Social

El Hospital Naval de Cartagena acogerá un campamento temporal para alojar a 300 inmigrantes

Mientras los extranjeros llegados en cayuco a Canarias, e instalados en el Hotel Manolo, van conociendo la ciudad portuaria, el problema migratorio desata una guerra entre el Gobierno y las comunidades del PP, entre ellas la Región

"No estarán en la calle, se les ayuda por humanidad", insisten desde las oenegés

Auxilian a más de 200 nuevos inmigrantes que viajaban en dos cayucos a Canarias

Auxilian a más de 200 nuevos inmigrantes que viajaban en dos cayucos a Canarias / Quique Curbelo

EFE

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en funciones, José Luis Escrivá, informó este jueves de que se montará un campamento temporal en el antiguo Hospital Naval de Cartagena para acoger a personas inmigrantes, algo a lo se oponen el Consistorio de la popular Noelia Arroyo, la patronal y la federación de asociaciones de vecinos comarcal y la Cámara de Comercio. Mientras los extranjeros llegados en cayuco a Canarias, e instalados en el Hotel Manolo, van conociendo la ciudad portuaria, el problema migratorio desata una guerra entre el Gobierno de Pedro Sánchez y las comunidades del PP, entre ellas la Región.

Hacía ya días que se hablaba de la posibilidad de que Defensa cediese el espacio del antiguo Hospital Naval (en la carretera de Tentegorra y cerrado desde hace años) para levantar un Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes (CETI), en el cual proporcionar a los extranjeros servicios y prestaciones sociales básicas. La idea es que se pueda proporcionar ayuda a unas 300 personas.

Una treintena de personas llegadas recientemente en patera a Canarias ya han pasado su primera noche en Cartagena, donde llegaron, trasladadas en avión por el Gobierno central, para aliviar la carga de las islas, "donde ahora mismo hay máxima tensión por un pico de llegada de inmigrantes", indica la Delegación del Gobierno. Miembros de organizaciones humanitarias en la Región lo tienen claro: "No estarán en la calle, no son un peligro ni son delincuentes, y se les ayuda por humanidad".

Lo primero: avisar de que han llegado bien

En la ciudad portuaria se han habilitado cien plazas hoteleras para estos inmigrantes, que ya pernoctaron este miércoles ahí. "Son las plazas que ponen a disposición de las oenegés; en este caso, son en un hotel en Cartagena", explican desde la Delegación del Gobierno en Murcia. Se llama Hotel Manolo y en su terraza estaban este jueves al mediodía grupos de migrantes. La prioridad: ir diciendo, vía móvil, a sus familias, que están bien. Los recién llegados, hombres jóvenes en su mayoría, trataban este jueves de ir conociendo la ciudad. La mayoría de ellos eran reacios a hablar con los medios de comunicación, aunque sí mostraban su tranquilidad por estar en tierra firme y a salvo. Como Ibrahim, natural de Ghana, de 26 años de edad, que levantaba los pulgares como símbolo de alegría.

Miras pide "lealtad institucional"

Por su parte, el presidente de la Región, Fernando López Miras, afeaba al Gobierno de Pedro Sánchez la nula información sobre el traslado de inmigrantes desde Canarias a la península. El presidente del Ejecutivo regional lamenta que el Ministerio del Interior no lo haya notificado, por lo que reclama "colaboración y lealtad institucional cuando se está hablando de vidas humanas". El jefe del Ejecutivo regional califica esta actitud como "grave y preocupante".

"Saben que la Región de Murcia, por su localización geográfica, ya está recibiendo de por sí pateras con inmigrantes que llegan en unas situaciones francamente lamentables, y a los que tenemos que ayudar", manifestó el presidente.

Atención en las oenegés

Distintas oenegés se ocupan de la atención humanitaria a los extranjeros que llegan a España por mar de forma irregular. El fin: que no acaben malviviendo en la calle y tengan un margen para buscar alternativas laborales. Muchos manifiestan su intención de viajar hasta Francia, donde tienen familiares. Ni Argelia ni Senegal, de donde son originarios la mayor parte de los migrantes, no acepta su devolución.

Ibrahim, natural de Ghana, de 26 años de edad, alza los pulgares como símbolo de alegría en el Hotel Manolo de Cartagena, donde ha llegado tras entrar por mar a Canarias.

Ibrahim, natural de Ghana, de 26 años de edad, alza los pulgares como símbolo de alegría en el Hotel Manolo de Cartagena, donde ha llegado tras entrar por mar a Canarias. / Iván Urquízar

Todos los que han sido rescatados o interceptados en su llegada a España (en este caso a Canarias), pasan primero por un examen y atención de una oenegé, generalmente Cruz Roja o Accem. Cuando se recuperan de la deshidratación y el frío tras horas y horas de travesía marítima, pasan ante los agentes de Extranjería de la Policía, que les dan un número de identidad y les harán las primeras preguntas: quiénes son, de dónde vienen, dónde van, qué vulnerabilidades sufren (ancianos, enfermos, menores, mujeres) … Y si precisan protección. Muchos piden asilo, algo que no es fácil de conseguir.

Se concede el refugio a aquellos extranjeros que acreditan estar en riesgo de muerte si vuelven a su país, o en peligro de trato inhumano, persecución y cárcel por motivos políticos o religiosos, por raza u orientación sexual.

El extranjero pendiente de concesión de asilo puede circular libremente por España. Pero, imposibilitado de ganarse la vida en condiciones normales, no tendrá un domicilio fijo o no se lo dirá a las autoridades. Su última dirección conocida será el Centro de Estancia Temporal en el que fue acogido. Esto es, será muy difícil notificarle la expulsión.

Una vez notificada la negativa, el proceso se acelera: el Ministerio del Interior tiene dos semanas para acordar la expulsión del extranjero que entró de forma irregular y no es asilado. Y si le convoca para un vuelo de repatriación, este ha de despegar en como máximo 72 horas, o la convocatoria dejará de tener validez.

Último goteo

Cabe recordar que recientemente a Cartagena llegaron cientos de personas en patera. En el Centro de Atención Temporal (CATE) habilitado en el municipio solo caben 440 personas, pero en apenas unos días arribaron casi 500. De todas formas, no pueden pasar más de 72 horas retenidos. La Policía Nacional (cuerpo con las competencias en Extranjería) se encontró desbordada y las oenegés no tenían espacio en sus pisos. 

"Una vez efectuadas las labores de identificación, y de la incoación de un expediente de expulsión, estas personas una vez se terminan sus trámites están siendo 'soltadas' en las calles de Murcia, Cartagena y Lorca, sin que nadie se esté haciendo cargo de ellas", criticaban entonces desde sindicatos policiales.