Entrevista | Juan Pedro Hernández Director del Instituto de Medicina Legal de Murcia

Juan Pedro Hernández: "Los forenses vemos muchos más vivos que muertos"

"Rafael Bañon ha realizado una labor encomiable en estos trece años, sentando las bases y desarrollo de un centro de un alto nivel", subraya el doctor Hernández del Rincón

El forense, en una de las salas del Instituto de Medicina Legal.

El forense, en una de las salas del Instituto de Medicina Legal. / Israel Sánchez

Ana Lucas

Ana Lucas

Juan Pedro Hernández del Rincón (Murcia 1959), doctor en Medicina y Cirugía y presidente de la Sociedad Española de Patología Forense, se pone al frente del Instituto de Medicina Legal de Murcia «con mucha ilusión y un sentimiento de responsabilidad y de serenidad para afrontar las vicisitudes venideras con el mayor fundamento y coherencia posibles», manifiesta a LA OPINIÓN.

«Durante tiempo ha perdurado en mí una sensación de cirujano frustrado»

¿Cómo llegó a dedicarse a la ciencia forense? ¿Vocación?

En realidad mi vocación inicial era la de cirujano cardiovascular; por ello, durante cierto tiempo ha perdurado en mí una sensación de cirujano frustrado. Sin embargo, después de profundizar en la medicina forense en sus diferentes facetas, pienso que he logrado descubrir que se trata de una disciplina apasionante que aúna conocimientos de índole muy variada. Además en mi caso he culminado mi parte vocacional con la pertenencia a la Unidad de Cardiopatías Familiares. Se ha desarrollado una vertiente social de la medicina forense que permite estudiar las posibles alteraciones genéticas en familiares de falllecidos por muerte súbita como consecuencia de enfermedades hereditarias del miocardio o de alteraciones funcionales cardíacas (canalopatías), y poder desarrollar de este modo estrategias de prevención y tratamiento que salvan sus vidas.

«La muerte sigue siendo un tema tabú, aunque es consustancial a la vida en realidad»

¿La muerte aún es un tabú?

La concepción de la muerte está sujeta a diferentes connotaciones de tipo sociocultural, religioso, tradicional, etc. y en cada comunidad tienen una visión diferente de la muerte, que va desde el culto hasta el rechazo. En nuestro entorno sigue siendo un tema tabú; aunque realmente es cosustancial a la vida.

¿Qué hay de verdad en las series sobre forenses, tipo CSI o El cuerpo del delito?

La series han popularizado la medicina forense, pero ofrecen una visión parcial y equivocada de la realidad, mostrando una especie de profesionales que realizan su trabajo sin despeinarse, en un tiempo record y con unos medios propios de la ciencia ficción. Sin embargo, la Medicina Legal y Forense se lleva a cabo por unos profesionales con una sólida formación que reúnen conocimientos técnicos y científicos que han de aplicar a la resolución de los problemas que plantea cada caso, en auxilio de la Justicia.

¿Cree que el gran público tiene conocimiento de su profesión, o en realidad, falta mucha información?

El público sólo conoce parcialmente nuestro trabajo. Realmente el porcentaje de pacientes vivos en nuestro trabajo es muy superior al de cadáveres, si bien la patología forense cualitativamente es un pilar fundamental de nuestra especialidad. Pero existen otras muchas parcelas en nuestra profesión como puede ser la valoración del daño corporal, con estudio de lesionados en accidentes de tráfico o de otra naturaleza, la psiquiatría forense que valora la imputabilidad o la capacidad civil, la determinación de edad en sujetos vivos, especialmente en menores no acompañados, la valoración integral o urgente en casos de violencia contra la mujer, el examen de las víctimas de agresión sexual y cualquier actividad pericial que soliciten los juzgados. Además de esta actividad pericial, que constituye el núcleo de nuestra profesión, también realizamos una actividad investigadora y docente, en ocasiones..

De su antecesor, Rafael Bañón, ¿con qué se queda?

