Laboral

Los trabajadores marroquíes piden "condiciones dignas" tras la muerte del jornalero de Mazarrón

El compañero del difunto dijo que eran autónomos y trabajaban en una tierra alquilada cuando se produjo el golpe de calor letal

Varios jornaleros trabajan en una finca de regadío, en una imagen de archivo.

Varios jornaleros trabajan en una finca de regadío, en una imagen de archivo. / LA OPINIÓN

Ana Lucas

Ana Lucas

Sabah Yacoubi, presidenta de la Asociación de Trabajadores e Inmigrantes Marroquíes (ATIM) en Murcia y vicepresidenta de ATIM España, tiene claro que, con el calor que aprieta en la Región, existe un "peligro real para la salud y la vida de los jornaleros del campo, trabajadores de la construcción, barrenderos y de todos aquellos que están en situación de excepcional exposición a las inclemencias climáticas", como ha demostrado la muerte, por golpe de calor, de un hombre en Mazarrón.

Yacoubi recuerda que la Declaración Universal de Derechos Humanos reza que "lo que diferencia la esclavitud del trabajo digno son las condiciones laborales y un salario que permita vivir con una mínima calidad de vida que garantice al trabajador satisfacer sus necesidades económicas, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad".

Desde ATIM insisten en que hay que implantar "medidas efectivas que garanticen un traslado rápido a un centro hospitalario, en caso de trabajadores afectados por un golpe de calor, y que las recomendaciones a las empresas para evitarlos se tornen en obligatorias para que se pueda denunciar los abusos que se cometen en este terreno y que ya se han cobrado vidas humanas". "Pedimos también a los Servicios Sociales que mantengan una alerta máxima en relación con las condiciones de salubridad, higiene y dignidad de sus viviendas que les permitan defenderse de estas condiciones adversas a ellos y a sus familias", destacan desde la asociación.

En opinión de la presidenta de ATIM en la Región, "esa obligatoriedad permitiría a los delegados sindicales vigilar el cumplimiento de las normas de seguridad y a las correspondientes inspecciones de trabajo ser eficaces en el desarrollo de sus funciones evitando tragedias y garantizando unas condiciones labores respetuosas con la dignidad humana".

"Es responsabilidad de las empresas contratadoras y de las inspecciones laborales evitar el deterioro de salud y muerte de los trabajadores", hace hincapié Yacoubi, que destaca que "son seres humanos y, como tales, tienen derecho a que se aseguren unas condiciones de trabajo acordes a su condición".

"Esperamos que no sea necesario nunca más recordar la muerte de Eleazar Blandón, jornalero abandonado a las puertas de un centro de salud horas después del golpe de calor que lo dejó incapacitado en su lugar de trabajo, ni del agricultor fallecido este martes".

Horas en un invernadero

Por otro lado, la investigación para aclarar quién tiene responsabilidad en la muerte del vecino de Mazarrón continúan en marcha. El compañero del difunto dijo que eran autónomos y trabajaban en una tierra alquilada cuando se produjo el golpe de calor letal. Según explicó este testigo, ese martes estuvieron desde las ocho de la mañana hasta las doce y media de la tarde en el tajo, que luego pararon y a las cuatro y media de la tarde reanudaron la labor. Al poco, el hombre comenzó a sentirse muy mal. Mareado, caso sin sentido.

Tanto, que salió del invernadero. Su compañero salió también, para ver cómo se encontraba su compatriota, al cual acompañó a una zona de sombra. Ahí el hombre fue empeorando, hasta que se desplomó, hasta perder la consciencia. Fue entonces cuando pasó un vecino, que, al ver el estado del hombre, llamó al 112.

Al lugar se movilizaron agentes de la Policía Local, así como una unidad movil de emergencias (UME) cuyos sanitarios trasladaron al hombre al Santa Lucía de Cartagena, donde llegó en estado crítico. Horas después, no pudo sobreponerse y dejó de respirar.

Los restos mortales fueron trasladados a la sede que tiene en Cartagena el Instituto de Medicina Legal, para que fuese la autopsia la que certificase el fallecimiento por golpe de calor. Algo que confirmó este jueves la Consejería de Salud. El primero de este año en la Región.