­Una «catástrofe» es lo que supondría la sustracción directa de agua de boca desde el pantano del Cenajo, por donde pasa un oleoducto que se construyó en el año 2000, que conecta la base de Puertollano con la de Escombreras y que en caso de rotura «envenenaría todo el caudal que se quiere extraer con el entubamiento de las aguas del trasvase». Así lo ha expresado el ayuntamiento de Cieza en sendas comunicaciones al ministerio de Medio Ambiente y a la Confederación Hidrográfica del Segura.

El alcalde, Antonio Tamayo, que junto a los primeros ediles de Abarán y Blanca está ejerciendo una gran oposición a este proyecto -que podría llegar a mermar hasta en un 40 por ciento el caudal del río Segura a su paso por estos tres municipios-, señaló ayer que este riesgo «podría eludirse si se conecta el embalse de la Fuensanta con el río Taibilla con una entubación de menos de diez kilómetros, mucho más económica y infinitamente menos lesiva para el medioambiente».

Tamayo señaló que «sería una contradicción» llevar a cabo la obra aduciendo motivos de salud, tal y como defienden el Ministerio y la CHS, «porque lo que se va a hacer es justamente lo contrario, es decir, provocar un problema muy grave en caso de rotura de este oleoducto».

Por su parte, desde el organismo de cuenca remiten a la declaración de impacto ambiental ya aprobada del proyecto de extracción de agua del Cenajo para llevarla hasta la Mancomunidad de Canales del Taibilla y rechazan entrar en polémicas con el ayuntamiento de Cieza y con otras partes afectadas.

Piden una moratoria

Del peligro que correrían las aguas entubadas con el nuevo proyecto por la existencia del oleoducto ha alertado también el grupo naturalista Ecologistas en Acción. Su portavoz en la Vega Alta, José Antonio Herrera, ha anunciado asimismo que ya esta en marcha la construcción de un segundo oleoducto que duplicará la cantidad de combustible que va a atravesar el embalse del Cenajo, «lo que podría suponer un gran peligro

en caso de rotura para un agua que se pretende que vaya destinada al consumo humano».

Este y otros puntos del controvertido proyecto ha hecho que Ecologistas en Acción reclame al Ministerio una moratoria en su aprobación y ejecución, y ha exigido que se inicie un debate amplio sobre el mismo, que cuente con la más amplia participación social y con el análisis científico-técnico de expertos independientes.

La asociación conservacionista ACPES (Asociación Conservacionista para los Ecosistemas Acuáticos del Sur) ha manifestado a través de un comunicado su «oposición al proyecto de entubado de los caudales para consumo humano de las aguas del trasvase del Tajo». Los conservacionistas explican que, «aún sabiendo que estas aguas son un foco de introducción de especies exóticas tanto animales como vegetales, es peor el daño que se produciría en el río quitándole ese caudal, al estar sometido ya a continuas detracciones por parte de eléctricas y regantes».

Desde ACPES concluyen que «existen soluciones de menor coste económico y medioambiental, como así ya lo ha expresado el propio comité de empresa de la Confederación y la Mancomunidad de Canales del Taibilla, dependientes del Ministerio».