Rafael Bañon ha realizado una labor encomiable en estos trece años, sentando las bases y desarrollo de un Instituto de un alto nivel. Como ejemplo decir que hemos sido centro piloto para casi todo: digitalización de documentos y firma electrónica, acceso a bases de datos de diferentes estamentos, implantación de las Unidades de Valoración Integral, puesta en marcha de técnicas de imagen con la adquisición de un TAC para estudios postmortem, pionero en España, etcétera, y en ese sentido hemos de seguir en la línea de desarrollo y actualización marcada por el doctor Bañón; teniendo en cuenta además que su nombramiento como Asesor del Ministerio de Justicia seguirá posibilitando con mayor capacidad el crecimiento y progresión del Instituto.

¿Se realiza investigación en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses?

Para nosotros es fundamental esta faceta: la investigación de la muerte súbita supone un pilar fundamental en este aspecto, en estrecha colaboración con el Servicio de Anatomía Patológica del Reina Sofía en el marco de la actividad de la Unidad de Cardiopatías Familiares. Se ha constituido un Grupo de Investigación, en el que participa el Instituto, referido al estudio integral del suicidio para poder abordar una adecuada prevención y tratamiento de mismo. Se colabora de forma activa con la Universidad de Murcia y otras Universidades de la Región en diferentes proyectos de investigación. Asimismo, se participa en Proyectos conjuntos con el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses y con Institutos de Medicina Legal de ámbito nacional e internacional y con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

«Hay que ilusionar a las nuevas generaciones para que haya una transición eficaz en el Instituto»

En el caso de la Región de Murcia, ¿qué queda por hacer en el mundo forense?

Nunca debemos de dejar de hacer cosas, ni ser conformistas, tenemos que mantener viva la curiosidad científica, plantear nuevas ideas, ilusionar a las nuevas generaciones para que exista una transición válida y eficaz en el centro. En este sentido, la incorporación del sistema de residencia para realizar la Especialidad de Medicina Legal y Forense, con la dotación de un residente en el Instituto de Murcia de los ocho que han acreditado en toda España, supone un hito más que necesario para formar a unos profesionales competitivos y con una sólida formación teórica y práctica de ámbito multidisciplinar. Hoy se hacen cosas que eran impensables hace veinte años y espero que dentro que dentro de otro período similar se harán determinadas cosas que se han de gestar de manera acorde con el desarrollo y actualización de cualquier especialidad médica; y que entre otros logros, consigan mantener en alto nivel la capacidad de auxilio a la Justicia, base de nuestra actividad pericial. Creo que el mejor reto que se puede lograr es el de trabajar día a día, en un marco en el que todos los integrantes del centro puedan desarrollar su actividad profesional con ilusión, dedicación, responsabilidad y sentido crítico.

Levantamiento de cadáveres y ver a víctimas de agresiones, el día a día

Preguntado por cómo es el día a día de un forense de la Región, Hernández del Rincón explica que «el Instituto de Medicina Legal tiene ámbito regional y dispone de tres servicios, Clínica, Patología y Laboratorio, con sus correspondientes secciones, integradas por forenses. Además a este Instituto pertenecen la Unidades de Valoración Forense Integral, compuestas por un médico, un psicólogo forense y un trabajador social forense». «Y contamos con un médico forense del Registro Civil, con técnicos de laboratorio, con funcionarios de la Administración de Justicia, con oficiales de actividades específicas que nos auxilian en la realización de las necropsias, conformando en su totalidad una plantilla de casi setenta trabajadores».

«La actividad diaria es muy variada: hay tres médicos forenses de guardia en Murcia y uno en Cartagena con otro de refuerzos, que realizan, levantamientos de cadáver, reconocimientos de víctimas de delitos contra la libertad sexual, determinaciones de edad en menores extranjeros, las valoraciones del riesgo y cualquier pericia urgente solicitada por la autoridad judicial», especifica. 

Asimismo, «se realizan las autopsias correspondientes a ese día, los reconocimientos integrales de violencia de género, las consultas de lesionados en tráfico o agresiones, las valoraciones de imputabilidad, de incapacidad, los internamientos involuntarios en institución psiquiátrica, al realización de análisis toxicológicos en el laboratorio, la toma y custodia de diferentes muestras en vivos y en cadáveres, y la indispensable labor administrativa que recoge todas las peticiones las digitaliza, ordena y distribuye para que sean realizadas», concreta Hernández del Rincón.