo va a ir. Este año empezó mal. En mi antiguo instituto empecé a darme cuenta de que no era tan bonito como imaginaba. Vinieron muchos problemas.En el instituto Ingeniero de la Cierva no tenía a nadie. Sólo me hablaban para insultarme. Empecé a odiarme a mí misma.Luego pude olvidar a gente que nunca debió estar en mi vida. Llegué a mi nuevo instituto y dos chicas maravillosas me acogieron. Yessi y Thais, os quiero. Pero llegó agosto. 29 de agosto, y todo fue oscuro.Y no quiero acabar sin mencionar a mi familia, los cuales me apoyan y me aguantan día tras día. Os quiero.Gracias a todos"

Esta es la espeluznante carta de suicidio de escribió Lucía, la joven que se quitó la vida hace un mes sobrepasada por el acoso escolar que aseguraba que sufría.

«Yo creo que, si cada uno pensara que le puede suceder a su hijo, actuarían. Yo a mi hija le enseñé el respeto a los demás. Esa es la educación que hay que dar». Quien así habla es Peligros Menárguez, madre de Lucía, la niña de 13 años de edad que el mes pasado se quitaba la vida en su casa de Aljucer tras sufrir bullying en su instituto.

Peligros tiene claro que «el protocolo contra el acoso escolar no funciona o es muy débil», así como que «esto tiene que cambiar de alguna manera». Conseguirlo, en memoria de su hija, da a su día a día «un poco de consuelo». «Por eso luchamos», explica la mujer.

Mañana hará un mes que Peligros encontraba el cadáver de Lucía en su dormitorio de su domicilio. Por este motivo, y con el afán de que el caso no caiga en el olvido, se ha convocado una manifestación que partirá de la Plaza Circular a las once y media de la mañana y llegará hasta la Glorieta. Está previsto que distintos institutos y colegios del municipio se sumen a la marcha, que tiene vocación de convertirse en un clamor contra el bullying.

Entre las personas que se están movilizando hay alumnos del IES Ingeniero de la Cierva, donde la niña de 13 años sufrió el acoso que la llevó a la muerte. «Sé que se están movilizando los chiquillos», comenta la madre de Lucía.

Este instituto fue escenario del bullying que se saldó con la expulsión de uno de los acosadores confesos durante cinco días y del otro durante sólo uno. La jefa de estudios del mismo ha vuelto a ser interrogada por los responsables del Grupo de Menores (GRUME) de la Policía Nacional, que están a punto de cerrar la investigación y remitirla al juzgado.

Desde que falta Lucía, sus padres están recibiendo el cariño «de gente que no conocía del pueblo y que nos están dando su apoyo», detalla Peligros Menárguez. Son estos vecinos los que, de forma altruista, se están ocupando de la organización de la manifestación.

En las aulas «de verdad, hay un problema, y habrá que averiguar de dónde parte», subraya Peligros Menárguez, que hace hincapié en la importancia de «concienciar a los niños» desde edades tempranas para que no se conviertan en acosadores. «Yo siempre decía a mi hija: ´tú no hagas nada que no te gustaría que te hiciesen a ti´» rememora la mujer.

«El protocolo de acoso que hay aquí en Murcia es prácticamente nulo», lamenta Peligros, a lo que añade que «con mi hija, yo no vi el protocolo por ningún sitio».

«Según ellos, había un protocolo y luego le han dado la vuelta diciendo que no había acoso. Oiga, que estoy diciendo que tengo una carta de mi hija diciendo que la única solución es el suicidio», clama.

Lucía escribió varias notas en las que hablaba de acabar con todo. En una de ellas relataba: «En el instituto Ingeniero de la Cierva no tenía a nadie. Sólo me hablaban para insultarme. Empecé a odiarme a mí misma».