Si tienes perro, seguro que le has visto alguna vez ponerse a rascar de manera casi insistente, hasta el punto de, incluso producirle lesiones de tanto hacerlo. No obstante, a la hora de mirar si tiene pulgas o garrapatas, descubres que no tiene y surge la duda, ¿qué le pasa a mi perro? Te lo explicamos a continuación.

¿Por qué mi perro no para de rascarse?

Cuando a tu perro tiene picores lo normal es que se mordisquee, lama o rasque con la pata la zona en cuestión. También puede optar por arrastrarse por el suelo o frotarse con la pared. Dichos picores pueden afectar a su estado de ánimo, además de, por supuesto, producir alternaciones en la piel como enrojecimiento, pequeñas heridas o costras. Lo más normal es que esto se deba a que tiene pulgas o garrapatas pero, si ya has comprobado que no las tiene, estas pueden ser otras causas.

Alergia a algunos alimentos

Los perros, al igual que las personas, pueden tener alergia a algunos alimentos, lo que puede derivar en inflaciones en la piel e intolerancia. Estos son algunos de los alimentos a los que es más frecuente que sean alérgicos: trigo, pescado, maíz o lácteos.

Dermatitis por ácaros

Otro de los motivos que puede estar detrás del picor de los perros es una dermatitis causada por los ácaros. Esto ocurre sobre todo en las orejas, ingles y codos y se manifiesta en cualquier época del año.

Dermatitis atópica

Esta dermatitis está causada por alérgenos ambientales, véase hongos, polvo, polen de árboles o determinadas plantas. Se suele manifestar en primavera y/o verano y algunas razas de perros son más propensas a otras a contraerla. El animal sufre picores normalmente en zonas como el abdomen, las axilas, los dedos, los ojos o el hocico. Lo mejor en este caso, al igual que con el anterior tipo de dermatitis, es acudir al veterinario.