En el momento más inesperado, cayó el milagro. El UCAM Murcia venció al Real Madrid en el Palacio de los Deportes, demostrando que el desastre de Santiago fue pasajero y haciendo buena la conjura posterior que pidió a los aficionados un voto de confianza. La recompensa llegó en el escenario más complicado y rompiendo veinte años de derrotas a manos del coloso madridista. Como siempre que el UCAM se supera, el esfuerzo fue coral, especialmente en la actitud e intensidad defensivas. De ahí salieron los cimientos para resistir el empuje de la calidad visitante durante los 40 minutos y sentenciar al final.

Ya el inicio del partido fue de alto voltaje, con un ritmo endiablado impuesto por ambos contendientes. Sergio Rodríguez y Rudy vieron la apuesta de Neto, Radovic y Lima, lo que uniendo el estruendo del público configuró un escenario estimulante e igualado en el que el acierto en ataque brillaba por su ausencia (8-7). El equipo de Ocampo mantenía además un buen nivel de intensidad en defensa que provocaba que el Real Madrid sufriera para encontrar vías fáciles de anotación, pero a un precio: la hoja de faltas local aumentaba y los blancos iban fácilmente al tiro libre para conseguir sus primeras y leves ventajas (12-13).

Hasta el final del primer asalto las defensas fueron las protagonistas y el marcador se paró. El UCAM no encontraba inspiración para superar el entramado defensivo visitante. Pero los de Laso no veían tampoco aro, y sólo Rudy Fernández tiró de galones para dar algo de luz al nublado panorama anotador del encuentro. Un triple suyo, contrarrestado por una canasta de Cabezas, configuraron el marcador tras un primer acto en el que el UCAM logró contrarrestar el empuje madridista (14-17).

Para el segundo cuarto Ocampo probó a cambiarle el paso al rival con dos bases y la apuesta tuvo resultados mixtos al conseguir mayor fluidez ofensiva pero perder potencia defensiva ante la calidad física de Llull, Maciulis o Nocioni. El partido se mantuvo en un pañuelo, aún con la calidad de Carroll tirando del ataque blanco (29-28), hasta que los de Laso cometieron el error de olvidarse de que Bamforth estaba en pista. El americano del UCAM Murcia lo hizo pagar, y consiguió 7 puntos consecutivos que forzaron al entrenador blanco a pedir un tiempo muerto ante el latigazo local (38-32) a poco más de un minuto para llegar al descanso. A continuación, Reyes y Slaughter pusieron las cosas en su sitio con su capacidad reboteadora a punto, que valió a su equipo para desarbolar en tres posesiones a la pareja formada por Antelo y Lee y marcharse a vestuarios con una leve ventaja (38-39).

Reyes y Rudy tiraron de un Madrid que quiso poner la directa en el inicio de la segunda parte y se escapó en menos de tres minutos con un 2-9 de parcial (40-48). Al UCAM le costaba volver a encontrar el equilibrio, algo a lo que contribuía el mejor desempeño madridista en defensa para defender la renta adquirida. El UCAM trataba de igualar, pero su evolución se veía trabada por el escaso porcentaje en los pocos tiros liberados que el equipo conseguía producir.

No iba mucho más allá el Madrid, que se quedó rondando los 10 puntos de ventaja aprovechando que su rival no inquietaba demasiado, pero el plan le duró hasta que Antelo entró en escena para desmontar la defensa de su par, Nocioni, que sufrió cerca de la pintura con el gallego y vio como le anotaba 7 puntos consecutivos y lideraba un parcial de 7-0 que puso de nuevo el partido en un pañuelo (57-59). El minuto final fue de infarto, con Nocioni y Wood intercambiando triples y Cabezas anotando sobre la bocina la canasta del empate (62-62).

La dinámica positiva del UCAM se mantuvo en el inicio de un último cuarto en el que Wood tomó la alternativa y se convirtió en el hombre al que confiar la carta ofensiva final de los locales. El americano respondió con 6 puntos y el UCAM dio el primer aviso (72-66), aunque quedaban casi 6 minutos de pesadilla en los que aguantar la acometida de urgencia de los de Laso.

La comenzó Slaughter con 4 puntos a los que ahora los locales no supieron contestar y la continuó Reyes con un tapón y una canasta (72-70). Lima interrumpió con un 2+1 casi tan monumental como el triple de Bamforth que le sucedió (78-70) que daban aire a falta de 3 minutos. La defensa y el rebote habían funcionado y no dejaron de hacerlo para dos minutos finales en los que las urgencias anularon la clarividencia madridista y se consumó el milagro (86-79).

LO MEJOR

  • Compromiso de todos. Muchos pasaron de 10 puntos, pero todos defendieron y rebotearon con uñas y dientes para que el Madrid hincara la rodilla. El UCAM demostró que, en equipo, no hay meta inalcanzable y que con lucha e intensidad hasta los gigantes caen.

LO PEOR

  • De haber competido en Santiago... El equipo pidió perdón tras el desastre de Santiago, porque era consciente de que estuvo lejos de su nivel. De haber competido allí, con una eventual victoria, el UCAM sería la sensación de la Liga.